EN PRIMERA PERSONA: Tony Romero, compositor y productor musical

Secciones: Entrevistas
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“El mercado musical está muy saturado”

Tony Romero (Málaga, 1973) perdió la vista a los 9 años. A esa edad, sus padres le regalaron un teclado electrónico y desde entonces no ha dejado de tocar ni de inventar. Coqueteó con la batería en los primeros años, pero pronto se volcaría con el piano, su verdadera pasión. Teclista de Chambao durante 14 años de giras internacionales por medio mundo, Tony ha compartido grandes escenarios con artistas de la talla de Erykha Badu, Sicky Marley, Ricky Martin o Manuel Carrasco, y ahora es el productor musical de Vanesa Martín, entre otros cantantes. Como compositor, seduce la sensibilidad con la que trata la música y atrapa al espectador con los miles de sonidos que usa para crear obras con personalidad propia, igual de música electrónica, que de pop, flamenco o jazz, porque hace a todo y todo lo lleva dentro, mezclado en un crisol de géneros. Son malos tiempos para la industria musical, reconoce, pero buenos para gente de gran talante y mayor talento. Ahora busca calma y tiempo para encontrar su propia marca musical.

¿Cómo despertó tu pasión por la música?

Me atraía ya desde pequeño. Cuando iba a casa de mi primo Rafa que tenía un tecladito que funcionaba con aire, me llamaba la atención y pasaba ratos y ratos sacando melodías entretenido. Pero en realidad se despertó cuando perdí la vista. Me regalaron un teclado electrónico, que medía una cuarta y media, y eso ya fue mi día a día, mi juguete. A partir de entonces ya sin parar.

¿Te ayudó a restar dramatismo a la situación en algún sentido?

Bueno, puede que sí. Quién sabe si la situación hubiera sido de otra manera si no hubiera tenido eso. En casa se intentó que fuera lo menos dramática posible, aunque tiene cierta importancia, pero a mí me pilló con nueve años y no fue excesivamente traumático. La música si ayudó, claro que sí.

Alguna vez has reconocido que de muy joven solías escuchar hasta 80 veces al día el ‘Voyage, voyage, de Desireless ¿Te dejabas volar?

Las cosas por las que nos da a los chiquillos #8211se ríe-. La verdad es que sí, me cautivó esa canción, no sé por qué. La escuchaba noche y día, un montón de veces. Me compré el maxisingle en Madrid y solo traía esa canción. Después conocí a un gran amigo mío, mi hermano, José Marín -guitarrista, gran músico, hacemos muchísimas cosas juntos-, teníamos 14 años cuando nos conocimos. Y yo le conté mi historia con el ‘Voyage, Voyage’ y él me dijo que le pasaba lo mismo, pero con el disco de Modern Talking y dijimos; ‘Oye, vamos a cambiarnos los discos y cuando nos cansemos nos los devolvemos’. Y yo sigo teniendo el disco de Modern Talking y él sigue teniendo el de ‘Voyage, voyage’

La ceguera ¿te ha aportado alguna ventaja en tu mundo artístico? ¿Te ha abierto alguna puerta? ¿Te ha ayudado en tu creatividad? ¿Cómo ha influido en tu vida artística?

Yo diferenciaría dos cosas. En lo creativo, la música está tan dentro de uno mismo, que quién sabe si yo viendo, tendría esa misma creatividad o no. Creo que sí, que puede que ayude, porque al no tener la vista, que distrae mucho porque es un sentido tan potente, puede que te centres más en otras cosas y todo lo que sea audible, acústico, pues siempre vas a prestar más atención. Y en lo artístico, quizá te abra algunas puertas por aquello de que llama un poco la atención que el músico sea ciego. Pero también puede que cierre otras. Porque otras personas puedan pensar que es un tipo de carga. A mí no me ha ocurrido. Pero en cierto modo pueden no contar contigo por no asumir ciertas cargas.

Y barreras técnicas, ¿has tenido que superar muchas en el proceso de producción musical?

Alguna que otra. Y desde luego una muy importante, que estoy ahora superándola, y de la que estoy muy orgulloso, que era tener la independencia de trabajar con algún sistema informático de grabación desde el propio ordenador. Mi ilusión era hacer esto porque lo hago siempre con compañeros de trabajo, nos unimos en mi estudio, y siempre estoy opinando, creando y proponiendo ideas, pero nunca apretando los botones del ordenador. Y hace unos años descubrí que hay unos sistemas que vienen siendo accesibles y por fin estoy embarcado en uno de ellos. Y ahí estoy poquito a poco. Esa ha sido una de las grandes barreras que me he encontrado.

