Dos veranos bien distintos
El verano es sinónimo de viajes. No hay vacaciones sin una escapadita de por medio buscando la desconexión con la rutina del resto del año. Unos, los más, se conforman con el sol y playa; otros buscan fuera lo que no encuentran dentro; y los menos, los más aventureros, se arriesgan con experiencias que ponen a prueba sus propias posibilidades. Pero nada limita ni detiene a las personas ciegas a la hora de afrontar su verano como quieran de acuerdo con sus gustos y preferencias. Amparo y Alberto, los dos ciegos totales, los dos jubilados, son dos ejemplos bien diferentes de cómo disfrutar un verano.