EN PRIMERA PERSONA: Irene García, referente del colectivo LGTBIQ+

Irene García (Málaga, 1976) es muy de segundo plano, discreta, nunca le gusta llamar la atención. Su pasión por el deporte le llevó al balonmano desde muy chica en un tiempo muy de hombres. Y solo por eso tuvo que soportar demasiados insultos y demasiadas miradas en la adolescencia. Pero creció libre. Con el apoyo permanente de su familia ha amado siempre a quien ha querido y hoy, madre de dos hijas, con su mujer, Carolina, no necesita enarbolar la bandera arcoíris para proclamar su orgullo por su identidad sexual. Y siente que su ejemplo puede servir de guía a muchas personas que todavía no se atreven a dar ese paso. Ha sido durante un año la directora de la ONCE en Torremolinos, la cuna de los derechos LGTBIQ+ en España, y desde el pasado mes gestiona los Servicios Sociales de la ONCE en Málaga.
“A la discapacidad le cuesta más salir del armario”
¿LGTBI o LGTBIQ+?
LGTBIQ+ porque entran más personas dentro de un colectivo donde todos tienen los mismos derechos para la reivindicación de las diferentes condiciones sexuales.
¿Siempre tuvo clara su orientación sexual?
Pues no, no. No lo tuve siempre claro. Es verdad que cuando empiezas a sentir algo por personas tú mismo sexo pues te sientes muy rara, pero sí es cierto que siempre he tenido relaciones con personas del mi mismo sexo.
¿Y en algún momento de su vida tuvo que vivir ocultada en la mentira?
No. He tenido la suerte de tener un entorno en el que siempre han respetado todas las decisiones que yo haya tomado y no he tenido que ocultar nada. Sí es cierto que al inicio, cuando empiezas a tener relaciones con personas de tu mismo sexo, te sientes un poco cohibida, que te miren, pero eso con el tiempo al final va más con la madurez de mi persona que con tener que ocultar.
¿Y en algún momento ha habido miedo al rechazo o a la discriminación?
Sí, sí hay, sobre todo en los inicios, cuando realmente no tienes muy clara tu identidad sexual. Tengo ahora 49 años, más que miedo al rechazo, era un poco a que te miraran como un ser raro.
¿Y ha recibido alguna vez algún insulto?
Sí, Macho Perico es la frase más dicha en mi infancia y adolescencia.
El periodo que va desde la aceptación hasta la fase de hacerlo público ¿le resultó un camino difícil de transitar?
No por lo que he comentado antes. El entorno en el que me he movido siempre ha sido muy empático y he sido siempre muy transparente. Tampoco he tenido muchas relaciones en mi vida, pero sí que cuando las he tenido lo he hablado abiertamente tanto con la familia, como con los amigos y los entornos más cercanos.
¿Cree que a la discapacidad le cuesta más salir del armario?
Sí, creo que si le cuesta más salir del armario. Mi discapacidad vino en una etapa de mucha madurez, a los 40 años, ahí ya tenía clara mi identidad sexual y quizá me ha costado menos dar ese paso, pero entiendo que las personas que tienen esa discapacidad desde edades tempranas creo que cuesta más dar el paso para abrirte en tu identidad sexual. Si ya te sientes un poco bicho raro con la discapacidad que tienes pues doblemente bicho raro.
¿Cuándo comienza la discapacidad visual en su vida?
A los 40 años me detectan la retinosis pigmentaria a través de un estudio genético que me hice porque mi hermano sí tiene la misma enfermedad. Y me aparece a una edad en la que tengo ya una madurez que lo asimilas de una manera diferente.
El Informe ‘La situación de las personas LGTBIQ+ con discapacidad en España’ elaborado por el Ministerio de Igualdad, revela que una de cada cuatro personas LGTBIQ+ con discapacidad dicen que han sufrido discriminación, rechazo o acoso en el trabajo. ¿Usted percibe esa realidad?
Donde yo trabajo, en el Grupo Social ONCE, no veo ese tipo de discriminación, pero sí es cierto que en otros sectores personas allegadas si existe ese rechazo.
