FIRMA INVITADA: María del Mar Pageo, presidenta de Cruz Roja en Andalucía
El reto del día a día
Cuando me preguntan: ¿qué hacemos en Cruz Roja? ¿ayudamos, atendemos, socorremos, aliviamos…? Yo prefiero decir que “acompañamos”: En cualquier circunstancia, el voluntariado de Cruz Roja Española está al lado de otras personas, mientras recorren un camino de resiliencia, de superación de obstáculos y vulnerabilidades, cuyo transcurrir es menos duro si se hace junto a otra persona. Se trata de un itinerario vital y social, cuyo destino descubren y deciden a nuestro lado. Y junto a ellas, las personas voluntarias caminamos, mejoramos y aprendemos. Realizamos nuestra labor humanitaria y social con la pasión, entrega y el entusiasmo propias del voluntariado, que hace que tengamos un impacto singular. Nos empapamos de experiencias y contribuimos a la transformación social mientras, casi sin darnos cuenta, somos nosotros y nosotras las que también cambiamos.
Acompañamos a las familias a afrontar de forma más positiva la crianza y educación de sus hijos e hijas; acompañamos en su crecimiento y en sus primeros pasos de autonomía a jóvenes inmigrantes que no cuentan con redes familiares en nuestro país; al igual que acompañamos a personas mayores en su envejecimiento, aprendiendo de sus experiencias, de su conocimiento y sus miradas llenas de sabiduría.
Atención a las personas mayores
Desde hace décadas, nuestra Organización es un referente en la promoción de un envejecimiento activo y saludable que prevenga la soledad. Son las propias personas mayores quienes, sin pretenderlo, nos enseñan cada día cómo debemos tratar, acompañar y apoyarles hacia un futuro en el que su bienestar se vea reforzado, así como a disfrutar de la felicidad que se merecen. Sea una llamada telefónica, una visita a su domicilio o actividades de convivencia con el voluntariado... Todas nuestras acciones van encaminadas a promover la autonomía, la libertad, la dignidad y la defensa de los derechos de las mujeres y hombres mayores, así como a su activación como motores de su propio cambio vital, potenciando sus fortalezas y mejorando sus competencias.
Infancia y Juventud
La mejora de calidad de vida de la infancia y de las personas mayores se ha convertido en los dos retos prioritarios de la intervención de Cruz Roja Española en Andalucía. Hoy en día, nuestra infancia tiene dificultades y falta de tiempo para ser niños y niñas, pero encuentran en Cruz Roja espacios de participación seguros y accesibles, donde pueden desarrollarse personalmente, siguiendo los valores de humanidad de nuestra Organización, fomentando un cambio en la perspectiva de su realidad.
Las personas jóvenes dentro de la Institución no solo son participantes, muchas de ellas son voluntarias siendo protagonistas de la intervención. Cruz Roja juventud es la sección juvenil de la Organización, donde estas jóvenes toman decisiones, dirigen e impulsan proyectos por y para la infancia y la juventud, con la pasión y el compromiso entusiasta de la población más joven. Niñas, niños y jóvenes andaluces participan cada año en nuestros programas de intervención, de sensibilización, de información y educación, junto al voluntariado. Y nuestro objetivo no es otro que el de mejorar su entorno y defender sus derechos. En Cruz Roja acompañamos a que los niños, niñas y adolescentes recuperen los colores vivos y enérgicos propios de la infancia, difuminando la escala de grises de sus historias de vida, buscando zonas de luz.
Una atención integral
En los últimos años, la pobreza, las situaciones de exclusión y de emergencia social han acaparado gran parte de nuestra labor. De hecho, sigue siendo uno de nuestros objetivos reducir el sufrimiento de quienes son más vulnerables: las personas sin hogar, las personas y familias que sufren una situación precaria económica y social, y quienes viven en los barrios más desfavorecidos de nuestras ciudades.
También con ellas, acompañamos en ese camino hacia la inclusión, desde una perspectiva integral que supere el asistencialismo. Desde el comienzo de la crisis hemos apoyado a las personas que acudían a Cruz Roja a cubrir necesidades tan básicas como la alimentación, el pago de suministros o el alquiler de sus viviendas. Pero a las ayudas de emergencia, sumamos esa visión integral con las que procuramos empoderar a las personas, para reducir lo que les hace más vulnerables, y apoyamos a salir de la situación de exclusión en la que se encuentran.
Acompañamos a las personas en sus procesos de activación, tanto emocional, social como laboral. Facilitamos espacio para el ocio, la desconexión, el desahogo emocional. Intentamos que sean conocedores de todos los recursos públicos, ayudas y prestaciones a los que pueden optar, explicándoles y ayudándoles en la tramitación de ellas, o apoyándoles nosotros con algún pago o compra si esas ayudas públicas tardan en llegar o no son suficientes.
Los participantes de nuestros proyectos conocen sus necesidades y debilidades, pero no siempre son conscientes de la cantidad de fortalezas, capacidades y potencialidades que atesoran. El día a día les come, los problemas, las deudas… El estrés vital no les deja pensar, organizarse, ni vivir. Necesitan que no se les juzgue, sino que se les escuche, que se les entienda y se valoren los esfuerzos que hacen. En Cruz Roja queremos que no se sientan “uno más”, sino demostrarles que son importantes, protagonistas de su proceso de cambio, de sus mejoras.
El trabajo realizado estos años también nos ha enseñado muchas cosas: que todas las personas somos iguales, pero hemos tenido suertes distintas. Nos ha ayudado a mirar con otros ojos, a pensar que quizá la ayuda material no es la única, ni la más importante. Que no podemos solucionar todos los problemas, pero sí al menos que las personas se sientan escuchadas y comprendidas.
Para nosotros también es un privilegio escucharles expresar su felicidad porque, por ejemplo, han ido de excursión por primera vez con sus hijos e hijas; o porque han conseguido un desahogo en su economía, al encontrar un empleo gracias a una de nuestras formaciones. Es emocionante ver cómo alguien que recibe una ayuda bucodental, además de mejorar su salud, también gana autoestima y acude a una entrevista de trabajo con una actitud más positiva. Son cosas mínimas y a la vez enormes, que nos genera un sentimiento de satisfacción que hacen que nuestro día a día sea un reto y una recompensa.
María del Mar Pageo
Presidenta de Cruz Roja en Andalucía
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