EN PRIMERA PERSONA: José Manuel Candón, triatleta, campeón mundial en XTERRA

Secciones: Entrevistas
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“No hay que tenerle miedo al deporte”

José Manuel Candón (Medina Sidonia, Cádiz, 1976) siempre quiso ser militar. Después de 20 años en el ejército de teniente de Infantería de Marina, los últimos cuatro como TEDAX, especialista en desactivación de explosivos en el retiro, un accidente en el que perdieron la vida cinco compañeros, le arrebató un ojo y le dejo sin apenas visión en el otro. A partir de ahí, Candón inició una carrera que le ha llevado a ser único en el mundo en su modalidad, el triatlón extremo de montaña. Hace apenas unos meses logró en Hawái, por segunda vez, proclamarse con su guía, Jonathan Macías, campeón mundial de XTERRA, la prueba de cross de montaña más dura que hay en la actualidad. El primero en el mundo con discapacidad en cubrir de 1.500 metros de natación en la playa de Kapalua, seguido de 32 kilómetros de BTT por las montañas y selvas de la isla finalizando con una carrera de Trail de 10.5 kilómetros. Su vena militar le lleva a sufrir la guerra contra Ucrania en la distancia.

¿Siempre le gustó el riesgo?

No soy muy amante del riesgo. Me gustó la aventura más que el riesgo.

¿Fue muy guerrero de pequeño?

Yo sí, desde pequeño siempre quise ser militar. Desde muy, muy, muy pequeño me vestía de militar, tenía botas militares, eso lo he llevado inculcado desde chico y mira que no tengo familia militar. Fue de vocación desde pequeño.

Y ¿por qué la Marina?

Infantería de Maria porque justo cerca de mi casa vivían unos compañeros que los veía vestidos de uniforme y un día me paré con ellos y les pregunté. Y ya me fui informando un poco.

En sus 20 años en el Ejército, habrá participado en misiones internacionales.

He estado en Bosnia varias veces, en Kosovo, y cuando tuve el accidente me preparaba para ir al Líbano.

¿Y ha vivido situaciones complicadas?

Complicadas, complicadas, no mucho. Nos tocó la época del 96, que todavía estaba un poco la cosa tensa en Bosnia, pero complicadas de peligro, no. Simplemente repartía ayuda humanitaria. Más que situaciones extremas, te das cuenta de las penurias que se pasan por ahí afuera y lo bien que se vive en España.

¿Eso ha ido forjando una personalidad muy dura?

Hombre, te forja la personalidad, pero también son los valores que tú tienes inculcados desde pequeño.

El 24 de febrero de 2011 sufrió usted un accidente que le cambió la vida.

Nos estábamos preparando para ser desplegados en el Líbano. Una de las características que tienen los desactivadores de explosivos es que nuestras prácticas son siempre con material real porque tienes que conocer unos resultados y tener unas lecciones aprendidas para llevarlas a cabo en acciones reales. Con tan mala suerte que se produjo una fatídica explosión y fallecieron cinco compañeros y dos quedamos con secuelas graves. A día de hoy todavía nos encontramos con una lucha judicial contra el Ministerio de Defensa por conocer la verdad de lo sucedido y resarcir los daños, tanto a las viudas como a los heridos.

Y perdió la visión.

Yo perdí un ojo por completo. Llevo una prótesis de cristal y en el otro conservo un 15% de visión, me fluctúa mucho, hay días que no veo apenas nada porque tengo heridas en la córnea, muchas perforaciones y se me vuelve opaca.

¿Resultó muy duro superar esa situación?

Al principio me costó bastante porque, claro, verte postrado en una cama con 34 años, que apenas te podías mover… Recuerdo las primeras rehabilitaciones a las que iba, venía el rehabilitador a la habitación me bajaban con una grúa al sofá, y la rehabilitación era intentar llevarme un botellín de agua a la boca. No podía después de tanto tiempo en cama y con las operaciones. Y con ayuda de la familia, los amigos, y apoyado en el deporte vas tirando para adelante, no queda otra.

