EN PRIMERA PERSONA: Gumersinda Naranjo, psicóloga

A Gumersinda Naranjo (Cantillana, Sevilla, 1959) siempre le ha apasionado saber cómo se configura la vida de las personas, que está detrás de sus intenciones y qué influye en su forma de ser. Psicóloga, formada en Alemania, donde aprendió la Técnica Rolfing, de la que es referente en Andalucía, ha trabajado durante años en el tratamiento de las adicciones y la desintoxicación, y ahora, ya jubilada, afiliada a la ONCE desde el año pasado por pérdida de la visión, afronta una nueva etapa en un Ilunion Contact Center que le va a suponer un cambio de registro radical. Gumersinda recomienda vivir intensamente la vida.

   "La vida hay que vivirla a tope"   

Gumersinda, ¿nunca le causó algún problema su nombre?

Sí, sí, sí. Estuve viviendo cinco años en Inglaterra. Allí era o Gumer, o Guma, o Gumi. Pero para evitar problemas soy Gumersinda. Me gusta llamarme así, aunque es un nombre que está en vías de extinción.

Tiene un punto literario y romántico.

Pues sí, es un nombre muy antiguo. Hay pocas Gumersindas y Gumersindos. Todas las mujeres de mi familia lo llevan. Y me siento muy orgullosa. Mi abuela era una mujer muy valiente, con una personalidad muy poderosa. Mi bisabuela recibía periódicos a principios del siglo XX en casa. Eran mujeres cultas.

¿Quién le ha marcado más de su árbol genealógico?

La figura de mi abuela Gumersinda ha estado muy presente, era una mujer de personalidad, de carácter, inteligente, y muy espiritual. Y también estaban mis abuelos que eran los patriarcas, hombres vitales, ateos, donde lo más importante era el poder, el dinero y las mujeres. Ambas tendencias tienen un fuerte impulso.

La infancia es fundamental en la conformación de la persona. ¿Cómo fue la suya?

Una casa muy grande, familiar, donde vivían mis abuelos, allí hemos crecido todos rodeados de niños, donde jugaban todos los chiquillos de mi pueblo, una casa alegre con muchos primos, hacíamos teatro, toda clase de juegos. Creo que sí, que mi infancia ha sido muy positiva, muy rica.

¿Muy entre iguales entre niños y niñas?

Si. Allí entraban niños y niñas. Yo tengo cuatro hermanos y había muchos chicos. Yo siempre he estado más protegida porque era la chica de la casa, pero ahí han entrado todas mis amigas y compañeras de colegio.

“Todos somos adictos”

Naranjo es experta en la Técnica Rolfing que combina el tratamiento sicológico con el físico

¿Por qué se decidió por la Psicología?

A mí me encanta. Es una de las cosas que más me gusta en mi vida. Saber cómo la vida de las personas se configura, qué es lo que está detrás de nuestras intenciones, qué nos influye en nuestra vida, me parece muy interesante. También ha sido muy intenso trabajar con adictos, he estado cuatro años, y ahí se ve más claramente cómo influye nuestra infancia en nuestros ancestros, las adicciones que se heredan, en parte genéticamente. Es apasionante.

Es usted experta en la Técnica Rolfing, un tratamiento que combina lo sicológico con lo físico. Explíquenos en qué consiste.

Sí, me ha dado mucha riqueza y más profundidad en mi trabajo. Es una técnica americana que trabaja a nivel estructural. Quiere decir que se trabajan las asimetrías; si hay escoliosis, si tengo una pierna más larga que otra, si tengo el cuello rectificado, entonces se trabaja en el tejido conectivo, que es la facial, que es como el envoltorio de todo nuestro cuerpo, rodea los nervios, la musculatura, las articulaciones, y todo eso permite, a través de la manipulación de este tejido, con presiones bien con los dedos, el puño, los codos, que el cuerpo se vaya alargando. El continente (toda nuestra estructura externa) y el contenido (los órganos, vasos, las arterias) todo eso puede cambiar si el cuerpo se alarga. Es un tratamiento muy intenso que transcurre a lo largo de 7 u 8 meses y que puede cambiar nuestra perspectiva de cómo miramos, cómo nos movemos en el mundo, cómo estamos posicionados en el espacio.

Al final es la búsqueda del equilibrio lo que persigue.

Si. Mejorar el equilibrio en bipedestación, en el espacio, en el movimiento. Muchas de las lesiones que tenemos son inhibiciones.

¿Hay un perfil distinto de paciente que acude a su consulta del que se somete a la técnica Rolfing?

Normalmente son personas que les duele la espalda.

Para usted ¿un dolor de espalda es el indicio de algo más síquico?

Puede ser. Un dolor de espalda puede ser estructural y eso significa que la curva no tiene una morfología correcta y puede ser también que una persona tuviera mucha timidez y se encorvó en la adolescencia. Entonces en ese dolor de espalda no solo está que tiene una curva dorsal más grande de lo que le corresponde, sino que ahí se esconde también su complejo. Una persona encorvada no mira igual que una persona derecha. No tiene nada que ver. Trabajamos en la respiración, la posición en el espacio, el mirar al otro. A lo mejor lo que hay que abordar es cómo miro al otro. Ya no estoy escondido, me muestro más yo, y eso también es un desafío.