Dinos, ¿cómo es el proceso de composición de una canción? ¿Por dónde empiezas? ¿Cómo lo desarrollas?

Hay veces que me pilla tumbado en el sofá; se me ocurre una idea, empiezo a desarrollarla en la cabeza y cuando la tengo me voy a tocarla y empiezo a tirar del hilo. Otras veces te pilla con el instrumento, estás improvisando, y de pronto te sale una idea y vas tirando de ella hasta que sale y la vas completando. Yo trabajo mucho por encargo y cuando tienes que componer así, en producción, arreglos o solo voz, tengo que pensar qué hacer de acuerdo a lo que te piden, a lo que necesita esa canción, a los tiempos que corren. Entonces hay que pensar, hay recursos para ello para ponerte a empezar a componer.

Y cuando llega la inspiración ¿ya no la sueltas o puedes aparcarla y ponerte a otra tarea?

Cuando llega el momento de la inspiración es bueno aprovecharlo. Digamos que estás en racha, aunque sea de unas horas. Si has cogido el hilo, es bueno continuar. Y si de pronto tengo que interrumpirlo, en muchas ocasiones me ha pasado que al día siguiente al intentar continuar cuesta trabajo conectar con el mismo punto que tenías en la cabeza días atrás.

¿Las noches resultan más productivas por alguna razón en especial?

No, a mí me gustan mucho las mañanas también. Me decanto más por las mañanas y la noche, la tarde puede que sea más espesa, pero la calma de la noche me encanta, ahí coincidimos muchos artistas, el silencio, sobre todo si vives en una ciudad, y la frescura de la mañana que te aporta muchas cosas positivas para crear.

¿Te ha paralizado alguna vez la sensación de vacío?

No sé si paralizar es la palabra, pero sí que he sentido no saber qué construir en un momento dado. Pero no me ha preocupado mucho, he pensado que después de unas horas, o de dormir, al día siguiente te despiertas y todo cambia.

“Vanesa Martín es una gran compositora”

Durante 14 años, Tony Romero ha sido teclista de Chamabo con quien ha realizado giras por varios continentes

Ser teclista de Chambao durante 14 años ¿marca mucho?

Bueno, aprendes muchas cosas y te marca en muchos sentidos con las vivencias y experiencias que tienes, está claro. ¿Eso se convierte en un estigma o una etiqueta? Puede que un tiempo te puede beneficiar y a lo mejor durante otro, si la usas demasiado, está un poco desgastado. Pero a mi desde luego me ha aportado cosas buenísimas toda mi experiencia con Chambao; a nivel personal con los compañeros, de tantos viajes que hemos tenido por todo el mundo, y experiencias tan íntimas porque se convierte en una familia al estar tanto tiempo juntos. Algunas veces hemos estado dos meses fuera cuando hemos ido a Latinoamérica.

¿Y qué has aprendido de tantas giras?

Te aporta una madurez. Creo que es bueno tomarse las cosas con calma, tomarse un espacio individual cuando estás mucho tiempo de gira para preservar esa buena honda con el resto de compañeros y que no se desgaste. Hay momentos para todo; momentos de efusión donde todo fluye estupendamente y otros que pasa a ser más rutinario y puede haber roces. Conocer a otros artistas, estar en escenarios grandes, ver la música desde otros prismas, como lo ven en otros países. Cuando he visitado África, cómo se vive a música allí, o cuando estás en un escenario gigante compartiendo con Erykha Badu, Sicky Marley, o Ricky Martin y ves las sensaciones esas tan grandes y todo el entorno, aporta muchas cosas diferentes.

¿Qué somos más o menos iguales, con los mismos gustos y las mismas reacciones a los mismos estímulos?

Siempre se ha dicho que el público latino es muy caliente, en el sentido de que es muy efusivo, y cuando conocen al artista que tienen delante se desviven. Pero incluso sin conocerte, el feedback con el escenario, ver como el público se vuelca. Eso es un tópico en el público latino y es algo admirable. Pero también lo he visto en países como Bulgaria, que pueden ser más distantes a nosotros, y, sin embargo, la conexión ha sido muy fuerte desde la primera visita.

