El CRE conciencia por el cambio climático a través del juego en las Jornadas de Mayores

El Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Sevilla celebró del 24 al 26 del pasado mes de noviembre sus Jornadas lúdico-deportivas de mayores dirigidas a alumnos de 13 a 17 años, que, en esta ocasión, se han centrado en concienciar a los estudiantes en la importancia del cambio climático. El CRE también acogió una jornada de convivencia de atención temprana bajo el lema ‘Merendamos y el cuerpo meneamos’.

Una vez más el conocerse entre iguales, mediante actividades físicas, de ocio, gastronomía, tik-tok, botánica, música y juegos, fueron los principales artífices para alcanzar un alto nivel de socialización, creación de nuevas amistades e innovación de nuevas competencias educativas. Todo un reclamo para el alumnado de nuestro ámbito del CRE de Sevilla: Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla; que, sin duda, es uno de los eventos más esperados durante el curso escolar, las Jornadas Lúdico-Deportivas de Mayores.

El viernes comenzamos todos, y digo todos, puesto que llegaron con tiempo suficiente, para comenzar a la vez la gran Gymkana, formada por ocho grupos y ocho pruebas, con un tiempo de 10’ para resolver las diferentes tareas: lanzar penaltis de F5, reconocer plantas del entorno, formar una orquesta, lanzar a canasta de baloncesto, adivinanzas, reciclaje, acroesport, ... Para ello, tenían que ir en grupo y todas las pruebas estaban preparadas para que todo el alumnado de cada grupo, fuera participe y capaz de realizar las actividades. Fue todo un éxito de intriga, prisas, colaboración y ayuda entre ellos mismos. Al terminar llegada de la noche y el frío… Una buena ducha, cenita y a descansar.

Fabricando el riego por goteo en el taller del huerto urbano

Al día siguiente, magnífico desayuno, para cargar bien las fuerzas, puesto que el día se presentaba trepidante y muy interesante. Dividimos al alumnado en dos grandes grupos. La mitad del alumnado se quedaría en el CRE realizando tres talleres y el resto se iría a una visita cultural llena de sorpresas. Por la tarde cambiarían los grupos, para que todo el alumnado pudiese disfrutar y aprender de todas las actividades.

Los talleres del CRE fueron todo un éxito. El primero de música, “los sonidos de la naturaleza”, donde escuchaban pequeños fragmentos musicales y adivinaban cuáles de ellos estaban inspirados en la naturaleza y cambio climático. Posteriormente tendrían que inventarse una composición musical, eligiendo diferentes instrumentos e inspirándose en los sonidos de la naturaleza.

Cocinando en la atividad de Ecochef

El segundo taller el “Huerto urbano”, menuda creatividad, realizando un esquejado: Cubiletes de yogurt, punzón, tierra, esquejes, difusor; riego por goteo: botellas 0.5L, torundas algodón, punzón, agua, cinta adhesiva, tutor de madera. (Pistola silicona uso exclusivo de adultos) y un germinado: gasas, tierra, semillas, agua, goma elástica. Grandes y mayores, vivieron toda una experiencia sobre la riqueza de la tierra y las plantas, llevándose a casa los cultivos plantados.

El tercer taller el “Goalball y su competición”, donde al alumnado pudo practicar este deporte específico, mediante una sesión técnica de lanzamientos y recepciones, unas propuestas tácticas del propio juego u sus reglas, para finalizar con una competición de todos contra todos.

Alumnos fabricando un Tik Tok ecológico

La otra mitad del alumnado se desplazó en autobús a las instalaciones de Lipasam, donde llevaron a cabo los talleres medioambientales; uno denominado “ecochef”, donde realizaron diferentes recetas con alimentos de temporada, saludables y con una baja huella ecológica. Además, fomentaron la mínima generación de residuos y su correcta gestión. Extraordinario taller que fue premiado el pasado año, por su propuesta educativa y ecológica, y por el que pasaron más de 2.000 escolares de 40 centros educativos de la ciudad. Y el segundo taller de Lipasam, fue dedicado a la creación de un tik-tok, por grupos y relacionado con el medio ambiente, la naturaleza y el cambio climático. Todo el alumnado, los monitores y maestros, que venían de vuelta de esta maravillosa experiencia, nos comentaban que la actividad había estado genial, de diez.

Posteriormente, tocaba ducha y a degustar la cena. Para finalizar con tiempo libre de fiesta y diversión…. Y al finalizar se fueron hablando y pensando cuando volverían a encontrarse en las próximas jornadas de la ONCE.

Merendamos y el cuerpo meneamos

Y el martes 14 de noviembre por la tarde, celebramos en nuestro CRE la actividad de Atención Temprana, ‘Merendamos y el cuerpo meneamos’, donde nos encontramos, con la llegada del otoño, para compartir un rato de convivencia entre niños con discapacidad visual y sus familiares.

El objetivo de este encuentro familiar es propiciar la convivencia entre las familias, para lo que se organizó una pequeña merienda en el comedor seguida de una actividad basada en la psicomotricidad.

Como especialistas en estas edades tempranas, elegimos este tema, pues continuamente reflexionamos y planteamos nuevas formas y recursos metodológicos que puedan facilitar una mejor exploración y mayor disfrute del espacio a través del movimiento.

Se crearon varios espacios seguros para las diferentes edades con juegos y actividades sencillas en donde todos pudieron participar con sus papis y hermanos, disfrutando un montón.

Los estímulos son imprescindibles para el desarrollo cognitivo de los niños

Había diferentes niveles de dificultad en la ejecución para que todos los alumnos invitados pudieran participar y disfrutar lo máximo, propiciándose la interacción padre-niño, el placer del movimiento y, al mismo tiempo, la creatividad e imaginación.

La merienda comenzó en el comedor, donde nos encontramos, saludamos, compartimos y charlamos mientras comíamos algo de merendar.

Después del saludo de la dirección del CRE a todos los asistentes, y con la participación de Marian, comenzamos cantando la canción “El otoño ya llegó” y salimos al patio siguiendo el camino de hojas caídas en el suelo hasta la zona de juegos dónde hicimos un gran corro. Como ya habíamos merendado, tocaba menear nuestro cuerpo un poquito y para empezar cantamos, en un gran círculo, la canción “Cuando el reloj” que nos animó a todos a bailar y mover el cuerpo. Al terminar, se repartieron hojas de otoño que se habían caído del árbol para que cada familia y niño las volviera a pegar en el gran árbol otoñal que presidía la zona de actividades.

Una vez que cada uno había pegado su hoja en las ramas del árbol, pudimos acercarnos a los espacios dispuestos dónde cada familia comenzó el recorrido por los diferentes rincones:

• Rincón de “La ciudad blandita”
• Rincón de “La Casita”
• Rincón de “Cruzar el río”
• Rincón de “Creatividad”

Fue muy divertido, pero el reloj fue marcando las horas y el tiempo pasó muy rápido. Ya agotados de tanto jugar nos fuimos despidiendo para volver a casa, pero todos con la mente puesta en la próxima vez que volvamos a reunirnos.

En definitiva, con la participación de las familias, pudimos llevar a cabo con éxito nuestra entrañable “Merienda de otoño”, en la que todos disfrutaron mucho, de una actividad muy movidita y divertida.

| Equipo Pedagógico del CRE de Sevilla