Ha trabajado en el Centro de Desintoxicación y Tratamiento de Adicciones atendiendo a adultos dependientes de sustancias tóxicas. ¿Qué ha aprendido durante este período?

He aprendido que todos somos adictos a algo, o al éxito, o al trabajo, o al tabaco, o al alcohol, somos adictos a las compras, emocionalmente adictos. Y allí están los que han sobrepasado un límite, los que ya no pueden manejar ese consumo, que son personas que de algún modo han perdido el norte, o con situaciones familiares muy difíciles, que les pueden llevar a esto.

“La ONCE es como el Real Madrid”

"Cuanto más rechazamos algo más nos afecta en nuestras vidas", sostiene Naranjo

Se afilió a la ONCE el año pasado. Ser profesional en el campo de la Psicología le ha ayudado a adaptarse mejor a este proceso de pérdida de visión.

Indudablemente. Hay herramientas que te sirven. A mí me ha ayudado mucho la Meditación Vipassana. Es una meditación budista, pero es laica, tiene una espiritualidad, pero no hay que creer en nada. Y a la meditación llegué gracias a la Psicología porque estoy especializada en trauma, y cuando una persona viene con un trauma encuentras un mundo muy profundo, doloroso, a veces abusos en la infancia, ahí te metes en un mundo muy escabroso que te puede paralizar por dentro a nivel emocional. A la meditación llegué a través de una necesidad de mantenerme tranquila ante la persona que te está contando cosas muy duras. Y eso sí me ha ayudado en el abordaje de esta pérdida de visión, que me voy a quedar ciega, aunque nadie me lo dice claramente. Uno de mis abuelos se quedó ciego con mi edad. Y cuando me dijeron que ya estaba en la ONCE, yo pensaba que veía. Tengo una visión periférica de la visión, es una característica de la retinosis pigmentaria, que vemos menos de lo que nos creemos. Eso era una negación. Y a mí me ha ayudado la ONCE a aprender cómo es mi vista.

¿Cómo le ha cambiado la vida?

No me ha cambiado. A lo mejor de noche necesito el bastón, a lo mejor tropiezo más veces y tengo más inestabilidad.

¿Qué ha descubierto de la ONCE?

Bueno… la primera vez que yo fui a la ONCE dije, esto es el Real Madrid. Las instalaciones, la forma de tratarte, los medios que he tenido disponibles, desde la magnífica oftalmóloga, los profesionales de Rehabilitación, de Tiflotecnología, las adaptaciones de mi ordenador y mi teléfono, cómo me han enseñado… El flamenco me ha servido muchísimo para conocer a gente estupenda con muchas granas de vivir. La ONCE es lo primero en el mundo. El mejor sitio para quedarse ciego es España porque está la ONCE. Es verdad, no hay una organización de tal envergadura en ningún sitio. Yo lo digo, la ONCE es el Real Madrid.

¿Usted se siente una persona con discapacidad?

(Silencio). No. Yo, no. Y le digo que, no es lo mismo quedarse ciego con 4 años que con 63. Mi abuelo se quedó ciego con mi edad y no volvió salir a la calle. La pérdida de un sentido, como en este caso es la vista, pues... Yo no creo que seamos personas con una discapacidad, son diferentes capacidades, aunque es una putada eh! No vayamos a decir que ser ciego es estupendo. Es una putada. Y tener que depender de personas no es fácil de asumir, para mí tampoco, porque he vivido siempre con mucha independencia.

¿Qué le diría a una persona que llegue a su conciencia con problemas de aceptar su ceguera, de afrontar esa situación?

Que la aceptación es un proceso y que cuanto más rechazamos algo más nos afecta en nuestras vidas. Voy a mirarlo, no me voy a negar, que es lo que mejor hacemos en nuestras vidas. Cuanto antes lo aceptemos mejor, pero en el amplio sentido de la palabra.

Muchas veces decimos que los vendedores de la ONCE ejercen un poco de sicólogos por el tiempo que comparten y la sintonía de complicidad que generan con sus clientes, sobre todo con las personas mayores. ¿Lo cree así?

Indudablemente. Si, sí.

La soledad y salud mental son los dos grandes problemas de la sociedad de hoy.

La soledad es algo mucho más corriente de lo que nos pensamos. Hay un porcentaje altísimo de lo que hay en España.

Y el sistema ¿responde a las necesidades que genera?

Yo creo que no, el individualismo se vende más. Los ancianos se llevan a casas de ancianos. Para mí la soledad no es un hándicap, es algo en lo que vivo y me gusta.

Hablamos de la soledad no deseada.

Si. Pero es verdad que hay un gran miedo a la soledad, a estar solo a vivir. Hoy en día también se puede vivir en compañía y estar solo.

