EN PRIMERA PERSONA: José Antonio Parra, cocinero y tirador con carabina

José Antonio Parra (Jerez de la Frontera, 1966) vive entre El Bosque y El Gastor, dos hermosos pueblos de la Sierra de Cádiz. Allí entre calles empinadas de casas blancas ha construido una vida a fuerza de tesón, disciplina y orden, tres valores que definen su forma de ser. Afiliado a la ONCE desde 2005, sin apenas resto visual, tiene la pared de la escalera de su casa llena de medallas y diplomas de todas las competiciones que ha ganado como corredor, tirador con carabina y ahora también como cocinero. Siempre cree que puede hacerlo y (casi) siempre triunfa. Es un competidor nato.
“En la cocina no puede faltar amor”
¿Cómo se inició en el mundo de los fogones?
Tengo que decir, en primer lugar, tengo que antes de enfermar de la vista ya trabajé en cocina. Lo único que, claro, no es lo mismo estar en una cocina con todos tus sentidos a estar prácticamente con la ventana cerrada, como digo yo. Digamos que, una vez ya afiliado, y habiendo superado ciertas etapas de la vida, quise meterme en el tema de la cocina y poco a poco hemos ido avanzando.
¿En qué momento de su vida aparece la ceguera?
Yo a los 11 años de pequeño jugando me dieron un flechazo. Sí, tal como suena, como los indios, me dio un flechazo al ojo izquierdo y perdí la visión completamente. En ese mismo momento me operaron dos veces de urgencia, tal y cual, pero el daño estaba hecho. Entonces he aprendido a vivir con un solo ojo. Y después el 2005, lo que yo no me podía esperar en esta vida, me tocó el derecho, una retinopatía degenerativa. Tengo los conos y los bastones dañados no me permite ver los colores, ni reconozco las caras de las personas. Aun así, tengo un resto visual y ese poquito lo aprovecho al máximo.
¿Y le ha condicionado mucho en la vida?
Sí te condiciona, claro, me tuve que ir bien pronto a buscarme la vida. Ya se me cerraron las puertas de las dos pasiones mías, que eran los camiones, toda la familia y mi padre era camionero, y el Ejército, estaba enamorado del Ejército. Pues esas dos puertas cerradas. Entonces tuve que buscar la vida por ahí. Formé mi familia y cuando se supone que la vida te va bien y está todo correcto el destino te pega un guantazo y a empezar de cero. Gracias a Dios tenemos a las ONCE, que siempre está ahí al lado de nosotros para todo lo que haga falta.
¿Diría que, de alguna manera, la ceguera te ha conducido a la cocina?
Sí, sí, sí, claro. De alguna manera es así, porque yo soy una persona muy inquieta y veo posibilidades donde igual la gente no las ve, pero quizá porque no investigan. A mí me gusta investigarlo todo. Y, de estas tardes que estás aburrido y le preguntas al teléfono; “Cocina para invidentes” y te sale algo. Y a partir de ahí Parra ya no hay freno, empieza uno a investigar, a preguntar, y ya llevamos 3 o 4 años en la cocina.
¿Arriesga mucho en la cocina?
Diría que no, pero por un gran motivo, yo tengo mi cocina prácticamente adaptada. Lo que me molesta a mí es la luz, en mi casa no hay luz de la calle a no ser que Pepi, mi pareja, la necesite, pero yo tengo la cocina oscura y después el orden. Yo sé dónde lo tengo todo. Yo ahora mismo quiero ir a coger el orégano y yo no necesito ver. Tampoco para cogerlo mis cuchillos y sartenes. El único problema que tengo, lo mejor son los fuegos digitales, que al no haber el color pues no los veo.
¿Alguna manía en particular?
Por ejemplo, no puedo tener algo que yo sepa que he utilizado, si yo he cortado pan, yo no voy a ver las migas en la tabla o si se cae la mesa, pero yo sé que han caído migas. Automáticamente cojo mi bayeta, mi trapito, si no paso la mano.
O sea, tiene que estar todo siempre limpio.
Sí, por supuesto. Si no, no sería yo.
¿Y qué no puede faltar en la cocina?
Amor. En la cocina no puede faltar amor. La persona que se mete en una cocina que se meta con ganas. Puedes saber más, puedes saber menos, pero si te metes en la cocina ponle esa chispita o esa gran cosita que hace falta en la cocina porque se supone que lo que vas a cocinar es para comerlo tu hijo o tu pareja, entonces no te metas nunca en una cocina si no tienes ganas.
¿Se expresa algo cocinando? ¿Qué dicen de usted los platos que cocina?
