Las Universidades andaluzas sacan buena nota en su atención a la comunidad con discapacidad

Secciones: Educación
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La accesibilidad es percibida como insuficiente y en los procesos de empleo público respetan la reserva de plazas, pero raramente se cubren

¿Cuál es el grado de inclusión de las personas con discapacidad en las universidades públicas andaluzas y las principales universidades a distancia? La Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía ha elaborado un exhaustivo informe que pone de manifiesto la buena nota que sacan en su atención a la comunidad universitaria con discapacidad, aunque evidencia también aspectos a mejorar como la accesibilidad y la cobertura de plazas en los procesos de empleo público. El 1,4% de los universitarios andaluces tiene alguna discapacidad.

El estudio Las personas con discapacidad en el Sistema Universitario Andaluz’, coordinado por el profesor Juan González-Badía, para la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación aborda desde un enfoque global y ambicioso el grado de inclusión de las personas con discapacidad con datos referidos tanto al alumnado con discapacidad como al personal docente e investigador y al personal de administración y servicios, cubriendo así a la comunidad universitaria con discapacidad en su totalidad.

Respecto a la normativa, las Universidades de Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla cuentan con reglamentos que proclaman una serie de derechos para sus miembros de la Comunidad Universitaria con discapacidad, y donde regulan las acciones que van a desarrollar en favor del colectivo y las estructuras que dan apoyo para el desarrollo de estas acciones.

La consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, con el rector de la UPO, Francisco Oliva, en la presentación del Informe

El número total de alumnado con discapacidad en el nivel académico de Grado en las Universidades andaluzas (incluida la UNED) es de 3.193 (1.759 hombres y 1.398 mujeres). Esto representa el 1,4 de media de la población estudiantil de este nivel. En general hay mayor presencia de alumnos que de alumnas, salvo en la Pablo de Olavide de Sevilla.

En el nivel académico de Máster, la presencia de estudiantes con discapacidad representa también el 1,4% mientras que los que haciendo estudios de Doctorado representan un 1,6% del conjunto de la población de Doctorado.

Por áreas de conocimiento, Ciencias Sociales y Jurídicas es la más solicitad (39%) junto a Ciencias de la Salud (26%). Les sigue Artes y Humanidades con un 19%. Por el contrario, Ciencias Exactas ofrece los porcentajes más bajos en matriculación de personas con discapacidad.

En el nivel de grado, el 37% tienen 31 años o más, el 26% se encuentra entre los 22 y 25 años, el 20% entre 18 y 211 y el 16% entre 26 y 30. En la modalidad de Máster el perfil mayoritario es de más de 40 años. También la mitad de los que hacen Doctorado tienen más de 40 años.

El tipo de discapacidad con mayor prevalencia entre los estudiantes andaluces es la física orgánica (48%), seguido de la discapacidad síquica (23,7%). El 82% de la población estudiante con discapacidad tiene un grado de discapacidad de entre el 33 y el 65%, el resto presenta un grado de más del 65%.

Faltan protocolos en la transición a la Universidad

El Informe subraya que las Unidades de Atención a la Discapacidad en las Universidades andaluzas y d la UNED son estructuras consolidadas con más de 10 años de antigüedad la gran mayoría. Sin embargo, reconoce que están infradotadas de personal para la atención a la Comunidad Universitaria con discapacidad. En su gran mayoría las Universidades andaluzas incorporan la igualdad de oportunidades y la accesibilidad universal en sus planes estratégicos, aunque incumplen lo dispuesto en la Ley Orgánica de Universidades respecto a la aprobación de planes sobre discapacidad. Pocas universidades tienen establecido también un protocolo de transición para los estudiantes con discapacidad desde el Bachillerato o la Formación Profesional a la Universidad. En general, la satisfacción con el papel de la Universidad en la atención a las necesidades de personas con discapacidad ofrece una valoración media de 3,42, en una escala de 1 a 5, siendo por tanto mejorable. Y la satisfacción con los recursos necesitados es baja.

