EN PRIMERA PERSONA: Manuela Jiménez, premio Experiencias ONCE
“Los voluntarios son los ojos de los afiliados”
Cristian Díaz | Manuela Jiménez Muñoz (Morón de La Frontera, 1965), ‘Manoli’ para sus familiares y amigos, desempeña funciones de trabajadora social en la ONCE desde 1989, los últimos cinco años como coordinadora del Voluntariado en Sevilla y Huelva. Aficionada al teatro, al baile y al senderismo, el pasado 22 de febrero recibió el segundo premio del III Concurso de Experiencias de Innovación y Buenas Prácticas en Servicios Sociales’ que convoca la Dirección General de la ONCE por la experiencia titulada ‘Volunteering/Voluntariado. Rompiendo Fronteras’, bajo el seudónimo de ‘Gente corriente’.
¿Qué es el voluntariado?
Dentro de ONCE, es aquella persona que tiene tiempo y quiere dedicárselo a la ONCE, dentro de los programas específicos que tenemos de voluntariado. Nuestros voluntarios tienen que ser mayores de 18 años.
¿Cree que para ser voluntario se necesita ser buena persona?
Se necesita ser buena persona para todo en la vida. No, solamente para ser voluntario.
¿Cómo se puede ser voluntario en la ONCE?
La página web de ONCE tiene un enlace. Hay un pequeño formulario que, al cumplimentarlo el interesado, tiene que poner la zona en la que reside y Dirección General nos lo remite a los cooordinadores de la zona. Le hago una entrevista. Vemos el perfil de la persona. Y vemos si lo que realmente quiere es hacer voluntariado en ONCE o quiere otra entidad. Les informamos de lo que es el voluntariado en ONCE, las características que necesitamos y los programas que estamos realizando. Si la persona está de acuerdo se firma un documento de colaboración, un compromiso, se le hace una formación a la persona voluntaria. Nos llega gente muy variopinta: de muchas edades, estudiantes, pensionistas, trabajadores... Después pertenecemos a la Plataforma del Voluntariado provincial.
¿Se podría decir que la función del volunario es convertirse, al menos durante unos instantes, en los ojos del afiliado?
Sí. En un principio, ellos vienen pensando que van a tener que hacerlo todo. Cuando se dan cuenta de la realidad del afiliado se dan cuenta de que necesita los ojos del voluntario. La compañía, el saber estar, el hablar con él... Depende mucho del servicio, pero normalmente los afiliados cuando nos piden un acompañamiento puntual, sobre todo, los de desplazamientos, una persona que va a un sitio nuevo, ahí pedimos los ojos. Después hay otros servicios que lo que pedimos, también, es la compañía, la buena charla y el sentirse acompañado. En líneas generales podemos decir que los voluntarios son los ojos de los afiliados.
¿Qué afiliados pueden optar a este servicio?
Dentro de ONCE, el requisito para hacer uso del voluntariado es que tengas más de 18 años porque tampoco podemos darle un servicio de voluntariado a menores. Solamente damos servicio de voluntariado a afiliados que nos lo piden. El perfil mayoritario es gente mayor, pero tenemos peticiones de afiliados jóvenes que, aunque tengan mucha autonomía, en algún momento puntual nos han hecho peticiones de acompañamientos. En función del programa que el afiliado nos pida, porque tenemos los programas de: Acompañamiento, Acceso a la Información, Deportivo y Cultural Recreativo.
¿En qué consiste ‘Volunteering/Voluntariado. Rompiendo Fronteras’?
Esto surge hace ya cuatro años. Antes de yo llegar a la Coordinación del Voluntariado, José Antonio Onedo era el que llevaba el Voluntariado cuando yo estaba en la Unidad. Había una academia de idiomas en Sevilla que traía a americanos durante seis meses para reforzar su español. Uno de los programas que les ofrecen a estos estudiantes es conocer la ciudad desde diferentes perspectivas, que pueden hacer voluntariado en diferentes entidades. Esa academia, que se llama ISA, se puso en contacto con nosotros y nos dijo si podíamos ofrecerles a algunos americanos que hicieran voluntariado en ONCE. Nos encontramos con el problema de que los chavales que venían no hablaban español. Entonces buscamos afiliados mayores de 18 años con un perfil universitario que esté buscando empleo y que necesita el idioma. Tenemos muchos afiliados con ese perfil. Empezamos, en un principio, me parece que con dos voluntarios americanos y tres afiliados. Les cuadramos encuentros e iban practicando. El afiliado practicaba el inglés y el voluntario el español. Fue muy bien y, al siguiente año, apareció otra academia con un sistema muy parecido. No tenemos ningún acuerdo de colaboración con ellos porque, al no ser entidades de voluntariado, no podemos firmar acuerdos con ellos. El acuerdo lo firmamos con el voluntario en sí. Ahora mismo, tenemos tres academias que informan, a los chavales que van a venir durante seis meses, de lo que es el voluntariado en la ONCE. Tenemos unas 15 o 16 peticiones de afiliados que quieren hacer esos encuentros. Además, cuando nos vienen chavales que tienen un nivel bueno de español les ponemos en acompañamientos normales. También, algunos voluntarios están haciendo refuerzo de speaking en el taller de inglés que tiene la ONCE en el CRE (Centro de Recursos Educativos) dos días a la semana. Todavía están llegándome los de este semestre, pero, ahora mismo, tenemos 10 voluntarios.