Es difícil porque yo por ejemplo no veo el color, tengo dos tonos claros y oscuros. ¿Qué dicen mis platos? El orden, porque yo sé si aquí voy a poner un tomate y sé cómo quiero ponerlo y aquí voy a poner un pimiento, sé que el tomate es rojo, el pimiento es verde, no voy a mezclar nunca. Yo creo que sería eso, tenerlo todo en la mente lo que quiero hacer.
Antes le preguntaba si arriesgaba, ahora le pregunto si innova.
No soy de mucho innovar. Respeto la cocina de hoy en día, muchas veces de concursos, que son minimalistas, soy más bien de la comida de toda la vida con otros toques más modernos, pero comida de siempre.
Este mes de enero va a presentarse en la IV edición del Concurso Nacional de Cocina que se va a celebrar en Sevilla. Usted ganó en la segunda edición. ¿Ya ha pensado qué plato va a llevar?
Estamos dentro de los 10 finalistas. Si claro, tenemos que mandar una foto en la ficha de inscripción y ellos seleccionan los que van a estar en la final. He optado por un plato muy rico que me sale muy bien. Es una ensalada cantonal. Esto viene de Cartagena, cuando era un cantó, es una ensalada de ahumados con tomate ibérico, que es un plato exquisito.
¿Tarda mucho en elegir el plato con el que va a una competición?
Sí, sí, me despierto a las 2 de la noche y empiezo a darle la vuelta. Digo a las 2 como puede ser a las 4, es horroroso. Le doy muchas vueltas sí.
“No veo MasterChef”
"Lo que más valoro de un plato es que esté bien cocinado y que esté sabroso", afirma Parra
Está afición por la cocina ¿tiene algo que ver con el programa MasterChef?
No, no. De hecho, no veo el programa porque la tele me cuesta mucho trabajo verla. ¿Me cuesta mucho trabajo verla porque se me escapan muchas cosas. Entonces, en una cocina hay muchos contrastes y muchos colores y muchas historias. A mí se me escapan muchísimas cosas. Yo en la tele lo que me gusta el deporte que es lo que veo más o menos y si veo alguna película que sea repetida, porque así yo ya sé si he abierto una puerta o han puesto un texto.
¿Falta todavía mucha accesibilidad y mucha concienciación en la cocina?
Sí, claro, sí, sí, sí, sí, no, no está todo adaptado, por mucho que digan, no está todo adaptado. Cocinamos con compañeros y compañeras que son ciegos totales y la verdad que faltan cositas lo que pasa que es difícil.
En la España de 2025 todavía sorprende que una persona ciega a cocine.
Sí, claro, sí, porque la sociedad muchas veces, creemos que está ahí para apoyar a la persona discapacitada, pero no nos dejan de ver cómo una atracción -no siempre-, pero yo no soy atracción de nada ni cuando estoy corriendo en la montaña o cuando estoy cocinando o cortando un jamón. Nosotros no somos atracciones de nada.
¿A qué cree que obedece esta explosión de programas tipo MasterChef en las cadenas de televisión?
Hombre, España es una potencia en el tema de la gastronomía. Esto no lo digo yo, esto es que es evidente y tenemos cocineros españoles por todo el mundo. Ha habido un boom muy grande de vamos a decir 15/20 años donde se ha ensalzado todavía más lo que en la cocina. La llamada dieta mediterránea ha ayudado muchísimo, entonces hay cocineros de todas las índoles en todos los sitios.
¿En qué cree que enseñan ese tipo de programas?
Bueno, a ver. Lo que enseñan lo enseñan bien, pero no siempre lo que te están enseñando en la tele es lo que tú tienes en tu casa. A mí que me hagan una espuma de hinojo, por decirte algo, yo no puedo hacer una espuma de hinojo. No todo el mundo dispone en su casa de una Thermomix por ejemplo.
¿Nunca se ha planteado abrir un restaurante?
No porque en mi historia de vida, a raíz de la enfermedad, fácil no ha sido. Me tuve que dedicar a cuidar a mis hijos, estuve dos años vendiendo en la ONCE y lo tuve que dejar por mis circunstancias. Y una vez que yo he cumplido con la etapa de mis hijos, que están gracias a Dios bien situados, yo ahora mismo estoy con Pepi, que llevamos 10 años ahora mismo juntos, nuestra única preocupación ahora mismo, entre comillas, es saber cuándo nos levantamos y vamos a ir para la derecha o para la izquierda. Tengo muchísimas historias en la cabeza que hacer y las voy a seguir haciendo claro.
¿Es más de comer fuera o en casa?
En casa.
¿Exigente como comensal?
