EN PRIMERA PERSONA: Ana Belén Gutiérrez, community manager de Dadai Shop

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“Si los comercios online fuesen accesibles tendrían más mercado”

L.G. | Apasionada de la Historia del Arte, Ana Belén Gutiérrez (Málaga, 1991) entró a trabajar el pasado mes de septiembre como community manager en Dadai Shop, un nuevo concepto de comercio online para todos, después de diez años de vida laboral en el Museo Municipal de Málaga. Ciega desde los nueve años por una enfermedad rara, Ana Belén lamenta la cantidad de posibilidades que las empresas pierden por la falta de accesibilidad en sus servicios.

Tener una enfermedad rara como Stargardt  y perder parte de la visión a los nueve años, ¿marcó su infancia?

Sí, la verdad que bastante. Al principio me costó mucho adaptarme. Además, en aquella época no teníamos las facilidades que tenemos ahora, sobre todo en cuanto a información. Pero sí, me costó mucho y durante un tiempo tuve que dejar de practicar los deportes que a mí me gustaban. Necesitaba un tiempo para volver a aprender y volver a manejarme sola. Y lo intenté, después de muchos balonazos (risas) volví a jugar al baloncesto en el patio de mi colegio, no se pueden hacer las mismas cosas que antes, pero se pueden hacer muchas cosas. Y también es cierto que los niños se adaptan más fácilmente a este tipo de cambio que un adulto.

El hecho de tener una enfermedad que solamente tiene una de cada diez mil personas, ¿le hizo sentirse una persona rara o un ser excepcional?

Al principio, me sentía un ‘bicho raro’ si, pero ahora ya me siento que soy una persona normal porque he conocido más sobre qué trata mi enfermedad y hay algunas personas que puedan discrepar, pero lo único que me diferencia es que tengo distintas necesidades que el resto de la media, aunque de pequeña sí es cierto que me sentía un poco diferente.

La ceguera ¿le ha ido conduciendo la vida en algún sentido?

Pues quizás en valorar algunas cosas y aprender a desarrollar muchas otras; estar pendiente de los sonidos, de los olores. Por ejemplo, cuando hago rutas en moto percibo muchos más olores de los que puede percibir cualquier otra persona que solamente huele a gasolina. Cuando tenemos algo seguro no lo valoramos, comenzamos a darle importancia una vez que lo perdemos. Al principio es duro porque crea rechazo en muchas personas y a mí no se me nota que sea discapacitada visual pero cuando se enteran pues como que echa un poco para atrás a las personas. Pero también me voy dando cuenta que la sociedad va avanzando y va rompiendo esas barreras.

¿Cómo prende su llama de la pasión por el arte?

Gracias a mis hermanos realmente. Mi hermana, que es una gran docente, me transmitió su pasión por el arte.  Y eso me hizo ver que había cosas hermosas en el exterior que tenía que descubrir. Tanto mi hermana como yo tuvimos a la misma profesora de instituto, que jamás la voy a olvidar, doña Carmen López, que me hizo fascinarme por la Historia del Arte. Hay tantas cosas que ha hecho el ser humano, tan bonitas y tan interesantes, que yo me decía a mí misma que tenía que descubrirlas. Siempre me decían que me iba a resultar complicado, que me dedicara a otra cosa, pero yo seguí por ahí. Después, decidí unir mi amor por el arte con el mundo de la discapacidad y con mucho esfuerzo conseguí comenzar a trabajar en el ámbito de los museos, que era mi objetivo, y comencé a trabajar en actividades accesibles para todas las personas.

¿Por qué parte de la historia siente más debilidad?

Por toda, es que soy una persona muy curiosa (risas). Creo que debemos conocerlo todo porque al final todo es relevante, y, además, siempre es bueno conocer todas las partes de la historia para no cometer los errores que se cometieron en el pasado. Pero en líneas generales me gusta todo.

¿Y siente devoción por alguna cultura específica?

Desde el punto de vista oriental, me gusta mucho Japón y de ahí me viene un poco la vena ‘friki’. Me gusta mucho la comida japonesa y me parece una cultura muy interesante. Y a nivel más cercano, el Barroco y el siglo XIX me llama mucho la atención, aunque hay corrientes que no me gustan como el Impresionismo porque no puedo verlo. Pero gracias al audio descripciones mi mente veía y conseguí comenzar a ver en mi cerebro gracias a todo lo que me iba diciendo.