Se tomó el proceso de adaptación como un entrenamiento militar.

-Se ríe-. Bueno, la verdad es que, más que como un entrenamiento militar, la idea era superarme día a día y querer volver a ser la persona que era antes físicamente.

La ONCE, ¿cómo entró en su vida?

La ONCE te presta el apoyo emocional, sicológico, pero para una persona joven como yo y activa, el ardor guerrero la ONCE no me lo podía sustituir por ninguna actividad. Me llaman casi todas las semanas, como apoyo emocional sí mantengo mucha relación con ellos. Las personas mayores tienen muchas actividades, pero claro una persona joven, con niños, ese tipo de actividades las haces con la familia.

¿Cómo se inicia en el mundo del triatlón?

En un primer momento empecé a hacer bicicleta de montaña, no hacía triatlón, y cuál fue mi sorpresa que no me dejaron apuntarme a una prueba de bicicleta de montaña. La Federación Nacional de Triatlón no permitía la participación de deportistas con discapacidad en prueba de triatlón cross con bicicleta de montaña. Y lo peleé, lo luchamos, y hemos conseguido por lo menos que aquí en España se pueda triatlón cross las personas con discapacidad visual, porque no se podía. A nivel internacional no conseguimos cambiar la norma. Por eso, para demostrar que éramos capaces de conseguir cualquier cosa que nos propusiéramos, decidimos hacer triatlón cross extremo de la franquicia XTERRA. La discapacidad no es obstáculo, el obstáculo son las normas. Yo lo que pido es que nos dejen participar en igualdad de condiciones que a las demás personas con discapacidad o a los demás. Porque si yo pago una licencia completa, que menos, que me dejen participar en todas las pruebas, y no solo en ciclismo de carretera, si quiero hacer montañana, si estoy demostrando que puedo, tendrán que cambiar las normas, ¿no?

"La resistencia mental es la clave de todo"

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¿Cómo es un entrenamiento habitual suyo? ¿Cuántas horas le dedica a entrenar?

Normalmente en triatlón la gente piensa que son tres disciplinas distintas y no es así. El triatlón es un deporte en sí mismo, y tú tienes que enfocar el entrenamiento como un deporte en sí mismo, pero con tres modalidades distintas a la vez. Tienes que distribuir la semana con tres secciones de carrera, tres de ciclismo y un par de ellas de natación. Y hay días que tienes que doblar. Y luego hay días que tienes bicicleta y correr a la misma vez, lo que se llama transición, porque tienes que adaptar el cuerpo a bajarte de la bici y correr. Haces a lo mejor 20 o 25 kilómetros en la bici y luego haces 5 o 6 kilómetros corriendo, dependiendo de la distancia para la que te estés preparando. Normalmente yo salgo a entrenar sobre las 10 de la mañana y termino sobre las 12. Y por la tarde suelo hacer las sesiones de natación de una hora, más o menos, unos 1.500/2.000 metros, para las distancias que hago yo. Los fines de semana te tocan las salidas largas de bicicleta o las tiradas largas a pie. La suerte que tengo es que Jonathan  (su guía,  Jonathan Macías) es entrenador profesional y aparte es licenciado en Educación Física. Él me marca las pautas de entrenamiento para llevarlo a cabo.

De cada triunfo que consigue, ¿qué porcentaje es éxito suyo y cuanto de su guía?

Nosotros somos un equipo, somos un fify-fifty. Ni puede fallar él, ni yo puedo fallarle a él. El guía son mis ojos, es el que me controla físicamente, simplemente escuchándome respirar sabe si tenemos que bajar el ritmo o subirlo. En el agua es un apoyo fundamental, porque en el agua vas perdido, desconcertado, no sabes si vas para arriba o para abajo, y más cuando hay muchas olas. En la bicicleta es tu manillar, es parte del motor de la bici y tienes que tener plena confianza en él. Y luego en la carrera a pie es un poco más fácil porque ya es simplemente dejarte llevar. Pero esto es un equipo, y sin él esto sería prácticamente imposible.

