Todo un guion de vida
El Servicio de Voluntariado de la ONCE y el colegio Julio César convierte su proyecto ‘Otro punto de vista’ en un referente para la comunidad educativa sobre cómo cultivar la empatía hacia las personas con discapacidad entre los alumnos de 3 a 5 años
“De este colegio puede salir el próximo presidente del Gobierno”. Se lo dijo convencida la presidenta del Consejo Territorial de la ONCE en Andalucía, Ceuta y Melilla, Isabel Viruet, a las cinco filas de alumnos de entre 3 y 5 años del Colegio de Educación Infantil Julio César de Sevilla que han participado durante todo este curso escolar en el proyecto ‘Otro punto de vista’. En colaboración con el Servicio de Voluntariado de la Delegación Territorial de la ONCE en Andalucía, este centro educativo se ha convertido en un referente para la comunidad educativa sobre cómo cultivar la empatía hacia las personas con discapacidad entre los alumnos más chicos.
Habrá un antes y un después en la vida escolar de los 120 alumnos de Infantil, de entre 3 y 5 años, que han participado durante todo este curso escolar en el proyecto ‘Otro punto de vista’ de la mano del Área del Voluntariado de la ONCE en Sevilla y la dirección del centro educativo Julio César, ubicado en la barriada de Pino Montano de la capital andaluza. Al menos en su percepción de valorar a las personas ciegas o con otras discapacidades como iguales. El trabajo concienzudo, riguroso, innovador y constante realizado desde el pasado mes de septiembre de forma conjunta entre los técnicos de los Servicios Sociales de la ONCE y el área del Voluntariado, y los profesionales educativos del centro Julio César, ha cumplido todas sus expectativas.
Los alumnos presentaron las conclusiones de sus trabajos en el marco de la Semana del Grupo Social ONCE
Solo hacía falta ver la atención y el entusiasmo que los niños pusieron al acto que ponía fin a este proyecto, el pasado 15 de mayo, en el marco de la celebración de la Semana del Grupo Social ONCE en Andalucía, Ceuta y Melilla. El respeto con el que escucharon las intervenciones, los aplausos espontáneos en los momentos cruciales de los discursos, la ilusión de sus miradas, la delicadeza de quienes tuvieron un papel protagonista para presentar las conclusiones de su trabajo de un lado, y la emoción contenida y las risas cómplices de los profesionales tanto de la ONCE como del propio colegio de otro, confirmaba que habían llegado a la meta y con muy buena nota. Orgullo se llama.
La presidenta del Consejo Territorial de la ONCE,Isabel Viruet, agradeció al centro y a los niños su implicación
El proyecto se ha sustentado en tres partes bien diferenciadas. En el origen de todo, la preocupación por la salud visual puso en marcha acciones encaminadas a detectar en primer lugar el problema y ser conscientes de la necesidad de evitar el uso excesivo de las pantallas. Más bien, de prohibir su uso en los cinco primeros años de vida para evitar después los problemas de miopía, como les explicó la oftalmóloga de la ONCE Beatriz Oyarzábal. Según la OMS, la Organización Mundial de la Salud, los menores de cinco años no deben usar ni siquiera una hora al día las pantallas y a partir de esa edad se permitiría un máximo de una hora al día, siempre acompañado de sus padres. “La miopía es la pandemia del siglo XXI, y ese crecimiento exponencial en todos los países desarrollados se atribuye en una gran parte al uso de las pantallas y los móviles en la infancia precoz hasta los 7 u 8 años”, advierte.
Un antes y un después
Durante ese primer trimestre, niñas y niños no solo comprendieron la importancia de la salud visual en sus vidas, sino que emprendieron una campaña de donación de gafas usadas por su barrio para transmitir esa conciencia también entre sus vecinos y familias. Además de las charlas recibidas, también trabajaron las patologías relacionadas con la visión y montaron una carpa coincidiendo con la festividad de Santa Lucía, patrona de la ONCE, para promocionar la salud ocular en el barrio. Y fueron ellos mismos los que explicaron a sus vecinos las recomendaciones para prevenir problemas.
En el segundo trimestre tuvieron más contacto directo con afiliados a la ONCE, usuarios de perros guía y de bastón, para conocer su realidad cotidiana y detectar barreras en sus propias aulas, en su colegio, en su barrio, en sus vidas, para tratar de poner soluciones a su manera. Y esa relación les sirvió para ponerse en su piel y aprender de primera mano las dificultades con las que tropiezan las personas ciegas en su día a día. A cada obstáculo encontraron una solución y de ahí redactaron una serie de propuestas transformadoras útiles, como pintar de amarillo el borde de los escalones, hacer contrastes en las puertas, marcar los interruptores de luz, medidas que sirven tanto para el centro educativo como para el barrio. Los alumnos solicitaron por escrito al delegado de Urbanismo y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Juan de la Rosa, una marquesina de autobús en la barriada para que los afiliados puedan identificar mejor la parada y resguardarse de la lluvia o el sol. Los pequeños agentes sociales llegaron a distribuir hasta 1200 folletos con sus aportaciones de mejora entre sus vecinos. Empatía se llama.
El proyecto 'Otro punto de vista' se ha convertido en un referente para la comunidad educativa
Y ya el último trimestre del curso protagonismo especial para el braille y la accesibilidad. Diseñaron un cartel que mira a otras discapacidades para fijarse sobre todo en la persona y realizaron tres cuentos, ‘Luna lunera’, ‘Las 3 ovejas’ y ‘5 lobitos’ en multiformato, braille, tinta, relieve y QR. Aprendieron braille y la Unidad de Producción Bibliográfica del Centro de Recursos de la ONCE en Sevilla transcribió al braille el cuento ‘Ponte mis gafas’, que es el texto que los alumnos del colegio crearon el año pasado. Inclusión se llama.
En una semana con más de 130 actos en toda Andalucía, la presidenta del Consejo Territorial no quiso perderse la puesta en escena del epílogo de este proyecto educativo. Acompañada por la subdelegada de la ONCE en Andalucía, Ceuta y Melilla, María Martínez, y buena parte de los responsables de Servicios Sociales de la Delegación Territorial, Isabel Viruet, agradeció a todos su implicación en este proyecto. “Quiero que el día de mañana seáis el alcalde de Sevilla, el presidente de la Junta o el presidente del Gobierno”, les dijo a los niños en presencia del teniente de alcalde de Sevilla. “Es muy importante lo que hacéis, saber poneros en el lugar de los demás, y ojalá muchos colegios hagan lo que habéis hecho vosotros”, les dijo. “De aquí saldrá el próximo presidente del Gobierno”, concluyó Isabel Viruet entre aplausos.
Los profesionales de los Servicios Sociales de la ONCE implicados en el proyecto se declaran orgulosos de sus resultados
“De lo que se trata es de cambiar la mentalidad y crear una empatía que transforme de verdad la sociedad”, explica visiblemente orgullosa, la directora del colegio Julio César, Soledad Oliva. “Que el alumnado sienta con un aprendizaje que toca el corazón de los niños, porque lo que trabaja es una herencia, un guion de vida. Esto les ayuda a cambiar la mirada hacia la vida, y a medida que van creciendo, van viendo que pueden hacer algo siempre, por pequeño que sea, por mejorar la vida de los demás”. Sole, como le llaman todos en el cole, cree ciertamente que el esfuerzo de este curso ha merecido la pena. “Creo que sí, que el impacto de este proyecto puede ser un antes y un después”, resume gráficamente.
| LUIS GRESA
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