Trabajar para artistas tan diferentes en estilos como Estrella Morente, Raimundo Amador, Manuel Carrasco, Jorge Pardo -ahora produces para Vanessa Martín, entre otros cantantes-, ¿te exige mudarte de piel cada vez con cada uno de ellos?

En cuanto a lo personal sí que creo que mude un poco de piel, pero en lo musical va todo dentro. Yo lo llevo todo dentro y lo siento así desde luego. De pequeño, por mi formación musical, por lo que haya escuchado por mis vivencias y experiencias, han contribuido a que me dedique a muchos y diferentes géneros de música. No te voy a decir que los domine todos porque hay muchos, y no es así, pero sí que es verdad que toco palos diferentes entre sí, bien sea de música electrónica, pop, flamenco o jazz, que son todos muy diferentes entre sí, y para mí los llevo a todos ahí dentro mezclados. Y no me supone un cambio de piel o de concepto así tan fuerte.

¿Qué buscan en Tony Romero?

Muchas veces me hablan de la sensibilidad con la que trato la música a la hora de tocar en directo. También me hablan que controlo un poco de trabajar diferentes sonidos que es una de las facetas que tiene un teclista, tener la posibilidad de usar de miles de sonidos y saber elegir cuál es el más adecuado. Y luego a la hora de los arreglos, a lo mejor lo que buscan en mi es lo minucioso que soy, la visión general que tengo en global de una composición para armarla y que todas las todas las piezas tengan sentido, llámese la sección rítmica, la armonía, la dinámica y todos los elementos o las mezclas de sonido.

La ecuación de cuanto más grande el artista más humilde como persona ¿es correcta, o hay mucho mito?

Yo creo que hay de todo. Me he encontrado a artistas muy grandes que son muy sencillos y otros que son muy complicados. Hay de todo.

¿Qué es lo que más te seduce de Vanesa Martín?

De Vanesa Martín me seduce y me encanta como escribe. Es una gran compositora y tiene mucha personalidad a la hora de cantar. Digamos, que la escuchas y sabes que es ella. Esos son unos de los grandes fuertes que tiene ella.

“Lo que se busca en una canción es la personalidad”

Tony considera que la clave del éxito está en crear canciones con personalidad propia

¿Qué opinas de fenómenos como Operación Triunfo?

Se podría hablar mucho sobre esto. Desde luego que fenómenos como el de OT. Es verdad que aportan trabajo a la industria y da trabajo a músicos, a técnicos de sonido, a mucho personal que está dentro de la industria que no tienen por qué ser músicos. Pero también es verdad que se mete todo dentro de un cliché. Yo veo hay muchos clichés ahí. Hay muchos chavales que cantan casi cortados por la misma tijera. Es verdad que están evolucionando últimamente. Pero de lo que se trata es de tener personalidad eso es lo que considero yo que tiene más valor.

Y en el mercado actual ¿eso es difícil de encontrar?

El mercado actual me parece que está muy saturado. Tenemos mucha información de artistas, de canciones nuevas. Diariamente están saliendo artistas nuevos, por no hablar de la invasión de los géneros cuando se ponen de moda, como es el caso del reguetón y del trap, que a mí me gustan siempre que estén bien hechos, con arte y buen gusto. El trabajo está en saber elegir qué es lo que escuchas.

¿El público es selectivo o hay demanda de consumo de masas?

Me da la impresión que es la pescadilla que se muerde la cola. No sé si lo que se escucha en la calle es lo que demanda el público y por eso el sector de la música eso es lo que ofrece y se dedica a machacar en demasía, creo yo, porque es un poco exagerado. O quizá sea, al contrario, que la gente escuchamos lo que nos dan. Yo creo que no, porque uno tiene elección. Hay muchos géneros de música y uno tiene la capacidad de poder elegir y escuchar. Y hay músicas que son más fáciles y comerciales obviamente, pero creo que desde la industria y desde las radios se podría diversificar un poco más.

¿Cuesta mucho encontrar a un cantante con personalidad propia?

Ese es el gran valor, encontrar a un artista con personalidad propia. Porque tú puedes hacer un gran arreglo, pero primero tienes que tener una buena canción y luego alguien que la defienda bien. Si de pronto canta alguien como cantan todos, no hay personalidad, no hay diferencia, no aporta gran cosa, el arreglo puede estar muy bien y la canción muy bonita, pero ese es el gran misterio, que es lo que se busca, la personalidad.