¿Cómo se trabaja la resistencia? ¿Es la clave de todo?

La resistencia física y mental, pero sobre todo mental. Yo creo que cualquier persona es capaz de realizar lo que se proponga, pero primero tiene que estar mentalmente preparado para ello porque el ritmo te lo pones tú. Da igual correr diez kilómetros a tres minutos el kilómetro, que diez kilómetros a diez minutos. Es el mismo esfuerzo. Pero si tú mentalmente no estás listo para realizarlo no lo vas a poder hacer ni a tres ni a diez.

En Alemania se convirtieron en pentacampeones de Europa de Triatlón Cross Extremo. Cada meta que consigue debe suponer una inyección de moral y autoestima para nuevos retos.

Si. Nosotros los campeonatos no los medimos por triunfos, sino por desafíos. Cruzar una línea de meta para nosotros es un desafío, porque los circuitos son muy complicados, sufrimos mucho. Económicamente para poder asistir a estos campeonatos, es complicado conseguir los fondos para poder estar en ellos, a lo que se suma la presión de que el tándem es una herramienta muy complicada, tanto para transportarla -en los desplazamientos sufre mucho, es rara la vez que no venga algo roto-, como económicamente -no podemos estar mucho tiempo en la zona donde vamos a correr, entonces llegamos un día antes y nos volvemos al día siguiente-. Cualquier tipo de percance en la bici durante el transporte nos puede estropear una carrera. Y luego ya en la carrera, haberla superado es como si nos hubiéramos quitado un peso de encima. Normalmente a los sitios a los que vamos nunca han visto un tándem haciendo este tipo de pruebas. La gente se queda impresionada, alucinados con nosotros.

El Mundial lo intentaron en 2016, en 2018 quedaron ya primeros en el Campeonato del Mundo XTERRA , en 2020 se suspendió por la pandemia, pero en 2021, el pasado mes de diciembre, volvieron a lograr el primer puesto en la categoría de discapacidad (PTVI) en el Mundial de Hawái.

En el 18 sí quedamos los primeros pero no nos salió la carrera perfecta. Cuando vamos a un sitio y repetimos es porque el año anterior no nos ha salido perfecta o hemos tenido un percance. No nos llenó tanto como esta vez, que ha sido apoteósico. De hecho, hubo una tormenta tropical, las palmeras caídas en el suelo, los postes de la luz, llovió muchísimo. La carrera fue super dura, sin embargo, es la que más hemos disfrutado porque no hemos tenido percances técnicos en la bici. Incluso bajamos el tiempo que empleamos porque también íbamos más preparados físicamente.

Son ustedes únicos en su modalidad.

Somos el único tándem del mundo en el que hemos realizado este tipo de pruebas. No hay nadie en el mundo que lo haya hecho. Esta prueba tiene 25 años de existencia y nunca antes nadie lo había conseguido.

Es de lo que se siente más orgulloso.

Si, porque nosotros queríamos dejar una impronta para poder decir que hemos sido los primeros en conseguir esto y para demostrar a las respectivas federaciones que si éramos capaces de hacer esto, ¿por qué no vamos a ser capaces de hacer carreras más sencillas, más cortas, en circuitos menos técnicos, como son las pruebas de la Federación?. Es que sabe muy mal ir representando a España sin el apoyo de las Federaciones españolas. La andaluza sí, pero tú vas a una carrera XTERRA y no vas representando a la Federación Española de Triatlón.

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¿Qué le parece que el triatlón no sea una modalidad paralímpica?

El triatlón de carretera normal sí es una modalidad paralímpica, pero el de montaña no, aunque viendo cómo se enfoca últimamente las Olimpiadas, entiendo que este tipo de pruebas no pueda ser olímpica, porque si fuera así, lo que corren trail running también quisieran que fuera una modalidad olímpica; los que hacen bicicleta de maratón de montaña, también; los que nadan en aguas abiertas, también. Bicicleta de montañana hay modalidad olímpica pero es un rally, no una maratón. Yo entiendo que no sea modalidad olímpica y me gustaría que lo fuera porque el deporte olímpico mueve los valores del deporte. Y el deporte olímpico también se puede practicar en una montaña. No tiene por qué ser en una carretera.