¿Qué tal la experiencia laboral en el Museo del Patrimonio Municipal de Málaga?

Entre prácticas y otras cosas que he hecho, he estado casi unos diez años trabajando allí. Pero he aprendido mucho, ha sido una experiencia muy enriquecedora, muy positiva y me permitió aprender mucho en un lugar donde me sentía muy útil. Aprendí mucho de los colectivos con discapacidad, y gracias a ello, tengo ahora muy buenas relaciones con personas dentro de este colectivo.

“La estética no está reñida con la accesibilidad”

Gutiérrez estuvo diez años trabajando en el Museo de Málaga antes de incorporarse a este proyecto empresarial

Con su incorporación a Dadai Shop, ¿siente que se ha desviado de su camino?

No, porque de alguna forma el mundo de la discapacidad ha estado presente en mi vida personal y profesional, y por ello siento que amplio mi camino. Cada vez que me lo permite mi agenda hago actividades culturales por la calle donde voy mostrando rincones de Málaga donde nacieron o pasaron mujeres relevantes de la historia. Una ruta a la que he llamado ‘mujeres para recordar’ y que llevo haciendo desde 2017. Entonces, con Dadai Shop lo que estoy haciendo es completar ese camino. Ahora me siento que he dejado un poco más apartado el arte para dedicarle tiempo a aspectos de la vida diaria.

¿La estética está reñida con la accesibilidad?

Yo creo que no, pero hay muchas personas que siguen diciendo que sí y que optan o por estética o por accesibilidad. Hay tanta creatividad en este mundo que si se diesen cuenta de todo lo que se puede hacer estéticamente y a la vez accesible se llevarían una sorpresa enorme. Pero es una pena que no tenga más voz, Dadai Shop es una buena herramienta para darle voy a estos objetos y ayudar a que siga extendiéndose.

Háblenos acerca de Dadai Shop.

Dadai Shop es un lugar donde puede comprar todo el mundo, no es un comercio físico, aunque seguramente en un futuro lo sea, es una empresa muy abierta. Ahora mismo solo funciona a través de ventas online de productos adaptados y sin adaptar, y la idea es mostrarlo a todo el número de personas posibles. Por ello, me pareció un proyecto muy interesante.

¿Cuál es su papel realmente?

Mi papel son las redes sociales, el tema de la comunicación y atención al cliente. Y como empresa pequeña que está comenzando estoy ayudando en otras cuestiones de proveedores o análisis de productos.

¿Por qué cuesta tanto que los comercios online sean accesibles?

Pienso que no se dan cuenta que si fuesen accesibles tendrían más nichos de mercado y muchos más clientes. No contemplan a las personas con discapacidad como clientes potenciales, se olvidan de que hay personas que necesitan X cosas que son diferentes pero que no son imposibles. Es falta de concienciación de no estudiar a sus propios clientes. En mi caso, en muchas ocasiones me he encontrado a personas mayores que no saben cuál es el precio de una prenda de vestir porque la etiqueta es muy pequeña y no pueden verla, o ponen mesas altas y ahí ya están eliminando a personas de talla baja que no llegan o de movilidad reducida. Ellos mismos están eliminando clientela. No se dan cuenta de que si fuesen más abiertos, si estudiasen mejor a los clientes y vieran que este mundo es muy diverso tendrían más oportunidades de mercado y de ampliar la clientela.

¿Tienen mucha competencia o se sienten solas en el mercado?

Sí, sí que hay competencia. Pero hay comercios que no se dan cuenta que son accesibles o, todo lo contrario, entonces en cualquier negocio que exista habrá competencia. Y ojalá en el futuro haya más competencia porque eso será una buena señal.

‘quierollegarmaslejos’ es la dirección de correo electrónico que usáis, ¿es una declaración de intenciones?

Sí, totalmente y esperemos que sea una realidad. Y es una forma de mostrar que si contactas con nosotros esos productos van a llegar a personas que habitualmente no llegan.

“Internet no es apto para todo el mundo”

Ana Belén considera que Internet sigue sin ser un espacio para todos

¿Es Internet un espacio para todos?