“El jazz me ha servido para trabajar más fácil y rápido”

Tony en su estudio de Málaga en plena faena de producción musical

¿Qué ha aportado el jazz a tu vida?

Mucho conocimiento y armonía que me han servido después para otras músicas. Cuando me vino el jazz de sopetón a mi vida -tendría yo unos 20 años, quizá antes que comenzaba a escuchar muchos guitarristas de fusión a los 18-, yo tenía la obsesión de estar en un concierto de jazz e ir sacando los acordes conforme los iba escuchando, o a nivel rítmico si estaban haciendo un compás de amalgama, detectando ese tipo de cosas en directo. Y estaba abducido por esa historia. Y el hecho de tener algo de conocimientos de jazz implica un poco tener conocimientos de armonía que a mí me han servido después igual para música de cine que para el pop, para que me sea más fácil y más rápido a la hora de trabajar.

¿Y cuánto hay de composición y cuánto de improvisación en tu jazz?

Cuando estás interpretando algo de jazz siempre estás improvisando, aunque partas de una melodía ya establecida. Y a partir de ahí vas desarrollando hasta que después es pura improvisación. Es como cuando haces un solo de un instrumento, pero la propia melodía ya la puedes improvisar la manera de tocarla. Y dentro de la propia improvisación si estás haciendo un solo y estás improvisando, casi estás componiendo porque si te pusieras a discernir y analizar ese solo empiezas a coger pequeños fragmentos que pueden tener carácter propio como para poder hacer otra canción a partir de ahí.

Para desconectar, ¿qué eliges en tu lista de Spotify?

Puedo elegir desde una banda de canadienses que se llama Bon Iver, o un tipo que me encanta, que escucho mucho últimamente que se llama Jordan Rakei, que es neozelandés, o si hablamos de pianistas, el sueco Esbjorn Sbenson, en trío, que falleció hace unos años. Escucho un poco de todo.

¿Qué hay de tu personalidad en la música que compones?

Buena pregunta. Porque estoy ahí en la búsqueda. Yo tengo un crisol de géneros dentro de mí, de estilos musicales. De pronto puede sonar algo muy actual, muy de banda sonora, puede ser algo como muy europeo, o de 50 años atrás, o puede sonar a música africana, a jazz, o a disco, que me encanta también, más comercial, más de baile. Es lo que espero hacer cuando pueda hacer algún un trabajo mío, que espero pronto encontrar un hueco y dedicarme a ello.

¿Y cuándo crees que llegará ese momento de construir tu propio proyecto y dejar de trabajar para otros? ¿Qué te frena a dar ese paso?

Llevo mucho tiempo detrás de hacer algo mío pero el dedicarme a otras a trabajar a hacer otro tipo de cosas pues en mis huecos libres no veo como para ponerme a dedicarme para mí, necesito un tiempo más amplio. Llevo ya decididamente un año buscando el momento, que creo que va  a ser después de este verano, para ponerme en la calma, buscar un espacio de tiempo de unos meses para poder realmente desconectar y buscar una conexión de cosas a ver lo que sale aprovechando que ya tengo la independencia para poder construir con esta herramienta con el programa de grabación que me ofrece la oportunidad de hacer mis propias producciones, elegir sonidos y trabajar con ello con tranquilidad y con calma, que es lo que necesito sobre todo.

¿Qué será? ¿Será jazz, será pop? ¿En qué línea de trabajo será el nuevo sello de Tony Romero?

No lo sabemos porque hay tantas opciones que creo que empezaré por trabajar, ir construyendo y a lo largo del proceso se irá viendo el color que va teniendo que a lo mejor no tiene un color único, puede ser una macedonia de canciones y no me da tampoco miedo, no hay por qué etiquetarlo.

“El sector de la música va a ser uno de los últimos en recuperarse”

El compositor malagueño confía en que la sociedad aprenda algo de los efectos de la pandemia del coronavirus

Año 2020. Pandemia. Crisis global. El mundo se detiene de repente. ¿Son malos tiempos para la creatividad?

