El instrumento de la voz

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Vicente Sanchis, con la Coral Isla Cristina, ha dedicado toda una vida a enseñar a amar la música

Vicente Sanchis, director de la Coral de Isla Cristina, acumula un legado que lo convierte en patrimonio de la música en España y América Latina

El maestro, compositor y director Vicente Sanchis es toda una institución en América Latina y una leyenda viva del mundo de las corales en España. Con 84 años ve ya en penumbra, después de 16 años que marcaron su trayectoria en Colombia y 42 en Isla Cristina, su pueblo, donde se siente un vagabundo más. Afiliado a la ONCE desde hace dos años, asume con entusiasmo este último tramo de su voluminosa obra con la ilusión de poner en marcha aún nuevos proyectos, como una coral en la ONCE, y la esperanza de seguir enseñando, saltándose todas las reglas que la pedagogía musical ha escrito. Es, sencillamente, un genio. Un músico de los grandes de España.

El Océano Atlántico se mete de lleno en la terraza de Vicente Sanchis en Isla Cristina, un pueblo pesquero de los de siempre, que sigue anclado en sus costumbres mientras otros avanzan hacia el progreso o el supuesto progreso. Se mete el mar y se mete la sal, la humedad que lo impregna todo hasta llegar al salón con el piano antiguo, cientos, miles quizá de partituras que lo inundan todo de forma aparentemente ordenada y una pared donde apenas caben más condecoraciones de dentro y fuera de España.  

Vicente Sanchis dirigiendo un ensayo

Sanchis reconoce que donde más disfruta es en los ensayos, "donde se oye la música de verdad"

Frente a ese Paseo Marítimo de Isla Cristina vive Vicente Sanchis (Alacuás, Valencia, 1939), un número uno en su género. El primero en el cuerpo de oposiciones. Lo fue entre los directores de bandas de música en una tierra como Valencia, que es la cuna de las bandas en España. Y lo ha sido en el atril de orquestas y coros de Colombia, Estados Unidos y España. Ha sido director invitado en los grandes escenarios de América Latina en ciudades como Santiago de Chile, Buenos Aires, Bogotá, Quito o Porto Alegre. Catedrático de varios Conservatorios. El Parque de la Música de Tomares, en Sevilla, lleva su nombre, y el Conservatorio Elemental de Música de Isla Cristina también. En esta localidad onubense fundó la Coral Polifónica Isla Cristina en 1981 después de haber dirigido durante 20 años a la Banda Municipal de Huelva y haber puesto en marcha un total de 47 de escuelas de música en toda la provincia.

Cantar para sentirse vivo

Pero hubo un antes que marcaría de por vida la trayectoria de Vicente Sanchis. Su marcha a Colombia huyendo de la España de Franco en busca de libertad. Esa actitud de rebeldía conformó una leyenda en el país de García Márquez. Allí aprendió a cantar para sentirse vivo, como dejara escrito el autor de ‘Cien años de Soledad’. Allí, en Tolima, lo fue todo, catedrático, director del Conservatorio, director de la Orquesta Sinfónica, de la Orquesta Juvenil, de los Coros. Creó escuela, formó a 1.500 alumnos con una forma de enseñar que todavía hoy se rinde ante su magisterio y su legado. En la tierra del realismo mágico, Sanchis rompió todos los parámetros de la enseñanza con el único objetivo de transmitir pasión por la música.

Vicente Sanchis dirigiendo

Sanchis se muestra muy crítico con la enseñanza musical en España y muy decepcionado de la clase política

“Es indiscutible que uno tiene que meterse dentro de lo que es la música, dentro de sus entrañas. Y ver en qué momento tú puedes darle un giro, que aquello mueva al corazón. Es complicado pero se logra, claro que sí”, afirma el maestro en un tono pausado y un dedo de whisky en la copa. Frente a quienes gastan años en la rutina de hacer memorizar a sus alumnos, Sanchis ha dedicado toda una vida a enseñar a amar la música. “Hay que tocar bien por descontado -matiza rotundo-. Pero además que las corcheas estén en su sitio, hay que hacer que aquello te mueva a ti, te evoque algo, que te provoque un sentimiento. Eso es lo complicado, si no lo logramos hemos fracasado”.