El director general de Personas con Discapacidad y la presidenta del CERMI-A en la presentación

La legislación universitaria establece que los programas de tutorización deberán estar adaptados a las necesidades de los estudiantes con discapacidad de forma permanente pero la realidad es que pocas universidades andaluzas cuentan con un programa específico en ese sentido. El 20% del profesorado asegura haber sido tutor de algún estudiante con discapacidad mientras que el 75% no lo ha sido de ninguno. Y algo más de la mitad de los estudiantes manifiestan que el profesorado no tiene la formación necesaria para su atención. De hecho, más de la mitad reconoce haber tenido dificultades para seguir las clases con normalidad. El Informe admite que el profesorado tutor adolece de la formación necesaria tanto en materia de discapacidad como en accesibilidad universal para la realización de tareas de tutorización específica de este alumnado.

Respecto a la oferta de prácticas curriculares, hay limitaciones que desembocan en situaciones de desventaja o desigualdad de oportunidades, según reconoce el Informe, y que provocan que un porcentaje importante de alumnado se queden sin una oferta de prácticas accesibles. También se detecta un alto desconocimiento entre el alumnado del Centro de Empleo y Prácticas de las Universidades, en cambio es mucho más conocido el programa de emprendedores de Fundación ONCE, que dicen conocer uno de cada tres alumnos.

Notable alto en accesibilidad

La legislación obliga a las Universidades andaluzas a tener un plan de accesibilidad universal. Los Servicios de Atención a la Discapacidad valoran con 7,4 la accesibilidad de las instalaciones universitarias y con un 6,4 la accesibilidad en sus plataformas virtuales y medios digitales. En relación con los Servicios de Infraestructuras la valoración global de la accesibilidad también es alta, un 3,67 sobre 5. El 83% de las Universidades cuentan con un protocolo de actuación para aquellas situaciones en las que se detecta un problema de accesibilidad que requiere de una actuación urgente. Aunque estos Servicios de Infraestructuras no cuentan con personal técnico especializado en la materia y no reciben formación en esta materia.

En relación con los servicios TIC’s, solo una universidad cuenta con un Plan de Accesibilidad Universal. En el caso de las páginas web disponen todas, salvo una, disponen de una AA, y ofrecen un nivel de accesibilidad bueno, aunque la accesibilidad en el ámbito universitario es percibida por el profesorado como insuficiente puesto que procedimientos o recursos en actividades no son plenamente accesibles. Si bien, los estudiantes con discapacidad valoran con una media bastante alta la accesibilidad en los procedimientos, la accesibilidad digital y, en menor medida, los recursos y apoyos en actividades.

Universitarios andaluces en un aula

Mayor nota obtiene aún la valoración de la inclusión en las actividades deportivas y de ocio. El 100% de las Universidades cuentan con instalaciones accesibles para la práctica deportiva de personas con discapacidad. La valoración de los usuarios es de un 4,46 sobre 5. También el 75% cuentan con material deportivo adaptado, aunque solo el 37,5% cuentan con personal técnico especializado en la atención a la discapacidad.

En relación con los procesos de empleo público, el Informe observa que las Universidades respetan la reserva de plazas que establece la legislación andaluza, que establece un cupo del 10% para personas con discapacidad, un 2% para personas con discapacidad intelectual y un 1% para personas con enfermedad mental. Respetan la reserva, pero raramente se cubre y, menos aún, en los supuestos de la discapacidad intelectual o enfermedad mental.

La ONCE atiende a 154 estudiantes universitarios andaluces

Las conclusiones del informe fueron presentadas el pasado mes por la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, en el paraninfo de la universidad Pablo Olavide de Sevilla, en un acto al que asistió la directora del Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Sevilla, Eva Pérez, en representación del Grupo Social ONCE.

En su opinión, se ha avanzado mucho en los últimos años, en la integración del alumnado con discapacidad en las Universidades, pero también son bastantes las áreas en las que se puede seguir mejorando.