No, nunca.
¿Carne o pescado?
Pescado.
¿Tinto o blanco?
Tinto.
¿Qué es lo primero en lo que se fija de una carta?
Es que mira, me tienen que leer la carta y tengo que echar centrado en lo que me leen. Entonces somos muy básicos muchas veces, siempre vamos a tener en la mesa ensalada y después somos más bien de tapeo. He dicho pescado, pero no suelo pedir pescado cuando salimos por ahí, es curioso.
¿Qué valora más de un plato?
Principalmente que esté bien cocinado y a partir de ahí, que tenga sus sabores, que esté bien cocinado y que esté sabroso, claro.
“La ceguera me ayuda a competir mejor”
"La clave para cortar bien el jamón está, como en el tiro con carabina, en la concentración", afirma José Antonio Parra
¿Se priva de un buen postre por la dieta?
No, no me privo de un postre por la dieta porque no suelo tomar postre.
¿Y sigue alguna dieta?
Bueno, procuro una dieta cetogénica, que utilizo en momentos puntuales porque me gusta estar de aspecto bien y es una dieta que me viene muy bien, no me importa no comer hidratos.
¿Qué cocina internacional le seduce más?
Me gustaría descubrir la italiana y puede resultar raro, pero no creo que toda la cocina italiana sea pasta.
¿Trabaja bien bajo presión?
Suelo tener muy poca presión.
¿Tampoco los concursos a los que se presenta?
No, porque ahí juega un factor importante mi vista. Nosotros en los concursos tenemos una zona de cocina para nosotros para la elaboración del plato y después tenemos que terminarlo y emplatarlo sin ayuda de tu guía. Tú sabes que están los jurados, los periodistas, las cámaras y ahí mi vista me ayuda porque no estoy viendo a nadie de esa gente que está en frente, entonces yo no estoy con presión, yo solamente estoy centrado en ordenar mi plato, terminarlo y presentarlo. No siento esa presión de que te están mirando, por ese aspecto, no tengo problema ninguno.
Me está diciendo que la ceguera le ayuda a competir mejor.
Sí, sí, sí. A mí sí. La ceguera me ayuda a competir mejor. Lo mismo que hay deportes dentro de la ONCE como el showdown, el deportista invidente tiene más ventajas que el que tenga resto visual, aunque los dos vamos con antifaces, competimos en igualdad de condiciones, pero el que tiene un poco de resto visual le saca el máximo partido. ¿Qué ocurre? Que al tener un resto visual, aunque no veas, tú no estás tan centrado como una persona ciega que está trabajando eso continuamente. Es una opinión mía, pero creo que estás más concentrado en eso, pienso.
¿Qué supone haber llegado a la final de la VI edición del Golden Eye Chef 2024, el mayor Masterchef internacional para personas ciegas?
En primer lugar, una lanza a favor de Golden Eye Chef. Han apostado por la cocina para invidentes y ya van por la sexta edición. Este es mi segundo año que concurso. Y llegar a la final es un golpe de ánimo brutal. Un estímulo fantástico.
Quedó tercero en el último concurso nacional de cortar jamón para personas ciegas. ¿Se ha cortado muchas veces?
No, no, no. Ni cortando jamón, ni con nada, porque lo primero que hago cuando toco un cuchillo que no es mío, es con la llema de los dedos es tocar si está bien afilado o no. Es más peligroso un cuchillo cuando no está afilado que cuando está afilado.
¿Y cuál es el secreto del buen cortador de jamón?
Ay, no me quiero meter yo en con los grandes profesionales que hay de cortadores de jamón en España. Hay que contar un pequeño secreto, a nosotros nos dan un jamón limpio-limpio. Quiere decir que tú no vas a tocar hueso, que no tienes que quitar la grasa de fuera ni nada y entonces hay un cuchillo especial para nosotros, que ya tienes que ser muy malo para cortarte, vamos, tienes que meter el dedo directamente en la ranura que hay. Entonces, aunque se te escape el cuchillo, tú nunca te vas a cortar. Hay un borde de silicona dura y si se te escapa el cuchillo y tienes tu ahí la mano, no te vas a cortar. Tenemos que rellenar un plato o dos y ahí ya te valoran como los videntes.
¿Entonces la clave dónde está?
Lo comparo con el tiro, ahí tienes que estar concentrado completamente en lo que estás haciendo. Tú no estás viendo el corte del jamón, según el movimiento que estoy haciendo con la mano, sé si estoy cortando o ya se me ha escapado el cuchillo. Tienes que estar muy concentrado a la hora de cortarlo.
¿Deporte y cocina maridan bien?