Pero Vicente no ha fracasado en el intento. Bien contrario. Ha creado un sello propio en la forma de enseñar, tanto que le coloca entre los grandes compositores y directores de la historia musical de España del último siglo. “Me gustaría que se preocuparan por una sola cosa, que me definan que es música -explica-. Solamente meterles eso en la cabeza. Porque no es un lenguaje universal que dice la gente. Eso es una tontería. ¿Quién ha dicho que eso es un lenguaje? Ni hablar. Es una sensación, si no sabemos ni a qué parte del cerebro va. Me gustaría que aprendieran a amar la música. Pero ¿qué es la música? Una cosa que hace un señor, se la tiene que dar a un segundo, a un tercero para que la oiga un cuarto. ¿Y qué sientes tú? Pues si no sientes nada es que está mal hecha. No se trata de hacer seis millones de corcheas bien hechas, se trata de hacer sentir a la gente y a través de la música se hace sentir. Y si no lo logras hacer sentir a la gente 15 segundos has fracasado”, sentencia rotundo.

Sanchis con la coral de fondo

50 voces conforman la Coral Polifónica Isla Cristina que ha cumplido ya 40 años ya sobre los escenarios

Y tras Colombia, España, y no Valencia, sino Huelva primero e Isla Cristina después, donde creó en 1981 la Coral Polifónica ‘Isla Cristina’, que se ha erigido en estos 40 años, por su calidad artística, en un referente principal de las corales en España. Dos veces a la semana medio centenar de vocalistas ensayan en un local propio de una asociación de vecinos bajo la dirección del maestro. De él y de Virginia Peña que forma parte de la coral desde su fundación y ejerce de directora adjunta desde 2011. Su currículum apabulla pero la delicadeza de su dirección cautiva todavía más a los integrantes de la Coral, que ven en ella la continuidad de Vicente Sanchis.

“Uno de los mejores músicos de España”

Peña entró en la banda de Música de Isla Cristina con ocho años, continuó su formación superior de canto en los Conservatorios de Sevilla y Madrid, ha cantado como solista en escenarios de América del Sur y Europa, y ha sido fundadora y directora de distintas corales. Virginia lleva desde los 13 años, 36 años ya, a la sombra de Vicente Sanchis. Con esa edad entró en la coral y tiene ahora 49. Lleva por tanto 36 años con él y se siente heredera legítima de su legado.

“Para mí es uno de los mejores músicos que hay en España, creo que no ha sido valorado ni cuidado como tenía que ser, tiene mucha música, y tiene un ingenio que muy poquitos somos afortunados de tenerlo. Espero que un día la historia haga historia de él”, subraya.

Vicente Sanchis con Virginia Peña

Después de toda una vida musical a su lado, Virginia Peña se siente heredera del legado del maestro Sanchis

A su juicio, la clave del éxito del maestro es su tesón. “Es una persona que le gusta trabajar pero no mira el reloj, si ha pasado una hora o si son 10. Y eso le ha servido para hacer todo lo que ha hecho aquí y en América. De hecho cuando llegó a Huelva no había nada de música salvo la banda y él se fue pueblo por pueblo creando corales y bandas. Siempre ha ido creando cosas. El hacer para los demás”, destaca. Ahora, en los ensayos, el momento que más disfruta –“donde se oye música de verdad”, dice- el maestro se sienta a la vera de Virginia para vigilar e interrumpir con ímpetu cuando lo juzga necesario. “A mí me aportan vida, oírlos cantar para sentirme vivo”, afirma.

Vicente Sanchis se muestra muy crítico con la metodología que impera en los Conservatorios españoles. “No conozco un fracaso más grande que el de los Conservatorios españoles -lamenta-. Es una verdadera catástrofe. Aquí se han saltado todo, hasta los métodos de enseñanza infantil, en el 90% se los han saltado. El niño tiene que cantar su música, no puede imitar a los mayores, es una verdadera lástima, está muy mal orientado, son funcionarios”. Piensa que todos llevamos un músico dentro. “Absoluta y totalmente”, responde. Y que los profesores no transmiten pasión por la música. “Absolutamente no, es una verdadera pena”, sentencia. Y todavía se muestra más decepcionado aún con la clase política. “Nunca he visto a un presidente o a un alcalde en un concierto”, se queja gráficamente. “La Cultura es indiscutiblemente la raíz y forma de ser de un pueblo. Y no nos echan mucha cuenta”.

Primer plano de Sanchis

A sus 84 años, Sanchis está lleno de proyectos e ilusiones, como poner en marcha una Coral en la ONCE

Hoy, con 84 años, afiliado a la ONCE desde hace dos años por la pérdida progresiva de su visión por una mácula –“me está costando, sí”, reconoce resignado- Sanchis afronta la vida con muchas más limitaciones físicas pero con la misma ilusión de siempre. Una de ellas poner en marcha una coral de la ONCE en Huelva o en Sevilla.