Y después de Hawái, ¿qué?

Este año la verdad es que nos lo vamos a tomar un poco con tranquilidad porque no acompaña la economía. Competir a nivel internacional es muy caro. Tenemos apoyo de sponsors locales y nacionales, del Ayuntamiento de Chiclana y la Diputación, pero no es suficiente para mantenerte a tan altísimo nivel tanto tiempo porque una temporada puede costar entre 25.000 y 30.000 euros. En los tiempos de crisis que estamos esto es muy complicado.

¿A qué le teme José Manuel Candón?

¿Yo? -se ríe-. Me río por qué no sé qué decirte, tampoco quiero ser muy soberbio. Yo temerle ahora mismo no le temo a nada. A retos ninguno, pero no es temor, es respeto. No puedes tener esa soberbia de no temerle a nada, debes tenerle respeto, hacer las cosas con respeto y con educación.

¿Cómo está siguiendo la guerra de Ucrania?

Pue bastante cerca porque mi compañero Raúl, que es el que tuvo el accidente conmigo, es analista internacional, y como entreno con él todos los días, que también es deficiente visual, lo comentamos bastante. La verdad es que es una pena lo que está ocurriendo, una tragedia.

¿El cuerpo le pide ir allí?

Si yo pudiera y estuviera en condiciones y no tuviera familia a mí me gustaría poder ayudar de cualquier manera. A ver, no de cualquier manera. Los militares no se preparan para el combate, los militares se preparan para la paz, para que exista la paz. Y si hay que combatir para que exista la paz, habrá que combatir. A mí el cuerpo me pedía estar allí ayudando, pero claro las condiciones mías físicas son las que son, y luego tienes una familia detrás. Cualquiera le dice a mi mujer… ya me ponía pegas para ir a correr, si le digo que me voy a Ucrania…

¿Le ve alguna solución a esta guerra de Rusia contra Ucrania?

No. Actualmente una solución moderada no se la encuentro. Es que la solución no tiene que venir por parte de los países aliados y de la OTAN. El que ha iniciado la guerra es el que tiene que poner la solución, hasta que él quiera, va a haber guerra. Si yo fuera Moldavia estaría preocupado. Las guerras hacen extraños compañeros de camas, no va a ser descabellado ver a los chechenos de nuevo combatir contra los rusos, o ver a los turcos o talibanes combatir en favor de Ucrania contra los rusos, porque la guerra hace extraños compañeros de cama. El enemigo de mi enemigo es mi amigo.

¿Qué les diría a las personas ciegas o con baja visión que no se atrevan con el triatlón?

No solo al triatlón, al deporte en general, a la actividad física en general. Simplemente hay que dar el primer paso, quedarse sentado o lamentándote de tu situación en un sofá es la primera pérdida que tienes. Mi hija con 11 años ya es guía de una compañera del colegio que es ciega total. Los valores hay que inculcarlos desde pequeños y no hay que tenerle miedo al deporte o a la actividad física. No hay por qué hacer triatlon, cada uno hace lo que medianamente su cuerpo le permita, pero lo importante es dar el primer paso. El dicho de mente sana, cuerpo sano es ley de vida. Simplemente con dar un paseo matutino de una hora tu cuerpo lo va a agradecer. Yo empecé así, daba un paseo matutino de una hora, luego corres 15 minutos, luego 30, luego 40, luego te pones un reto y lo intentas. Ahora, quedarnos en el sofá, oyendo la radio, así no. Hay que intentarlo. Y si no que se apunte a clases de baile, para las personas sedentarias es muy conveniente hacer ese tipo de actividades. Hay que quitarse el miedo a los tropiezos. Lo importante no es tropezar, sino levantarse, y si tropiezas una segunda vez te vuelves a levantar. Pero por un tropiezo no debes quedarte en casa.

| LUIS GRESA

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