Ese Informe, el primero que se publica en España en esta materia, sostiene que los familiares sobreprotegen más a las mujeres que a los hombres, que hay demasiada sobreprotección a las personas LGTBIQ+ con discapacidad. ¿Qué riesgos conlleva esa actitud?
El riesgo primero es no dejar volar. Creo que todas las personas necesitamos volar para aprender a vivir. Esa sobreprotección no es buena en ninguna faceta, ni tanto en el mundo de la discapacidad, ni en el mundo LGTBIQ+. La sobreprotección nunca es buena. Creo que el crecimiento personal de todas las personas tiene que ser aprendiendo tanto de los éxitos como de las derrotas. Y esa sobreprotección desde mi punto de vista no es buena para nada.
Es evidente que cuando la familia no acepta y apoya a la persona LGTBIQ+ con discapacidad puede afectar de forma emocional a la persona. ¿La experiencia con la familia es lo más importante para poder construir su identidad y ser valorado?
Totalmente. Yo creo que es fundamental el apoyo de la familia para expresar tu identidad sexual, porque es tu entorno más cercano, tu entorno de confianza, tu zona de confort. Si ahí ya te están negando, te están ocultando, pues imagínate tú dar el paso fuera. Es mucho más difícil.
En su caso siempre sintió ese apoyo.
Siempre, totalmente. Siempre, afortunadamente. También entiendo que depende donde uno viva. No es lo mismo vivir en una ciudad, donde hay diferentes grupos sociales, que en un pueblo o un entorno rural donde hay menos grupos.
Por otro lado está la escuela. El sistema educativo actual cree que enseña bien el respeto a la diversidad?
En los papeles sí, pero en la práctica no. En la práctica te encuentras muchas situaciones de bullying o de rechazo por ser el rarito o la rarita, ya bien sea por tu identidad sexual o por tener una discapacidad. Nosotros tenemos el caso claro de nuestros alumnos que están integrados en la escuela ordinaria y nos encontramos mucho rechazo por ser diferente. Y eso lo vemos en el día a día.
¿Y qué cambiaría?
Pues cambiaría menos papel y más planes de actuación. Más sesiones de visibilización tanto para los colectivos, para diferentes personas con diferente identidad sexual, diferentes discapacidades, que es lo que también hacemos, dar charlas de sensibilización para que vean que existimos y que es normal, que hay muchas personas diversas y no pasa nada. Todos tenemos cabida.
Según datos del Ministerio del Interior, casi el 69% de los delitos de odio que tuvieron lugar en España en el año 2024 guardaron relación con la orientación sexual y la identidad de género. ¿Qué reflexión le produce este dato?
Pues que te da un poco de miedo que se esté volviendo atrás. Que la mentalidad de las personas que están todavía en formación vayan con ese tipo de actuaciones. Y de eso creo que tenemos mucha culpa nosotros los adultos del tipo de educación que estamos dando en casa o del tipo de educación que estamos dando en los centros escolares. Preocupa porque son el futuro y que tengan ese tipo de mentalidad de ese rechazo por una identidad sexual da un poco de miedo.
¿Hace pocas semanas el bailador flamenco Manuel Liñán que este taller internacional denunciaba ataques homófobos por bailar con bata de cola. ¿Qué nos está pasando?
Pues no sé si es por el por el ritmo de vida que llevamos o por la falta de contacto personal, estamos tan metidos en las pantallas y en nuestro día a día en un ritmo de vida que no somos capaces de sentarnos y empatizar. Y todo lo vemos como un crítica y todo lo vemos mal. Estamos dando pasos atrás en vez de dar pasos hacia adelante. Cada uno puede hacer lo que quiera y vestir como quiera y expresar el arte como quiera. Entonces esas críticas me dan miedo por esa mentalidad, pensamos que por pagar una simple entrada, tenemos derecho a la crítica y al insulto.
“El odio se frena con educación”
“Da un poco de miedo que se esté volviendo atrás”, denuncia Irene García | Reportaje gráfico: Alex Zea
Las redes hacen mucho daño.