Pérez reconoce que desde la creación de las Unidades de Atención a la Discapacidad en las Universidades andaluzas se ha impulsado notablemente la mejora y calidad en la atención al alumnado con discapacidad, facilitando en todo momento la acogida, el análisis de las necesidades individuales de cada alumno, así como la dotación de recursos específicos y su inclusión en la Comunidad educativa.  En este sentido elogia el trabajo y buena disposición que estos servicios han desarrollado en estos últimos años. Aunque admite que los avances no son suficientes.

“Creo que aquellos aspectos, entre otros, en los que las Universidades deben fijar sus objetivos a corto y medio plazo, para mejorar la inclusión de este alumnado”, afirma. Y cita, entre otros, la accesibilidad de los entornos la accesibilidad en los materiales y plataformas digitales, así como en sus programas de prácticas y de idiomas, y realizar actividades de sensibilización hacia toda la comunidad universitaria.

Intervención de la presidenta del CERMI-A, Marta Castillo, en la presentación del Informe

En la actualidad, en las Universidades Andaluzas, estudian un total de 154 estudiantes ciegos o con baja visión, atendidos por los equipos Específicos de Atención Educativa. El mayor porcentaje de alumnado con discapacidad visual, lo tiene la Universidad de Sevilla (29%), seguida de Málaga, Granada, y Cádiz con una cuota del 18%, 16% y 12% respectivamente del total andaluz. El resto de los Equipos presentan fracciones menores.

En relación con los estudios universitarios, el 88% de los alumnos sigue las «Enseñanzas Universitarias de Grado». El resto de las enseñanzas universitarias presenta cuotas menores: La variabilidad de estudios universitarios cursados es importante. Se registran hasta 62 tipos. Los más demandados son: Estudios de psicología, Derecho y Fisioterapia.

Un 24% del alumnado universitario andaluz con discapacidad visual, estudia en Centros asociados de la UNED, y un pequeño porcentaje, estudia en la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE.

Estos 154 alumnos y alumnas andaluces que estudian en la Universidad son apoyados por la ONCE, a través de los diferentes profesionales que forman parte de los Equipos Específicos de Atención Educativa de nuestra Institución en Andalucía, quienes a su vez se coordinan con las Unidades de Atención al alumnado con Discapacidad de las Universidades, realizando además actividades de asesoramiento, formación y sensibilización, al profesorado y personal de administración de la Universidad.

Juan González-Badía, coordinador del Informe

Este alumnado, también recibe ayudas económicas de apoyo al estudio, así como adaptaciones para su puesto de estudio, siendo las más demandadas; lupas televisión, líneas braille y scanner.

Eva Pérez coincide con Juan González-Badía, coordinador del estudio, en que el Informe sienta las bases para seguir avanzando en inclusión en el ámbito de las universidades.  “Esperemos sirva para sensibilizar y hacer reflexionar a los rectores y rectoras de las Universidades sobre el derecho que tienen las personas con discapacidad a realizar estudios universitarios”, concluye.

Por su parte, Juan González-Badía celebra que las Universidades andaluzas y la UNED ofrecen una atención bastante aceptable a su comunidad universitaria con discapacidad, así como las Universidades son bastante accesibles, tanto a nivel físico como virtual. Si bien, deben avanzar ahora, de la mano de la administración autonómica en aspectos como el tránsito de la educación preuniversitaria a la Universidad, y el tránsito de la Universidad al mercado laboral, así como en otros aspectos relacionados con la discapacidad, como la investigación, la inclusión de materias sobre accesibilidad y diseño para todas las personas en las titulaciones universitarias, la comunicación, la contratación socialmente responsable, las actividades deportivas, culturales y de extensión universitaria; y la política de becas. “Esperamos que el Estudio sirva como punto de partida para impulsar la mejora de la atención a la discapacidad en el Sistema Universitario Andaluz”, subraya.

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