EN PRIMERA PERSONA: Juan Antonio Santaella, surfista
Juan Antonio Santaella (San Fernando, Cádiz, 1977) se quedó ciego antes de cumplir los 16 años. Aún no tenía 20 cuando, una noche, tuvo un sueño; que surfeaba. Algo que, al despertar, le pareció imposible. Con el tiempo ese sueño se fue haciendo realidad gracias a la Escuela de Surf Camposoto de San Fernando y al empeño de su entrenador, Fernando Porra, un pilar firme en toda su trayectoria. Hoy es la única persona ciega en Andalucía, una de las 10 o 12 que lo hacen en España, que practican surf a un nivel ya profesional. Él no tiene ambición por competir, solo por convivir -dice-, pero el año pasado quedó cuarto en el Campeonato Nacional de Surf Inclusivo, celebrado en Pontevedra, y se está preparando para superar ese listón en el Campeonato que volverá a celebrarse en la costa gallega este otoño. Pensionista, quiromasajista y compositor de música eléctrica, Juan Antonio es, sobre todo, un hombre apegado a la naturaleza en todos sus frentes.
“Los miedos son un lastre en la vida”
Santaella con su entrenador Feando Porra en aguas de San Fernando | Foto: Miguel Rayón
¿Cómo empezó esta afición?
Pues es muy curioso porque cuando yo tendría 18 o 20 años o así tuve una noche un sueño donde yo me veía surfeando con una tabla amarilla y me lo pasaba genial. Era increíble. Pero me desperté y me di cuenta de que era un sueño y me parecía imposible porque yo no veo, y no le di importancia. Me quedé con la miel en los labios, porque fue un sueño maravilloso, pero yo creía que eso no era para los ciegos. Sabía que esquiaban, que hacían judo, pero no me imaginaba esto. Y lo dejé pasar. Y al cabo de muchos años en una fiesta de cumpleaños de un amigo conocí a uno de los monitores de la Escuela de Surf de San Fernando y me dijo que los ciegos hacen surf que había unos cuantos, pocos, que lo hacían. Yo no lo sabía. Estaban interesados en formar a un ciego para surfear. Me animaron a intentarlo y a los dos o tres días fui a la Escuela, me encontré a Fernando, y esa misma tarde lo probamos. Yo bastante escéptico. Me acordé del sueño claro. Cogí el tablón, me dio el neopreno, nos metimos en el agua, empecé a levantar un poquito el cuerpo de rodillas y a los 15 minutos me puse de pie y alucinó, y yo también, porque lo normal es que la gente no se ponga de pie el primer día y yo me puse de pie y llegué hasta la orilla y así comencé. Empezamos a entrenar y así comenzamos.
Porque te quedaste ciego a los 16.
Todavía no los tenía.
¿Y qué pasó?
Fue un desprendimiento de retina, primero en el ojo izquierdo con 13 años, tuve un desprendimiento brutal de retina y no hubo solución, durante dos años vi con el ojo derecho nada más hasta que me ocurrió lo mismo en este ojo. Tampoco hubo solución y ya perdí la vista del todo.
Y con esa edad, en ese tramo tan importante de la vida, ¿cómo se supera un trance así?
Pues no te puedo decir que lo superara rápidamente porque tuvo su proceso, sus meses, pero tampoco lo recuerdo como algo demasiado traumático. Depende de la persona, hay personas que lo superan antes que otros y lo fui llevando bien. Me gustaba mucho escuchar música y eso me ayudó muchísimo. Y sí que lo superé.
¿Qué tipo de música?
En aquella época, y ahora también, me gustaba mucho grupos como Depeche Mode o El Último de la Fila.
Mi estilo está inspirado en la música electrónica hecha con sintetizadores hardware. No compongo por ordenador sino con teclados y grabadora multipistas, a la antigua usanza. Me apasionan músicos como Jean Michel Jarre, Vangelis, y lo fue la música cósmica en general y ese es mi estilo, la música que sugiere los ambientes espaciales y etéreos. Este tipo de música me permite pintar con sonidos, ya que la paleta sonora que se consigue con los sintetizadores es infinita. Lo hago por pura afición, subo mis temas a YouTube, algunas plataformas y grupos de Facebook y sí que hay personas que les gusta y me lo hacen saber.
Ser ciego ¿en qué te ayuda y en qué te perjudica a la hora de hacer surf?
Me ayuda en todo. A dormir mejor, a tener un contacto con la naturaleza muy directo, porque a la vez que haces deporte estás disfrutando de los cuatro elementos de la naturaleza; agua, fuego, tierra y aire. Y me ayuda a hacer amistad, a conocer a muchísimas personas. Y creo no me perjudica en nada, todo es positivo la verdad.
¿Te has visto en alguna situación de apuro?
De apuro no, me he llevado algún que otro revolcón, como es normal. Una vez me dio con la quilla en la cabeza pero no me hizo nada. Ahora llevo un casquito y estoy más cómodo, pero no me ha pasado nada, salvo algún encontronazo con alguna otra tabla, pero nada grave.
¿En el surf el equilibrio es la clave de todo, más que la fuerza física?