“Es relajación, fortaleza, felicidad”

Ni Sanchis ni Peña creen que haga falta cualidades vocales para entrar en una coral. “Para nada -matiza el maestro-. Puede haber un ser negado cada 50.000 Hay que meter en la cabeza en la gente que la voz es un instrumento, hay que saber tratarlo, llevarlo, meterlo en el sitio que le corresponde, pero el 90% puede estar capacitado”.

“Cuando llegas al ensayo es la hora de desconectar de todo el día, de olvidarte de los problemas de casa, del trabajo -explica Virginia-. Es vitamina que te inyectan dos o cuatro horas a la semana, te fortalece, convives con otras personas y aprendes de ellas. La voz es el instrumento de la música más noble y se comparte y luego hay una serie de endorfinas que se estimulan y que provocan muchísima felicidad”.

Joaquín Gómez

Joaquín Gómez, vendedor de la ONCE, es miembro de la Coral Isla Cristina desde hace 12 años

A su lado, Joaquín Gómez, voz de tenor, asiente. “Para mí es una relajación muy grande”, afirma. Joaquín entró en la Coral Polifónica por mediación de Virginia hace 12 años. Es vendedor de la ONCE desde hace 7 años después de un accidente que provocó daños en la espalda y una vida dedicada a la construcción que acabó en deudas por culpa de la crisis. “Tiene un efecto terapéutico, yo tenía una depresión de caballo y la coral me levantó porque yo estaba hundido, me metí aquí y la verdad es que gracias a ellos me he superado mucho”, dice sonriente. Joaquín, vendedor del Año en Huelva hace tres años, disfruta lo mismo de unas cánticas romanas que de un bolero o un tango, pero no canta para vender sus números aunque sus clientes del Muelle y la avenida del Parque saben que es uno más de la coral. “Esto es un pueblo, aquí nos conocemos todos”, sonríe.

En un pueblo pesquero donde la palabra coro solo se identifica con el Carnaval, Joaquín se declara un carnavalero con años experiencia en murgas y comparsas pero, sobre todo, un apasionado de la coral. “Mi experiencia en la Coral es una relajación increíble. Entras ahí, te tomas la copita, charlas con los amigos, me relajo y me quedo libre de todo. Es una experiencia que hasta que no estás dentro no sabes lo que es. Desde que lo probé es como una medicina”.

Vicente Sanchis, Joaquín Gómez y Virginia Peña

Joaquín Gómez, con sus maestros Vicente Sanchis y Virginia Peña, recomienda cantar como fuente de relajación

Un programa habitual de la Coral Isla Cristina arranca con un repertorio clásico, si se tercia hasta con gregoriano, para acabar con la Rapsodia de Queen o la Salve Rociera, y tocar así todos los palos para atrapar a todo tipo de públicos de principio a fin con la riqueza y variedad de estilos y voces. El próximo 16 de junio actuará dentro de la programación de la Semana de la ONCE en la sede de la Fundación Cajasol en Huelva.

¿Si tuviera que elegir un momento de su vida? Al segundo de pensar, A Sanchis se le quiebra la voz. El llanto se adueña de la palabra que se rompe por la emoción. “En el Conservatorio de Tolima de Colombia que llevé durante varios años con miles de alumnos, cuando me fui de allí a dirigir el Conservatorio de la Universidad, un alumno me hizo un regalo, dos mangos, el mayor regalo que me han hecho nunca”. 

Vicente Sanchis con la Coral de fondo

"Todo lo que he hecho ha sido por amor a la música", sostiene Vicente Sanchis

Su legado, unas cien obras y unos 300 arreglos y, lo más importante, la impronta de su enseñanza, permanecerán para siempre. Virginia Peña trabaja en la actualidad con el catedrático de Composición del Conservatorio Superior de Sevilla, Francisco Martín, para poner a disposición del Centro de Documentación Musical de Andalucía, con sede en Granada, toda la obra de Sanchis para que se pueda estudiar en los Conservatorios andaluces.

Maestro, ¿Qué le queda por hacer?... (silencio). “Poner un epitafio que diga “Hice lo que pude. Nada más, no tengo la sensación de haber hecho algo importante. Todo lo que he hecho ha sido por amor a la música porque sé el beneficio que le estaba aportando”, concluye. La música le mantiene vivo. “Tengo muchas cosas aún que poder decir, a lo mejor un día escribo un reguetón”.

| LUIS GRESA

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