Más allá del coro
Hay coros y coros. Los de siempre con la música por delante y otros, los menos, con un componente social que trasciende al valor de una partitura, que va más allá de una interpretación porque cada ensayo y cada concierto se transforma en una terapia de grupo de efectos muy beneficiosos para la salud. El coro rociero de la Delegación Territorial de la ONCE, puesto en marcha en 2019 en Sevilla, es un ejemplo de esas agrupaciones musicales que, más allá de lo que cantan, inyectan vida entre sus componentes con efectos secundarios que se traducen en una alegría y ganas de vivir contagiosas para el público pero, sobre todo, para ellos mismos. | LUIS GRESA