Muchísimo. Todo el tema de digitalización, de competencias digitales, de redes sociales bien utilizadas están bien, pero las redes sociales se están convirtiendo en una exposición de lo perfecto. Y lo perfecto no existe. Creemos que detrás de un click tenemos derecho a soltar mensajes de odio o a opinar de cualquier tema de cualquier cosa, sin tener ningún tipo de formación siquiera. Y esas herramientas mal utilizadas pueden hacer muchísimo daño. Estamos todos sobreexpuestos. Estas situaciones generan esa falta de salud mental que tenemos tanto personas adultas como sobre todo adolescentes por el mal uso de esas redes sociales.
Entonces ve claras señales de retroceso.
Sí, totalmente. No en todos los sectores, pero sí se están dando pasitos atrás por este tema. Falta respeto. El respeto se pierde con todo este tipo de acciones que hemos comentado.
¿Le preocupa el impacto de Trump en nuestras vidas?
Sí, sí me preocupa porque una persona con tantísimo poder sin ningún tipo de criterio, según como sople el Levante, como yo le llamo, pues sí me preocupa porque son personas muy influyentes que mueven miles de personas y no tienen capacidad de análisis.
¿Y cómo frenar un odio que cada vez es más visible, más organizado y más impune?
Pues a través de la educación siempre. El odio se frena con educación. Será por mi vocación de maestra, creo que la educación es fundamental. Y que las personas que dirigen o que gobiernan, que no pierdan el norte por el simple hecho del poder. Creo que hay que hacer planes de actuación enfocados en la educación y en los derechos humanos. Hay que trabajar menos en el papel, como te he dicho antes, y más haciendo actuaciones concretas.
¿Confía en que León XIV profundice la línea aperturista de Francisco en el reconocimiento a los católicos del colectivo?
Sí, sí, confío en que coincida con el legado de Francisco. Creo que Francisco sí ha acercado la iglesia al pueblo, que hacía tiempo que había un distanciamiento, ha hecho una gestión cercana a todo tipo de colectivos, creo que se ha centrado en la persona, solo ha hablado de personas, y espero que León XIV siga esa línea. Y que por fin para todas aquellas personas del colectivo que pertenezcan a la religión católica tengan los mismos derechos, si quieren casarse, porque al final somos personas de Dios, según ellos. Que siga en esa línea y que den la oportunidad para aquellos que quieran que tengan la posibilidad.
Hablemos de maternidad. Usted es madre de ¿dos niñas?
Dos niñas de 5 y 7 años.
¿La decisión de ser madres se planteó como un reto?
Más que reto fue una necesidad mía. Yo comencé el proceso estando soltera sin pareja. Me estuve haciendo un tratamiento de fertilidad en solitario y en el proceso, conocí a mi mujer. Yo tenía mucho deseo de ser madre y bueno, nada más conocerla se lo trasladé, casi le da un parraque -se ríe-. Ahí es cuando me detectan mi enfermedad. Entonces lo que hicimos fue el método ROPA, es decir, me implanté su óvulo fecundado, para así, no transmitir la enfermedad genética al futuro niño o niña, pero no salió. Y a partir de ahí, sí que nos planteamos la adopción. La maternidad para mí fue una necesidad, ya que yo quería ser madre y formar una familia, y una vez que ya lo tienes, pues sí que es un reto diario.
De dos pasaron a cuatro de golpe.
Cuatro hembras alfa -se ríe-. Y estamos super felices de haber formado la familia que hemos creado, nuestra familia “Para Siempre”, como nos llamamos.
¿Les ha puesto a prueba en algún sentido como pareja?
Sí, sí, sí. Tú bien has dicho, de dos pasamos a ser cuatro personas y de cuatro, dos muy dependientes. Y el día a día, la convivencia, el adaptarte a esta nueva faceta, mucho trabajo, la vida de pareja la tienes que mantener pero pasa a un segundo plano. Pero sí es cierto que con constancia, con ganas, con actitud se supera y es verdad que ese bache ya lo hemos pasado o por lo menos eso creemos, que lo hemos pasado. Al principio es una locura. Date cuenta que nosotras, de no ser madres, a ser madres de 2 niñas de un día para otro, que no tienes ningún proceso de 9 meses el bebé en tu barriga, sino que de un día para otro estás en Sevilla y Pum y ya eres madre de dos personas, de las que eres responsables. Es verdad que el inicio no ha sido fácil, aunque también es verdad que todo el proceso ha sido rápido, bonito, no hemos tenido ningún problema de nada. Pero sí es cierto que como pareja tienes que poner un poquito más.
