La ONCE alerta sobre las dos caras de Internet

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Las personas ciegas han logrado mantener trabajo, estudio y acceso a ocio e información, pero salvando los problemas para acceder a servicios básicos

Internet es el vehículo que facilita nuestras comunicaciones a través de ordenadores y otros dipositivos electrónicos y en estos meses de confinamiento ha cobrado un papel más relevante para todas las personas sin excepción. En el caso de las personas ciegas necesitan contar con las adaptaciones necesarias, basadas en sistemas de voz, de lectura braille, de ampliación o uso de contrastes adecuados, pero necesitan también que los recursos, las plataformas, los documentos, las aplicaciones, las páginas webs, tengan un nivel suficiente de accesiblidad, según explica el instructor de Tiflotecnología de la ONCE en Granada, Miguel Ángel Alegría.

“Esto significa que un dispositivo de voz o braille tiene que tener acceso a los contenidos mostrados en pantalla para poder informar al usuario ciego, y en algunos casos, los contenidos basados solo en contenidos gráficos, o con descripciones que no aportan información, hacen que no tengamos acceso al contenido y por tanto se trata de recursos no accesibles”.

Miguel Ángel Alegría, instructor de Tiflotecnología de la ONCE en Granada

A su juicio, el nivel de accesibilidad en Internet es bastante alto general y las adaptaciones tiflotécnicas con las que cuentan los usuarios ciegos o con discapacidad visual grave tienen una alta funcionalidad, como demuestra el hecho de la gran cantidad de personas que en estas semanas han utilizado las distintas plataformas de videoconferencias, teletrabajo y formación online.

“La labor de concienciación y la legislación da sus frutos, pero eso no significa que esté todo hecho #8211subraya Miguel Ángel Alegría-. De vez en cuando nos encontramos con recursos inaccesibles y en otros casos con problemas de usabilidad, que resultan especialmente difíciles de manejar de forma autónoma. Internet”. Alegría recuerda que Internet es un entorno cambiante y dinámico que se actualiza permanentemente. “Y cada vez que se produce un cambio podemos tener en cuenta a todos, si incluimos los criterios básicos de accesibilidad, o por el contario, podemos dejarnos a alguien por el camino”. El tiflo de Granada apela al espíritu universal de Internet para recordar a los desarrolladores que hacer los contenidos más accesibles es un valor añadido y un beneficio para todos y que tienen a su disposición muchos recursos para que puedan incorporarlos sin demasiado esfuerzo. “Ahora más que nunca todos queremos aportar nuestro granito de arena para hacer un mundo más inclusivo, un mundo de todos y para todos”, subraya.

María Ángeles García es fisioterapeuta en Málaga

María Ángeles García, ciega total, teletrabaja como fisioterapeuta en la Asociación ATOLMI, de terapia ocupacional y laboral de personas con discapacidad en Málaga, donde realiza terapias de forma telemática usando video llamadas por WhatsApp y redacta los informes usando de internet. “Es fundamental en mi vida #8211dice gráficamente-. Internet me ayuda en mi día a día con mi trabajo a obtener una información, que, si no lo tuviese, me resultaría muy difícil por mi discapacidad visual”. Para García, el confinamiento ha evidenciado además las posibilidades que ofrece Internet a los usuarios para permanecer en contacto con familias, amigos y seres queridos. “Aparte de escucharnos, nos permite sentirnos un poquito más cerca”, señala.  

Carlos Barragán consultando la web de la ONCE

Carlos Barragán, maestro de Música en un Instituto de la localidad onubense de Moguer, también ciego total y usuario de Jaws, reconoce que Internet ha abierto un mundo extraordinario a las personas ciegas. “A la vez de ser un recurso cada vez más accesible que nos ha abierto un mundo extraordinario #8211afirma-, no deja de ser también un mundo en el que queda mucho camino por recorrer todavía”.

A su juicio, a pesar de los avances alcanzados en el desarrollo de páginas webs no todas cumplen con el imperativo de accesibilidad que marca la legislación vigente. “Tenemos distintos lectores de pantalla, sintetizadores, tanto de IOS como de la propia ONCE con Jaws, pero sí es cierto que a pesar de esto no todas las páginas webs o aplicaciones informáticas están totalmente adaptadas, o no todas cumplen los requisitos para que con estos magnificadores de pantallas podamos leer o hacer cualquier cosa que una persona vidente podría hacer”.

