El CRE de Sevilla anima a los alumnos a practicar sus retos hasta convertirlos en parte de sus vidas

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El tercer encuentro de competencia social de este curso refuerza las habilidades de los estudiantes para ganar confianza en su desarrollo personal

El Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Sevilla celebró el pasado mes de mayo la tercera fase del Servicio Escolarización Combinada Compartida (SECC) de competencia social dirigido al alumnado que cursa la ESO en el ámbito de Sevilla. También en mayo, el CRE organizó otras jornadas lúdicas, dirigidas a alumnos de 6 a 9 años, en la que los más pequeños disfrutaron de un fin de semana cargado de emociones con actividades lúdicas que resultaron muy pedagógicas y enriquecedoras.

La tercera fase del SECC de Competencia Social dirigido al alumnado que cursa ESO en el ámbito del CRE de Sevilla tuvo lugar del 11 al 13 de mayo pasados.

Este SEC se inició en enero mediante un juego de rol online en el que los jóvenes tuvieron que poner en marcha competencias sociales que implicaban presentarse a una orientadora, resolver problemas de accesibilidad en educación física, involucrarse con compañeros/as en el recreo, desplazarse por la calle interaccionando con el público o solicitar información sobre asociaciones juveniles en el ayuntamiento.

Grupo de alumnos y alumnas y profesionales que han participado en el SECC

Cada una de estas competencias desplegadas en el juego fue acompañada de la realización de retos reales en los centros educativos bajo la supervisión de sus coordinadoras de caso.

Y, por último, celebraron este encuentro presencial en el que los jóvenes pudieron preparar y disfrutar de una gymkhana social desarrollada en colaboración con la asociación juvenil La Candelaria, así como reflexionar sobre los ingredientes del SEC que nos han permitido avanzar en nuestras relaciones para así controlar mejor cómo seguir mejorando.

Dos alumnas del SECC realizando diferentes actividades en el Parque de Miraflores de Sevilla

El SECC se cerró con una reunión con los padres en la que los jóvenes volvieron a poner a prueba sus competencias representando un microteatro en el que se ponían de manifiesto los pensamientos intrusivos que interferían en las relaciones con los iguales y los aprendizajes que habían realizado y que resumieron en tres reglas de oro: No dejes que tus pensamientos intrusos te detengan; para cambiar apóyate en gente cercana; y practica tus retos hasta convertirlos en parte de tu vida.

Un fin de semana emocionante

Por otra parte, el Centro de Recursos Educativos volvió a llenarse de emociones en las jornadas lúdicas celebradas para los más pequeños del pasado 20 al 22 de mayo. En esta ocasión, los encargados de transportarlas eran un grupo de 26 alumnos y alumnas, con edades comprendidas entre los 6 y 9 años. Traían sus maletas cargadas de ilusiones, desde distintas provincias andaluzas, también desde Ceuta y Extremadura. Muchos de ellos, era la primera vez que viajaban sin sus padres y que dormirían fuera de casa, pero todos estaban muy contentos y no querían perderse esta oportunidad.

En las primeras horas de la tarde del viernes, fueron apareciendo pequeños duendecillos que correteaban felices por el hall de entrada del CRE, saludándose, jugando al showdown, y explorando cada uno de los rincones de la residencia, era la primera vez que venían al CRE.

Alumnos en el taller 'Me emociono con el circo'

Tras la merienda, se formaron tres grupos que irían rotando durante todo el fin de semana por los distintos talleres, con el fin de ayudar a los alumnos y alumnas a reconocer todo ese mundo de emociones que traían en sus maletas, y que a veces, les cuesta un poco reconocer y ponerle nombre.

Así pues, en el primero de los talleres, los alumnos pusieron nombre a las sensaciones que han sentido en alguna ocasión, divirtiéndose con el bingo de las emociones. También pudieron elaborar su propio emoticono que luego se llevarían de recuerdo, y escuchar un cuento sonoro en el que pudieron reconocer en escenas cotidianas lo que sentía la protagonista, una niña de edad similar a la de ellos.

Taller de música

En el siguiente taller, partiendo de distintas canciones, comprendieron mejor las características de cada una de las emociones, y después trataron de expresarlas mediante distintos instrumentos de pequeña percusión. Y ¡bien que lo supieron hacer!, que lo cuenten si no los cocos, que experimentaron el enfado de uno de los alumnos y se partieron por la mitad. Y, para terminar, pudieron expresarlas a través de un sencillo baile en el que todos participaron y se lo pasaron genial.

Si todo parecía extraordinario, aún quedaba algo por descubrir: “El circo de las emociones”. Los alumnos, asistieron en el propio CRE, a un circo en el que no faltaba ni un solo detalle, pero en el que no sólo eran espectadores, sino que también eran los protagonistas. Así, realizaron distintas acrobacias sobre ruedas, a través de un circuito con bicicletas y patinetes; realizaron malabares con el diábolo y platos chinos (que para muchos era la primera vez que los tocaban); también tuvieron que convertirse en domadores de tigres y leones mediante un circuito de colchonetas, vallas y túneles…  Y no podían faltar los payasos con sus globos de la China, que no se rompían excepto cuando… (Lo siento, pero es un secreto, no lo puedo contar por aquí). Realmente fue un circo cargado de risas, miedo, sorpresa, etc.

Grupo completo de alumnos en la granja

Después de esta intensa tarde, los alumnos y sus profesores disfrutaron de la cena, y enseguida se fueron todos a dormir, ya que había sido una tarde muy emocionante, y estaban cansados del viaje.

El sábado por la mañana, tras el desayuno, los alumnos estaban todos preparados para realizar una excursión muy especial. Visitarían una granja, en la que podrían de nuevo experimentar diferentes sensaciones a través de los distintos animales y actividades que allí realizaron. Así pues, pudieron adentrarse en un recinto lleno de conejitos, a los cuales pudieron sentir entre sus piernas y acariciar, cogiéndolos incluso en sus manos los más atrevidos. No podían faltar los caballos, a los que acariciar el lomo y cepillar su melena. Pero en esta granja, además de los animales, pudieron tener la experiencia de elaborar su propio pan, y tomar un desayuno rico y saludable.

Al medio día, los alumnos regresaron al CRE, donde tras la comida, seguían con las pilas igual de cargadas que el primer día, corriendo, saltando, jugando a juegos de mesa, construcciones, probando el showdown….

Tras este ratito de tiempo libre, la tarde continuó con los talleres del día anterior, para que todos los alumnos pudieran vivenciar las actividades previstas en los tres talleres.

Niños y niñas tocando ovejas, cabras y burritos en la granja

Tras la cena, y a pesar del cansancio acumulado de todo el día, los alumnos quisieron aprovechar los últimos minutos junto a sus compañeros, por lo que, distribuidos por las distintas salas, unos hablaban, otros jugaban con distintos juegos de mesa, y algunos amenizaban tocando el piano.

Al día siguiente, hicieron sus maletas, que ahora pesaban mucho más que el viernes, porque en ellas se llevaban un montón de experiencias, amistades y emociones que nunca olvidarán. Y de regreso a sus casas junto a los distintos profesionales de sus equipos educativos, muchos preguntaban cuando serían las próximas jornadas en el CRE de Sevilla.

| Equipo Pedagógico del CRE de Sevilla

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