¡Ponte las Pilas! ¡Ponte a Punto!

Secciones: Educación
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El Centro de Recursos Educativos de la ONCE llena de recursos las mochilas de alumnos de Primaria y Secundaria para afrontar el nuevo curso con garantías

El pasado septiembre el Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Sevilla fue invadido por dos grupos de alumnos de Primaria y Secundaria, que, aunque pertenecían a distintas provincias andaluzas, extremeñas e incluso, la ciudad autónoma de Ceuta, se pusieron de acuerdo para sumergirse en una estupenda aventura y con un objetivo común: llenar sus mochilas de todos los recursos que pudieran encontrar en el CRE antes de incorporarse a sus centros educativos.

 Y así fue cómo la primera expedición formada por los 7 alumnos y alumnas de Primaria con edades comprendidas entre los 9 y los 11 años empezaron a llegar el domingo 4 de septiembre por la tarde, haciendo que cada rincón del CRE tuviera una nueva sonoridad, con sus risas, sus bastones, sus charlas y sus juegos de mesa y las pelotas del showdown.

Una semana más tarde, llegaron al CRE los 11 chicos y chicas de Secundaria, con edades comprendidas entre los 12 y los 15 años, los cuales sólo pudieron quedarse 3 días, ya que el jueves 15 empezaban sus clases y no querían faltar.

Y es que, aunque el verano a todos nos encanta, llega un momento que se hace ya largo, y nuestros queridos alumnos y alumnas tienen ya ganas de regresar a sus colegios, con sus compañeros y sus actividades.

Y con esta ilusión, se dispusieron a preparar sus mochilas cuando… ¡Se dieron cuenta que tan sólo tenían los libros, y el ordenador! Pero… ¿Dónde estaban los comandos del Edico? ¿Y las teclas rápidas de Jaws? ¿Y…?

Entonces decidieron que necesitaban algo más que meter los libros en la mochila. Necesitaban recargar las pilas con ilusión, y recordar todas las herramientas concretas y específicas que como chicos y chicas con discapacidad visual deberían utilizar durante el curso.

Aun así, a alguno de ellos no les seducía la idea de acortar sus vacaciones una semana, y tener que ponerse ya con las matemáticas, las ciencias, la plástica.

Alumno con el tablero de dibujo

Pero entonces, se les ocurrió una gran idea:

“Por la mañana, cargaremos nuestras mochilas de conocimiento, y por las tardes, las cargaremos de experiencias, habilidades, risas y mucho más”.

Durante sus estancias en el CRE, los alumnos y alumnas secuestraron a los especialistas, y les dijeron que no se irían hasta que les hubieran recordado todas las herramientas necesarias para abordar con éxito el curso que van a iniciar.

De esta forma, los especialistas organizaron un horario específico para el alumnado de cada etapa educativa, en el que los asistentes pudieran pasar por todas las materias escolares que requieren una mayor complejidad, por usar una signografía específica en braille (como las matemáticas, el inglés o la música), por otras en las que el uso de las nuevas tecnologías es imprescindible, o por aquellas que requieren unas habilidades físicas o manipulativas, como la educación física o la plástica.

De este modo, tuvieron varias sesiones del editor matemático Edico, adecuadas a la etapa escolar de cada grupo, profundizando en el modo de introducir los ejercicios con el ordenador de forma que los alumnos puedan leerlo con su línea braille, y el profesor del aula escolar pueda ver en pantalla lo que el alumno está realizando. ¡Una herramienta muy inclusiva!.

La tiflotecnología tuvo un gran protagonismo ya que es a través del manejo del ordenador cómo los alumnos pueden realizar sus tareas escolares y permitir que el maestro pueda corregirles como al resto de compañeros, al poder visualizar en pantalla las distintas actividades. También la tiflotecnología ofrece a nuestros alumnos las herramientas para acceder a internet, o consultar libros de la biblioteca digital ONCE, así como editar documentos para su aprovechamiento con el estudio.

En el área de educación física, los más pequeños decidieron aprovechar el calorcito, para darse un buen chapuzón y poner a prueba las habilidades motóricas de nuestros alumnos y alumnas en el agua, ya que es un deporte menos habitual y al cual no todos tienen acceso. Los chicos y chicas de Secundaria realizaron distintas actividades físicas que permitirían evaluar sus habilidades y dotarles de estrategias para el buen aprovechamiento de dicha asignatura durante el curso.

Alumno en el laboratorio midiendo la capacidad de un recipiente con una jeringuilla adaptada

En el área de plástica, los alumnos trabajaron distintas habilidades motrices adecuadas a sus edades y en el caso de los alumnos de Secundaria, relacionados con otros aspectos escolares como las matemáticas, la geometría, dibujo técnico, etc.

En la clase de ciencias, practicaron el reconocimiento tactil de láminas y maquetas, incluso los alumnos de Secundaria se atrevieron con alguna sencilla práctica de laboratorio.

La música y el inglés son dos lenguajes que requieren en ocasiones una signografía específica, y el uso de algunas herramientas informáticas como los diccionarios y el editor musical BME.

Y por supuesto, no pudo faltar una sesión de técnicas de estudio, donde recordar el modo en que los alumnos con discapacidad visual pueden marcar un documento en braille, mediante los gomets, para luego hacer un resumen o posterior actividad.

Alumna tocando el piano

Y por las tardes la cosa cambia para seguir fomentando la pertenencia a un grupo, que, si inicialmente se conocían poco, a medida que transcurrían los días, los afectos daban paso a las amistades.

Qué forma más divertida de aprender competencia social y habilidades de la vida diaria, que realizando juegos en equipo y juegos adaptados que luego podrían trasladar a sus recreos para fomentar la inclusión, saliendo a comprar los ingredientes para luego cocinar, refrescándose con juegos de agua, realizando asambleas, charlas para preparar nuestra salida a cenar, y visionando una película acompañada de palomitas.

Y por supuesto, un poquito de tiempo libre, que como su nombre indica, cada cual lo utiliza para lo que quiere; hablar, jugar al showdown, juegos de mesa, cantar...

Y, lamentablemente, todo llega a su fin. Un sabor agridulce invadía la boca de nuestros participantes; por un lado, muy contentos y satisfechos por todo lo que habían aprendido y recordado, y por otro, algo tristes por separarse de sus compañeros, y dar fin a estos días en los que han convivido, aprendido, y se han sentido muy a gusto entre iguales.

| Equipo Pedagógico del CRE de Sevilla

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