José Antonio Alfaro, profesor de la ESO en un Instituto de Granada

José Antonio Alfaro, afiliado a la ONCE y profesor también de Instituto, en Granada, reconoce que depende de las TIC y de sus adaptaciones para poder desarrollar su labor docente. “Por un lado me salvan la vida y por otro lado son una condena #8211explica-, porque nunca terminas de aprender, siempre tienes que estar aprendiendo y es algo que nos obliga a todas las personas con discapacidades en general a estar al día”.  A su juicio, manejar las TIC supone la posibilidad de estar trabajando en el mercado laboral normalizado o no poder hacerlo. “Sin ellas no podría realizar mis funciones laborales del día a día, ni lectura, ni investigaciones, ni correcciones, y con la pandemia y el teletrabajo todavía más #8211añade Alfaro-. No es que sean importantes, que lo son para la mejora de calidad de vida, sino que son imprescindibles”.

La doble cara de Internet

En la sociedad del conocimiento en la que nos encontramos, y muy en especial, en la crisis actual, son muchas las situaciones en la vida de una persona que pasan por el uso de la tecnología: leer un libro digital, hacer la compra semanal, mantener comunicación con un grupo de amigos, gestionar citas médicas o las cuentas bancarias, desarrollar un trabajo profesional, etc. Y todo ello, interconectándose desde puntos geográficamente lejanos gracias a Internet.

Muchas de estas operaciones, sin el uso de la tecnología, estarían vetadas a personas con discapacidad visual, pero todavía no se pueden realizar todas las que cualquier persona lleva a cabo porque gran parte no son accesibles parcial o totalmente.

El momento actual, más que nunca, ha puesto en relieve la cara y la cruz de esta situación. Sin las plataformas de teletrabajo, los campus virtuales, la compra online, los pagos desde móvil, las aplicaciones para mantener reuniones privadas y profesionales y un largo etcétera, se habría aislado y paralizado, en mayor medida, el mundo en el que vivimos.

Imagen de una aplicación de móvil accesible

Pero también está haciendo vivir día a día, las numerosas dificultades a las que las personas con discapacidad visual se enfrentan a la hora de poder usar todas esas herramientas y aplicaciones como el resto de los ciudadanos, especialmente en servicios claves como el acceso a la sanidad o a servicios esenciales.

Son claros ejemplos de ello, la falta de accesibilidad a las apps del Covid-19; a las webs de algunos grupos médicos que, por ejemplo, a la hora de seleccionar en un calendario el día y la hora, ese calendario no es accesible y solo funciona con el ratón; o a servicios de petición de cita a través de las apps de las comunidades autónomas (si bien las webs sí suelen ser accesibles), entre otros.

El uso de la tecnología, en general, supone para las personas con discapacidad un arma de doble filo. Por un lado, proporciona nuevas herramientas que posibilitan tareas que no podían realizarse sin ella y, por otro lado, al no cumplirse en muchas ocasiones, las pautas o normas de accesibilidad en el diseño de las aplicaciones o dispositivos, no se garantiza el uso normalizado de la tecnología a personas con baja visión, ceguera o sordoceguera.

Por una accesibilidad de origen

La ONCE recuerda que es necesario que todas estas dificultades se tengan en cuenta a la hora de diseñar de origen las normas de accesibilidad. Rehacer o adaptar a posteriori, supone mucha más inversión de recursos y de tiempo, amén, de la pérdida de oportunidades y el sobresfuerzo que las personas con discapacidad visual se ven obligadas a realizar para utilizarlas con autonomía.

Personas afiliadas teletrabajando desde su ordenador

Por ello, entidades como la ONCE tienen que invertir recursos para velar y apoyar todas las medidas necesarias para conseguir, por ejemplo, que una niña pueda estudiar desde casa como el resto de sus compañeros de clase; que el universitario realice con garantías los exámenes del Grado que cursa; que el profesional teletrabaje con las medidas y recursos accesibles como el resto de trabajadores de su empresa; que la persona con sordoceguera pueda realizar la compra online de lo que necesita cada día ella y su familia; que los mayores que han tenido que quedarse en casa o en la residencia puedan ocupar su tiempo leyendo o informándose de lo que sucede en el mundo cada día; o que si cualquier persona con discapacidad visual intuye que tiene síntomas de Covid19 pueda hacer su autotest con la APP que su Comunidad Autónoma ha puesto a disposición de cualquier ciudadano.

Aunque de todas estas situaciones, hay bastantes ejemplos de no haberlo conseguido satisfactoriamente, hay que seguir trabajando para que se minimicen y se cumpla con el diseño universal que mejorará el mundo en el que vivimos.

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