“Las redes sociales son una esclavitud”

La sicóloga sevillana considera que el individualismo es uno de los grandes males de la sociedad actual

¿Cuáles cree que son los grandes males del tiempo que vivimos?

El individualismo es uno de ellos. El consumismo, vivir alejado de la naturaleza.

¿Las redes han hecho mucho daño?

No las manejo mucho. En la consulta cuando trabajo con jóvenes es una preocupación constante, cómo me ven, cómo tengo que presentarme, como mi éxito y mi vida tiene que ser publicado. Entonces si soy desgraciada ¿qué pasa? Porque la felicidad son espacios. Sí, creo que son una esclavitud; tener que estar bello, tener que ser exitoso, tener que estar constantemente dando noticias me parece una esclavitud y una pérdida de privacidad y de tranquilidad, se usa muchísimo tiempo.

Y la velocidad en la que vivimos, la superficialidad y falta de reflexión, ¿Cómo pisamos el freno ese ritmo?

La naturaleza te lo da. La meditación es lo que a mí me ha ayudado a ver eso, cómo estar 40 minutos sin moverte es un aprendizaje brutal porque te obliga, si lo estás pasando realmente mal, ahí tienes que aguantar. Una meditación es un ejemplo de lo que haces en la vida constantemente, huir de lo que no te gusta, lo que te duele.

Usted cree que nuestra vida es una huida constante.

Yo creo que si, en muchas ocasiones sí.

¿Y por qué se produce esa reacción? ¿Por qué huimos?

La madurez emocional creo que es algo que puede producir esta huida, este consumo brutal de todo, de pareja, de comida, de teléfono, de ropa, son estímulos.

Hoy hay mucha más gente frustrada, agobiada y resentida que hace unas décadas.

Yo creo que sí. Mi abuelo no tuvo vacaciones nunca, trabajó hasta los 91 años, y nunca lo vi frustrado ni triste en absoluto.

“La pandemia ha acentuado el individualismo”

A su juicio cuesta tanto derribar los estigmas que nos rodean "porque lo diferente no nos gusta y no nos hace sentir seguros"

No hemos aprendido nada como sociedad con la pandemia. Visto lo transcurrido en los últimos tres años no parece que seamos mejores.

La pandemia nos ha traído muchos problemas de miedos, miedo a morirse, a enfermar. He observado sobre todo en niños pequeños que les ha costado moverse en multitud. Muchas costumbres han cambiado, ahora se compra mucho más por Internet. Yo creo que sí ha habido un antes y un después. Han cambiado muchas cosas. Se ha acentuado mucho el individualismo.

¿Por qué cuesta tanto derribar los estigmas que nos rodean?

Porque lo diferente no nos gusta, nos es difícil mirar a gente que son diferente, que tienen diferente color, manera de moverse porque tenga una pierna que no le funciona igual que la otra. Yo creo que sí, que las diferencias es lo que no nos hacen sentirnos seguros.

Después de tantos años dedicada a la Psicología, ¿siente que tiene más certezas que incertidumbres, más respuestas que preguntas?

Certezas no sé si tengo, lo que sí tengo es una mayor tolerancia y apertura para entender qué pasa con esa persona. Detrás de un comportamiento que no comprendo ¿qué hay detrás? Me hace buscar más, enjuiciar menos, eso me parece fundamental, considerar que me falta información, que no podemos lanzar un juicio o un diagnóstico sin información. Y la mayoría de las veces nos falta información de lo que está ocurriendo y nos tenemos que parar y observar, eso sí me lo ha enseñado la experiencia y trabajar con adicciones.

Ahora va a entrar en un Ilunion Contact Center después de la formación que está recibiendo. Debe suponer un cambio radical de registro.

Eso es un cambio radical de registro. Después de trabajar en el Instituto NOA pensé que necesitaba un contexto distinto, porque una consulta, tanto en terapéutica psicológica como el Rolfing, es un trabajo en solitario. Y en este proceso de adaptación a una pérdida visual me apetecía entrar en un espacio con más personas y lo solicité. De repente todo se precipitó, dejé de trabajar en marzo en el Instituto NOA (Centro de Desintoxicación y Tratamiento de Adicciones) y en abril empecé con todo esto. Y es compatible con mi consulta, aunque también me haría ilusión poder trabajar como sicóloga en la ONCE, que hay grandes profesionales.

¿Qué le aporta el flamenco?

El flamenco en la ONCE ha sido una sorpresa brutal, primero la profesora es buenísima, con mucho arte, y los compañeros divertidísimos. Y esto, bailo o hago el indio si no sé bailar y me divierto, es una forma de desinhibirse. Ahí he aprendido que se puede hacer mil tonterías, reírte, y no estás haciendo el ridículo en absoluto. Es toda una lección de vida.

¿Alguna recomendación para salir ahora a la calle y enfrentarse al día a día?

(Silencio). Intentar vivir la vida a tope como sea. Si es un momento difícil, es mío, si es un momento de infelicidad también es mío, y si es un momento de felicidad a tope. Me parece que la vida hay que vivirla, lo que te toque vívelo con intensidad, aunque no nos guste.

| LUIS GRESA