¿Como madre eres buen padre? Quiero decir, ¿hay roles repartidos o las dos jugáis el mismo papel?
No, hombre, ninguna somos padres porque las dos somos madres, pero sí es cierto que los roles, sí, porque evidentemente, por ejemplo, Carolina, mi mujer, pidió la reducción de jornada porque yo tengo un trabajo más estable, pero alguien tiene que estar en casa, da igual que sea mamá o mami. Yo soy mami. Pero los dos roles que tenemos son de madre las dos, pero las tareas las repartimos diferentes. Yo soy la que menos está en casa por mi responsabilidad como mando intermedio, pero nadie hace el rol de padre, porque en mi familia no existe la figua paterna, sino dos figuras maternas, que educan con los valores y criterios que tanto Carolina como yo nos vamos marcando, siempre en una misma línea de consenso y dentro de la familia diversa que somos y visibilizamos.
¿Siente que la sociedad está cambiando o todavía no, perciben miradas?
Siempre hay miradas porque no todo el mundo va en la misma línea. Yo personalmente soy muy positiva pero es que he tenido un proceso muy bonito. Nosotras estamos metidas en el Consejo Escolar, somos miembros de la AMPA y somos una familia más. Yo ahí no noto miradas raras, por ejemplo, pero porque nosotras lo hacemos todo de una manera muy natural y muy visible. No escondemos nada, ni que mis niñas son adoptadas, ni que tienen dos mamás. Entonces, miradas seguro que existen. Yo esas miradas no me doy cuenta porque probablemente esté por encima de eso, pero creo que miradas siempre hay. Lo diferente a muchas personas les llama la atención. Y los diferentes tienen los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro tipo de familia. Yo en mi entorno no encuentro ese tipo de discriminaciones ni ese tipo de miradas.
¿En qué le ha cambiado la maternidad?
Quizás porque he conseguido un sueño, soy una persona mucho más segura. Con mi ejemplo, sé que tengo que educar a dos personas, intento hacer las cosas lo mejor posible. Y, sobre todo, he ganado mucho en seguridad y confianza en mí misma, quizás porque tenía tantísimas ganas y lo he conseguido, es por lo que me sienta con más seguridad, haya ganado en estabilidad y tranquilidad. No estoy a favor de la superprotección en la educación de mis hijas, sino en dotarlas de herramientas que las ayuden a ser personas independientes, libres, empáticas y respetuosas, con capacidad de toma de decisión, pero sobre todo personas felices y buenas.
¿La maternidad ha condicionado más su carrera deportiva que la propia discapacidad?
Sí, seguro. Porque a través del deporte he vivido situaciones que te enseñan a gestionar todo tipo de emociones. Y creo que mi carrera deportiva me ha ayudado mucho, tanto al crecimiento personal, como incluso a mi carrera profesional ahora. Creo que mi vida deportiva influye mucho en el ser que soy hoy en día.
“Cuanta más visibilidad, más puertas se abren”
“Como madre he ganado en seguridad, estabilidad y tranquilidad”, reconoce Irene
¿Desde cuándo está vinculada al deporte?
Desde los 8 años probablemente que cogí mi primer balón de balonmano.
¿En algún momento destacar como jugadora de balonmano le generó algún problema?
No, porque soy una persona muy discreta siempre. A mí nunca me ha gustado llamar la atención. Yo siempre he estado en muchos segundos planos. Es cierto que siempre se me ha dado bien el deporte, y por eso en el cole era la Macho Perico, pero también era la guay porque se me daban ben todo los tipos de deportes, todos los compañeros querían que estuviera en su equipo, pero yo soy una persona muy, muy discreta, y nunca me ha gustado llamar la atención. Es cierto que he conseguido cosas importantes, tanto como jugadora y como entrenadora, pero nunca ni se me ha subido la cabeza ni he estado en primera fila, soy de las que cogía el trofeo la última.
Son contados los deportistas que declaran públicamente su homosexualidad. ¿Por qué cree que cuesta tanto salir del armario dentro del deporte?