El equilibrio es una de las cosas más importantes, también la fuerza porque tienes que remar para impulsarte y que la ola te lleve. Es fundamental, no es lo único, porque también tienes que desarrollar una sensibilidad en los pies que no tenía al principio. Yo no notaba la ola en los pies y tienes que notar si la ola sube, o se cae un poco, o se pone más lenta, tienes que pisar atrás para que no se frente la ola, y eso es como una sensibilidad que desarrollas en los pies. No sé explicarlo muy bien, pero es así.
¿Y ese equilibrio después se traduce en equilibrio mental para el resto de tu tiempo y tu vida?
Yo pienso que si influye. Como el cuerpo y la mente están unidos y es una única cosa, cuando una persona tiene un equilibrio mental se produce el equilibrio físico y viceversa, si yo tengo equilibrio físico en el surf por supuesto que luego me va a dar equilibrio emocional. Por lo menos así lo estoy sintiendo.
“El surf es sensación de libertad”
"Surfear es algo muy parecido a volar", afirma Santaella
¿Cuál dirías que es el perfil del surfista medio? ¿A qué parámetros responde?
Yo creo que un perfil muy amplio, hombre, quizá a partir de 60 años no sé si sería mejor hacer otro tipo de deporte que se adaptara mejor, pero tanto para niños pequeños como adultos es aconsejable. Yo empecé con 41 años, 42. Yo creo que el perfil es una persona con ganas y que no le tenga miedo. Más que algo físico destacaría más tener un ánimo importante.
¿Es más de surf de marea alta o baja?
Yo creo que ninguna de las dos me viene bien. Yo prefiero que la marea no esté ni muy alta ni muy baja, como a mitad de camino, por eso tenemos que elegir bien la hora adecuada. Con la marea muy baja te pegas un caderazo y te duele un poco y con la marea muy alta igual, no es bueno.
¿Cuál es la hora ideal para ti?
A mí me gusta surfear sobre todo por las mañanas, sobre las 10 o las 11, pero tenemos que adaptarnos a lo que hay.
¿Podrías explicar cómo sientes las olas practicando el surf?
Pues ahora que ya las voy sintiendo bien, porque al principio no las sentía mucho, ahora que he desarrollado esa sensibilidad tanto en los pies como en las manos, lo que noto es que cuando la ola viene hay un cambio de temperatura, es más frío, es como una corriente fría que viene, tú ya sabes que viene la ola, y eso te ayuda a saber a qué velocidad viene. Es una sensación de libertad. Yo no he volado, no tengo alas, pero es algo muy parecido a volar. Es un medio acuoso, al no ser sólido, es como que todo flota; flotabilidad, libertad, al ir rápida la ola, es como una sensación de adrenalina.
Sobre todo te da una sensación de libertad.
Yo la definiría como libertad. Cuando estas encima de una ola y ves que es larga, que dura mucho y no se acaba, eso es fantástico. De verdad, alucinas.
Debe ser decepcionante volver a la tierra.
-Se ríe-. Bueno, claro, uno siempre quiere más. No, hombre, decepción no. Pero estás deseando ya meterte y coger la siguiente.
Tu vida está muy apegada a la tierra, muy vinculada a la naturaleza.
Si, me gusta mucho la naturaleza. Intento cuando puedo irme al bosque y disfrutar de todo lo que puedo percibir, olores, sonidos, tactos, me gustan mucho los aceites esenciales, el olor de las flores, todo lo que sea olfativo me gusta mucho. Y la naturaleza me lo da de una manera especial.
¿Ser surfista implica un modelo de vida concreto?
Yo pienso que no porque la vida tiene otros factores y aspectos. Pero sí te hace apreciar más la naturaleza, el vínculo con el mar, que antes no lo tenía y ahora sí.
Eres un apasionado de la Medicina Natural, del yoga, el quiromasaje. ¿Surfear también aporta espiritualidad?
Bueno, puede aportarte en el sentido de que creces como persona, sí. Porque rompes límites mentales, límites emocionales, rompes el miedo. En ese sentido sí. Al haber un desarrollo personal sí tiene que ver con la espiritualidad.
¿Y qué te aporta la medicina natural?
Bueno, es una forma de sanarse de forma más integral, te sanas a nivel emocional no solo físico, porque pienso que muchas enfermedades son desequilibrios emocionales que luego se somatizan físicamente. Yo estoy muy contento con la medicina occidental pero la oriental quizá contempla esa parte del ánimo, de la mente, de las emociones para que sea como un equilibrio tipo físico.
“Estamos contaminados a todos los niveles”
A Juan Antonio lo que más le gusta de la competición es la convivencia
¿Estamos muy contaminados en nuestra rutina diaria no sé si por productos, por estigmas, por intereses? ¿Cómo ves el mundo que nos rodea?
Totalmente contaminados a todos los niveles. Hay una contaminación mental, todo el ruido que percibimos a través de Internet, donde la información va a mil por hora, y tenemos que procesar muchos datos y ya no podemos procesar más datos porque no estamos preparados para eso; hay una contaminación medioambiental, el humo de los coches, de las fábricas, la contaminación de los mares y ríos; y también hay una contaminación a veces emocional, a todos los niveles; y por supuesto la de los productos, estamos rodeados de productos llenos de sustancias químicas de todo tipo, en la alimentación con los alimentos ultra procesados, el 80% de los alimentos que hay en el super son ultra procesados.