En mi caso, sí, en mi caso me ha ayudado muchísimo. Hace 10 años que estoy con Pepi, mi vida cambió para todo bueno y bonito. Yo venía de una situación muy complicada, no me cuidaba, fumaba -beber no que no he bebido nunca-, y vi que mi vida se iba encauzando como una persona normal y empecé a salir a andar. Ella me ayudó y empezamos a andar, a correr, a estar con la cocina. Y estoy en un momento fantástico de mi vida.
“Soy muy exigente tanto en la cocina como en el deporte”
"Me gusta competir", reconoce José Antonio Parra
¿Qué le aporta el deporte?
El deporte me aporta mucho porque soy muy exigente tanto en la cocina como en el deporte. Yo no hago algo por el mero hecho de hacerlo. No quiere decir que tenga que hacerlo por ganar o ser reconocido. Me lo tomo todo tan en serio que quieras que no vas subiendo escalones.
¿Qué hay del cocinero en el deportista, y del deportista en el cocinero?
Son la misma persona, ahora estoy concursando en cocina, y ahora estoy haciendo gimnasia, o disparando, o montando en la bicicleta, pero es la misma persona, paro y no mezclo.
¿Y de estar en tantas disciplinas a la vez, le obligan a ser muy competitivo?
Bueno, soy competitivo, pero no por obligación, sino porque me gusta competir. Y no es por ponerme flores, no soy de ponerme flores, pero siempre en una competición procuro saludar antes a todos los compañeros y compañeras y desearles suerte a todos, eso no quita de que yo quiera ganarle, evidentemente.
Hace de todo y todo lo gana. ¿Se considera que es un hombre con fortuna?
Todo no lo gano, no nos engañemos, pero soy muy meticuloso y me lo tomo muy en serio. Eso me lleva a creerme a mí mismo que puedo hacerlo, que puedo ganar. De hecho, cuando ganamos algo es porque estoy confiado en que lo puedo hacer.
¿De qué error diría que ha aprendido más?
Pues quizá ser tan confiado con las personas. Y después nunca he presumido de ser el mejor en nada, nunca, pero en el deporte hay gente que tiene inquina muchas veces por ganarle a Parra y me fastidia que sea así.
¿Hace falta ser muy tenaz para forjar una personalidad como la suya?
Sí, en mi caso sí. Yo he criado a mis hijos solos. Las dos madres desgraciadamente fallecieron. Yo no tenía tiempo para la pena. Yo tenía primeramente dos hijos pequeños con 14 y 9 años. Después me quedé con Lucía con 6 añitos y no tenía tiempo para recrearme en la pena ni para irme a tirarme a la bebida. Tenía que tirar para adelanta como fuera. Eso es tenacidad sí.
¿Cómo se sobrepone uno a la muerte de un ser querido?
Fácil no es, pero quizás lo más difícil sea tener que contárselo a tus hijos. Lo otro, en esta vida tenemos tantísimas cosas y pasan tantísimas cosas, que muchas veces estamos curados de espanto. Duele, duele, pero más duele cuando te tienes que enfrentar a dos críos pequeños y decirles que mamá ya no está. Fácil no es.
¿Qué valores exige el tiro con carabina?
Evidentemente, precisión y mucho temple. Nuestra competición consiste en 60 disparos ya sean de pie o tendido, y ahí no se te permite ni respirar, porque todo movimiento, todo lo que hagas te va a influir en donde está apoyada la carabina. Estamos hablando de precisión. Aquí de hecho, la máxima puntuación en el tiro es 10,9. Entonces requiere mucha precisión, mucho temple y mucha concentración.
Eso le ayuda en su día a día.
Sí, es un deporte que, en mi caso, es totalmente opuesto, porque yo tranquilo soy poco tranquilo, la verdad, soy un culo inquieto, yo soy un niño hiperactivo, lo que yo no sé qué hago disparando y estando una hora sin moverme. Pero es mi pasión ahora mismo, además gracias a la tecnología no necesito tener un guía. Yo el mérito se lo echo a que un guía te cuaje para siempre, que no es fácil.
¿Qué le pide al Año Nuevo y a qué aspira?
Pues mira, al Año Nuevo le voy a pedir un tópico, lo que hace todo el mundo, que se paren ya las guerras estas absurdas y que no se alimenten, porque hay gente que apoyan económicamente con dinero y con armas. Y a nivel personal, pues que los míos sigan bien. Eso se lo hago extensible para todo el mundo y que este año vamos con fuerza otra vez. Tenemos proyectos bonitos y vamos a pelearnos como siempre.
| LUIS GRESA