Son muy buenos tiempos para la creatividad y muy malos tiempos para el trabajo. Por lo menos ahora mismo el horizonte para el músico que se dedique exclusivamente al directo está difícil, tanto directo pequeño como grandes. Incluso los pequeños mucho más porque ahora mismo aglomerar en un local o en una sala 300 personas, cómo reduces el aforo solo para 60, es difícil que sea rentable para los promotores poner a funcionar todo esto. Quizá los espectáculos un poquito más grandes, a lo mejor aumentando el precio de la taquilla, pero se avecinan meses complicados para el trabajo durante un tiempo. Pero la creatividad creo que ha sido en este momento de confinamiento ha sido tan extraña para la población a nivel mundial que eso provoca algo extraño en todos nosotros y mucho más en los artistas. Eso de bajar a la calle y no ver un alma se te remueve algo en la mente y en el corazón.

Decía Amaral días atrás que la música ha servido para refugiarnos.

Desde luego los que tenemos la oportunidad de estar acompañado de un instrumento. Yo vivo solo con mi perro Aifon, te da una compañía que te absorbe. Para mí ha sido bastante llevadero.

¿Temes que la Cultura sea la gran perjudicada y la más castigada?

El sector de la música creo que va a ser uno de los últimos sectores en recuperarse después de esta pandemia. Hablo del sector de la música en concreto porque requiere que haya aglomeraciones de personas y ahora mismo no se puede.

Estamos ante una mutación de la industria cultural.

Desde luego se está reinventando muchos sectores y la música es uno de ellos desde luego. Desde hacer conciertos desde casa a grabaciones online, yo lo hacía antes pero ahora lo estoy haciendo de forma obligatoria, trabajar a distancia, por streaming, estoy grabando voces u otros instrumentos.

¿Tienes algún miedo a lo que viene o confías en que seremos mejores y nos comportaremos de una manera más responsable y solidaria?

Ojalá esto nos sirva para ser algo mejores, pero creo que somos muy olvidadizos. El ser humano en cuanto ve un rayito de luz se le olvida la oscuridad por la que ha pasado. Pero ojalá que aprendamos a ser algo mejores. Una de las cosas que me da miedo es todo lo que nos puede provocar el cambio climático. Creo que es que hay que tomarla muy en serio porque va a influir en muchas otras cosas. Creo que nos haría mejores seres si tratásemos mejor al planeta.

Te da más respeto el cambio climático que el coronavirus.

El coronavirus ha sido un impacto tan rápido que es para tenerle respeto porque todavía está ahí entre nosotros y no está controlado hasta que no aparezca una vacuna, pero dime tú a mi cómo cambiamos nosotros el clima si se nos vuelve en contra. A ver qué hacemos. A nivel farmacéutico, los laboratorios están como locos buscando vacunas y aparecerá, pero si empieza a subir el nivel del mar o empezamos a tener olas de calor una detrás de otra con episodios de lluvias torrenciales eso sí me da más miedo.

Durante la Transición española, la música tuvo un fuerte componente de compromiso político. Esta pandemia, y el impacto tan brutal que está suponiendo en nuestras vidas, ¿conduce a la música a comprometerse más con determinados valores?

Yo creo que sí, seguro, ya está sucediendo. Ya hay muchos artistas que están componiendo canciones dedicadas a este momento, tanto a los ciudadanos de a pie como a todo el frente de profesionales sanitarios que se están dando la vida para cuidarnos, desde la composición misma de las letras hasta cuando pueda haber música en directo. Esto va a influir, claro que sí, no sabemos cuánto, si mucho o si poco, pero espero que no se nos olvide y que tomemos nota de lo que estamos pasando. Desde luego, los festivales y los espectáculos tendrán que ser más respetuosos con el medio ambiente y más sostenibles. Tenemos que aprender de esta pandemia.

¿Cuál es lección que crees que hemos aprendido como sociedad con el Covid-19?

No sé si hemos aprendido algo porque el ser humano es muy olvidadizo. Habría que pensar que de forma individual no vamos a ningún lado. Como individuos hacemos cosas, pero hay que pensar en colectivo, en todos, en los demás, y hay que ser muy cautos en muchas cuestiones. Y esto podría ser un mensaje tanto para políticos como para responsables y autoridades; que cuando el miedo nos atenaza, es uno de los cortos momentos donde arrimamos el hombro entre todos. Y es ahí, en caliente, pero manteniendo la sangre fría, una buena ocasión para adoptar compromisos y acuerdos, que seguro que nos serán muy útiles en el futuro.

LUIS GRESA

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