¿Qué piensas de quienes niegan el Cambio Climático?
Pues que como dice el refrán no hay más ciego que el que no quiere ver. Para mí es una realidad. Yo no digo que el factor humano tenga el cien por cien de la responsabilidad del Cambio Climático, porque puede haber factores naturales. Pero hoy en día sí que hay una intervención humana bastante evidente en el Cambio Climático.
Volviendo al surf. ¿Cómo te preparas? ¿Te exige mucho entrenamiento? ¿Cuál es tu rutina?
Bueno, yo intento siempre verlo como algo placentero, para disfrutarlo. No tengo un entrenamiento duro ni tampoco puedo ir todos los días, porque a veces no te lo permiten las olas, a veces mi entrenador, Fernando, no puede él, a veces no puedo, entonces no voy todos los días, ni todo lo que quisiera, pero sí que entrenamos. Lo que hago es remar porque hay que fortalecer los brazos que es muy importante. Y otras veces surfear. Para mí el surf es un disfrute, un placer. Hay personas que lo ven como una competición.
De hecho has competido.
Sí, el año pasado en Campeonato Nacional de Surf Inclusivo en Pontevedra y quedé cuarto. Pero lo veo como un disfrute, no tengo un espíritu muy competitivo. Lo que prefiero es disfrutar. Cuando fui al Campeonato, sobre todo las personas que conoces, la amistad que haces, como nos ayudamos unos a otros. Por supuesto cuando me meto en el agua doy el cien por cien, eso también.
No tienes ambición por conseguir nuevos títulos.
Estaría bonito, pero a mí lo que me gusta de la competición es la convivencia, no la ambición de títulos, a Fernando (su entrenador) le encanta que yo compita, le gusta mucho por verme a mi integrado. A mí también me gusta, pero me gusta más la convivencia y lo que aprendes de otras personas con discapacidad.
No tienes ningún objetivo a medio largo plazo.
Si, si este año vuelvo a competir en el Campeonato de España, en Galicia en otoño.
¿También surfeas en invierno?
Si. Si. Todos los días no, pero en todas las épocas. En verano las olas son más pequeñitas, en otoño son más grandes.
El frío no te frena.
A veces me ha frenado porque ya era demasiado, el frío a veces te echa para atrás un poquito.
Al final sois como una gran familia la gente del surf.
Sí, somos una familia. He conocido a muchísima gente, personas que no ven, y personas que sí que ven haciendo surf toda la vida y son geniales. Hay una cosa curiosa. Antes el surf no estaba adaptado a personas con discapacidad. Y había un poquito de egoísmo a veces. Iban a surfear y todo era ellos y ellos. Pero hoy en día, la mayoría de las muchas escuelas de surf tienen alumnos con discapacidad. Ellos mismos se abren, hacen encuentros, los mismos profesores y monitores están encantados con el surf adaptado. Y ya el surf ha pasado de ser un deporte para personas sin discapacidad a ser un deporte para todos, un deporte inclusivo.
Crees que ya es habitual que haya personas con discapacidad haciendo surf y que las escuelas lo ofrezcan.
No, todavía no. Todavía tiene que abrirse mucho más. Pero desde luego el cambio es importante, de diez años para acá ha sido un cambio importante, aunque todavía hay muchas escuelas que no se han sumado pero porque a lo mejor no están bien informadas o no lo han visto.
¿En tu Club hay alguien más?
No. De hecho personas ciegas en Andalucía, que yo sepa, soy el único de Andalucía,
¿Y de España?
En España no creo que seamos más de diez o doce.
¿Tienes tu ranking de playas favoritas para surfear?
Por cariño, le tengo mucho cariño a Camposoto, que es donde empecé, pero luego me gusta la playa del Palmar y Caños de Meca.
¿Qué consejo darías a aquellas personas ciegas o con otras discapacidades que no se atrevan a dar el paso de hacer surfing?
Si no les gusta el surf no les diría nada, que busquen otro deporte. Si les gusta el surf, que los miedos son un lastre para todo en la vida, y que no hay ningún motivo para tener miedo porque el monitor va a estar ahí con ellos, siempre está dentro del agua, te acompaña, es tu guía con la voz, y no va a pasar absolutamente nada. Y que se pueden perder algo muy grande, algo maravilloso, y es una pena que nos vayamos de este mundo sin haber probado lo que nos gusta. Que se animen, que se animen, de verdad, que son mayores el placer y el disfrute, que el miedo solamente es el primer momento, cuando vean que no pasa nada entonces no van a parar. Y que sepan nadar, eso sí.
¿Si tuvieras que elegir una ley de vida, con cuál te quedarías?
¿Un principio sagrado? A mí siempre me ha gustado mucho lo de ‘Vive y deja vivir’. En este caso, ‘Surfea y deja surfear”.
| LUIS GRESA
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