EN PRIMERA PERSONA: José Andrés Parra, psicopedagogo
Con tres años tenía ya 18 dioptrías, aunque llevar gafas de culo de vaso no le planteó ningún problema de niño. Ninguno que le marcara al menos. Luego quiso ser periodista, y ahí la falta de visión se la jugó y torció su destino hacia el Magisterio y la Psicopedagogía. Durante más de 25 años ha estado entregado a la Educación Especial y ahora, ya jubilado, observa la vida con el orgullo de haber sido un buen profesor y haber dejado huella entre sus alumnos. A José Andrés Parra (Úbeda, Jaén, 1969) no le gusta hacia dónde va esta sociedad, pero su sentido crítico de la vida no empaña su entusiasmo y vitalidad por seguir conociendo, aprendiendo y compartiendo. | LUIS GRESA