No, por ahora no. Es un espacio que sí que está facilitando mucho y que gracias a él las personas con discapacidad hemos podido acceder a ciertas cosas. Pero ahora mismo no es para todo el mundo. Es un canal de información enorme, pero no se usa cómo se debería usar hasta el momento.

A las puertas del 2020, ¿cuáles son las claves de una community manager?

Pues reinventarse día a día y estar siempre pendiente de todo lo que ocurre. Buscar cercanía, siempre de forma respetuosa, ya que parece que por tener una pantalla delante de nosotros ya no somos humanos y respetuosos. La gente está cansada de máquinas y por ello es necesaria esa cercanía. La tecnología ayuda mucho, pero nunca debe sustituir el aspecto meramente humano.

¿Las fakenews perjudican mucho?

Sí, hacen mucho daño porque tienen un poder enorme. Estamos viendo que pueden incluso desestabilizar países, es la nueva ‘guerra fría’ de alguna manera porque antes se utilizaban las amenazas con armamento y ahora va hacia otros derroteros. Siempre se ha dicho que la información es el poder, si se utiliza bien puede ser una herramienta maravillosa, y si se utiliza mal puede ser un auténtico desastre.

En Andalucía y en España tenemos una legislación abierta a la accesibilidad, pero en cambio las páginas web no terminan de ser accesibles, ¿cuál es el problema?

La normativa se sigue quedando corta y no nos damos cuenta que eso lo utilizan personas. Por ponerte un ejemplo muchas veces nos encontramos con lugares en los que están las rampas de acceso, pero que son más propias de lanzar un cohete que de ser utilizadas por una persona (risas), por ello, creo que tal vez se debería de revisar la normativa. Siempre hay que ir un paso más allá y hay que actualizarse, es justamente lo que hacemos en el proyecto que estoy trabajando.

¿La cultura es más accesible que el turismo?

Creo que las dos cosas están avanzando por el buen camino, pero aún no son todo lo accesibles que deberían. Al fin y al cabo, el turismo y la cultura van de la mano puesto que existe el turismo cultural, pero volvemos a lo mismo, existe la normativa, pero no se da una buena aplicación de la misma ya sea por tales motivos. Pero también tengo que decir que estamos mucho más avanzados que otros países, aquí sí tenemos ciudades muy accesibles y muchos productos que lo son. Cómo anécdota, me gustaría recordar un viaje que hice a Bélgica cuando fui al Museo del Diseño y no tenían ascensor, era algo increíble en el siglo XXI.

Comenzó a trabajar a través de un proyecto de inserción laboral de Fundación ONCE, ¿cómo valora este tipo de programas?

Llegué al trabajo gracias a Sheila, de la ONCE de Málaga, que se encarga de ayudarnos con todos estos programas. Victoria, contactó con Fundación ONCE que transmitió la oferta y Sheila fue la encargada de ponernos en contacto con varias personas haciéndoles saber que tenemos experiencia en redes sociales y de atención al público. Y cuando me llegó el mensaje, no tardé ni un momento en decirle que me interesaría participar en el proyecto. Al final me dieron la noticia de que me cogieron para el proyecto. Para mí fue genial porque yo tenía un trabajo, pero con este mejoraba mis condiciones laborales y estoy muy contenta en cómo se ha dado todo.

¿Piensa que las empresas deberían confiar más en iniciativas inclusivas como esta?

Sí, porque hay muchas personas con discapacidad que están muy bien formadas, que le ponemos ganas, ilusión y lo que haga falta. Es como si nos tuvieran ahí apartados, y es por ello, que cuando nos llaman, como que nos hace más ilusión. Pero a mí siempre me gusta ser transparente y cuando solicito una oferta de empleo digo que tengo discapacidad visual, no me importa. En la entrevista, tienes que convencerles de que eres capaz de ciertas cosas, pero, en cambio, a personas que no tienen ninguna discapacidad no le preguntan si son capaces o no. Así que, empresarios como Victoria López (fundadora de Dadai Shop), deberían existir más porque cada vez veo que hay mejor formación, más estudiantes en las universidades, y si son capaces de hacer esos estudios, que se den cuenta de que son capaces de realizar ese trabajo.

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