FIRMA INVITADA: José Luis Morales, director general de Andalucía Acoge

¿Y si no fuese Ucrania?

Se escriben estas líneas mientras asistimos al triste cumplimiento del primer mes de guerra en Europa desde hace décadas. La invasión de Ucrania está significando un tremendo golpe contra la siempre ilusoria sensación de seguridad en la que las sociedades europeas nos habíamos instalados. Esa idea entre prepotente e ignorante de que la guerra, la violencia social, los conflictos armados, son cosas que pertenecen a los otros, a los que viven en países de tercera.

La invasión de Ucrania nos está recordando muchas cosas y está activando una ola de empatía social y voluntad de apoyo al pueblo ucraniano que, desde nuestra experiencia, no se había vivido nunca en la historia reciente de España. Este movimiento, a ratos desorganizado y a ratos enternecedor, demuestra que como sociedad tenemos un corazón capaz de grandes gestos y que podemos movilizar enormes recursos cuando lo consideramos necesario, que somos una sociedad que puede ser enormemente acogedora para quien lo pasa mal.

Es innegable que están surgiendo los mejores valores y muestras de solidaridad. Algo que tenemos que celebrar y cuidar porque son la base sobre la que podemos cambiar la dinámica de enfrentamiento, división y odio que poco a poco venía instalándose entre nosotros. Recordarnos y experimentar la fragilidad de la paz y la necesidad del apoyo mutuo es una buena forma de superar el odio que algunos pretenden instalar en la sociedad. Justo por eso y porque también es importante pararse a pensar, superando la impulsividad acrítica, merece la pena que nos preguntemos, ¿por qué ahora? ¿No tenemos también personas que huyen de otros conflictos armados y que llegan a España? ¿Es que hay diferencia entre los conflictos o lo que diferenciamos es entre las personas?

Seguramente la mayoría de quienes están implicándose de forma muy personal en la acogida a las personas que huyen de Ucrania no quisieran distinguir entre la solidaridad con unas personas u otras en función de su origen geográfico, étnico o cultural, pero el contexto determina nuestra reacción y no siempre los gobiernos de Europa y los medios de comunicación reaccionan igual ante todas las víctimas de las distintas guerras que asolan el planeta. Esta es una guerra en Europa y eso lo ha cambiado todo.

Recordar la fragilidad de nuestra convivencia y la universalidad del horror de la violencia y la guerra es importante. Todas las guerras las hacen quienes creen sacar algún beneficio de ellas y las sufren personas normales, que intentan salir adelante, ver crecer a sus hijas e hijos y realizar las pequeñas ilusiones que todos tenemos cada día. Eso ocurre en todos sitios, no solo en Europa y eso nos une a todas las personas que en cualquier momento podemos ver cómo la vida salta por los aires. Cuidemos la convivencia entre nosotros y sintamos el enorme potencial de la solidaridad.

Ojalá esta situación sirva para que la gente de a pie, quienes poblamos y construimos día a día Andalucía y España, descubramos el enorme potencial de acogida y apoyo a las víctimas que tiene este país. Ojalá podamos pararnos a pensar y ante el descubrimiento de esta enorme capacidad la hagamos extensiva a cualquier ser humano. Esa será la mejor garantía de la paz.

José Luis Morales

Director general de Andalucía Acoge