¿Se busca, dentro de las personas interesadas en esta función social, algún perfil específico para esta labor?
Nos llegan ellos. El perfil que nos llega es el de un estudiante de 21 a 23 años que estudian una carrera de humanidades. Es la línea porque las universidades con las que tienen acuerdo en origen estas academias hacen mucho hincapié en este tipo de formación.
“Los voluntarios y los afiliados terminan teniendo amistad”
Desde 2014, un total de ocho grupos de estudiantes integrados por 67 voluntarios estadounidenses han atendido a 75 afiliados en el programa. ¿Cómo valora estos resultados?
Puedo valorártelo muy positivamente, además, desde los dos puntos de vista porque los voluntarios, cuando se van a los seis meses de estar aquí, siguen teniendo contacto con el afiliado por correo electrónico. Después, ellos en su academia tienen que presentar una serie de trabajos optativos y la gran mayoría de los que han hecho voluntariado en ONCE cuentan su experiencia. Han hecho publicaciones en sus lugares de procedencia contando la experiencia que han tenido. Las diferentes academias tienen recogidos algunos dossieres de comentarios de cómo les ha ido. Vienen con una idea y se van con otra. La relación que siguen teniendo con los afiliados. No solamente practican, sino que terminan teniendo amistad.
Y los usuarios... ¿Cómo califican este servicio?
Cuando hemos lanzado las propuestas de quién quiere seguir recibiendo esta información cada seis meses hay algunos que repiten. Una usuaria, en concreto, está desde el primer grupo. La experiencia, para los que lo han utilizado, es muy gratificante. No nos hemos encontrado todavía con ningún afiliado que nos haya dicho que esto vaya mal o no funciona.
¿Se piensa en ampliar a otros idiomas?
Estas academias tienen también otros idiomas, pero, por lo que se ve, la cultura del voluntariado en Estados Unidos es distinta a la europea.
¿Qué nivel de inglés debe tener un afiliado que se quiera acoger a este servicio?
Siempre les planteamos que tienen que tener un mínimo porque igual te acompaña un chico que no conoce el español. El perfil con prioridad es el estudiante universitario o trabajador que esté preparándose oficialmente o extraoficialmente el acceso al B-1 o al B-2 de inglés. Lo mismo que yo, cuando me entrevisto con los aspirantes a voluntarios, tengo que ver el nivel de español que traen porque el nivel de algunos de nuestros usuarios es más bajo. Como depende siempre de la disponibilidad de uno y de otro, voy bajando los requisitos.
International Studies Abroad, CEA-Learn your potential, y CASA-Sevilla son las academias que apoyan esta experiencia. ¿Cual es su función?
Es un servicio que les ofrece a los estudiantes. Les ofrecen hacer voluntariado en diferentes entidades. Tienen a OnCE, comedores sociales o entidades dirigidas a personas mayores. Hacen una primera información de lo que es la ONCE. En origen, ellos les cuentan lo que es la ONCE. Les hemos remitido los folletos informativos que tenemos de voluntariado en inglés y ellos llegan ya con esa formación.
¿Qué sintió al recibir el segundo premio del III Concurso de Experiencias de Innovación y Buenas Prácticas en Servicios Sociales’ que convoca la Dirección General de la ONCE?
No me lo esperaba. Cuando me lo comunicaron me puse fatal porque nos llamó Cristóbal al despacho y nos quiso gastar una broma. Pero no me acordaba porque yo presenté el proyecto recién llegada de las vacaciones de verano en septiembre y me lo comunicaron en diciembre. Me alegró mucho, sobre todo, porque es un proyecto que se está llevando a cabo y está funcionando muy bien.
¿Creyó que podría ganar el premio?
En ningún momento. Fue una sorpresa.
Cree que el reconocimiento a este tipo de experiencias consiguen que se siga innovando en este ámbito?
Yo creo que sí porque, además, el otro día, cuando hicieron la entrega del premio el coordinador que tenemos ahora en Dirección General me comentaba que la van a trasladar a Madrid.
¿Cómo animaría a más personas a colaborar como voluntarios?
Que si quieren compartir su tiempo con nosotros, nuestra población estaría muy agradecida de que lo compartieran.
¿Y a los afiliados a utilizar este servicio?
Nosotros les decimos muchas veces a los afiliados que es un recurso más que tienen en sus manos.
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