Por la exposición pública seguramente pero, de todos modos, ahí también me gustaría aclarar que es mucho más difícil salir en el deporte masculino que en el femenino. En el mundo del deporte que vengo, del balonmano, hay muchas chicas que no ocultan, ni han ocultado, su condición sexual y no hay ningún problema en trasladarlo, exponerlo o visibilizarlo. Es cierto que en el deporte masculino sí que cuesta muchísimo más salir públicamente a decir su condición sexual, por la exposición a la que se están sometidos y porque, bueno, hay muchos estereotipos marcados, que un deportista es muy macho y no puede ser homosexual. Entonces entiendo que por ahí venga un poco esa falta de dar ese pasito y abrir las puertas para los que vienen detrás.
Los referentes sociales visibilizarían mucho más una normalidad muy beneficiosa.
Por supuesto. Hablemos del deporte rey, del fútbol. Imagínate que un deportista de alto nivel de uno de los clubs más potentes de España, Madrid o Barça hablará abiertamente de su homosexualidad. Abriría muchísimas puertas. Ellos están expuestos a mucha visibilidad y, bueno, puede ser un gran profesional y tener una identidad sexual diferente a la normalizada y no pasa nada. Si esos modelos existieran habría menos problemas de todo lo que hemos hablado antes, de bullying, de rechazo, de miradas, porque son referentes que al final lo que hagan lo ven bien, da igual. Y ayudaría mucho a que se hablara abiertamente de la condición sexual, que es libre de cada uno de hacer lo que quiera, por supuesto, no hay que obligar a nadie, pero cuanta más visibilidad muchas más puertas se abren, evidentemente.
¿En el mundo del deporte se sigue percibiendo determinadas actividades como solo de hombres o solo de mujeres?
Sí. Sí, mucho. Y el deporte masculino tiene muchísimos más beneficios a nivel de patrocinio que el femenino en todo. Fíjate en el caso de las campeonas del mundo de fútbol, por que se las conocen, por el caso de Rubiales, y no por el éxito que han conseguido por primera vez en la historia, y aunque ahora estén más expuestas, tengan más visibilidad en los medios de comunicación, sigue habiendo una brecha salarial brutal por hacer la misma actividad. Incluso a nivel federativo, que conozco cuando estaba en activo, en la élite, tú estabas en la selección española absoluta femenina y los chicos, en tu misma situación ganaban tres veces más que tú haciendo la misma actividad, en la misma institución. Hay mucho camino que recorrer todavía. Se dan pasitos y en este caso las redes sociales, desde mi punto de vista, sí que han ayudado a que haya más visibilidad del deporte femenino, pero hay todavía mucho camino que recorrer para tener una igualdad total.
¿Y qué tiene que pasar para que eso cambie?
Pues que los que gestionan el mundo del deporte cambien también su mentalidad. Todo va relacionado al final en cómo se venda el producto. Es la ley de la oferta y la demanda, pero si se sigue dando más visibilidad al deporte masculino que al femenino, siempre se va a vender mejor este producto. Si no se invierte en tener mejores condiciones para los deportes minotarios (ahí encuadramos al deporte femenino) el producto seguirá siendo inferior y siempre estaremos en el mismo punto.
Hay más respeto y más naturalidad en el banco femenino que en el masculino.
Pues creo que sí, pero tampoco he estado en un banco masculino para poder hablarlo. No puedo hablar de cosas que no he vivido. Pero sí, en general, creo que hay más empatía, más sensibilidad en los banquillos femeninos que en los masculinos. No sé si por el tipo de presión al que estan sometidos y a los estereotipos que se marcan, pero sí, creo que sí.
“No somos diferentes, somos exactamente iguales”
A Irene García le encantaría que Torremolinos fuera pionera en celebrar el Orgullo de forma inclusiva
Ha sido durante un año directora de la ONCE en Torremolinos, que es la cuna de los derechos LGTBIQ+ en España, esa pluralidad que se vive en esta ciudad de la Costa del Sol ¿es un reflejo de una realidad social o solo es un efecto burbuja?
Creo que parte de las dos. Es verdad que es un reflejo de la sociedad en la que vamos avanzando, pero también es un efecto burbuja porque en algunos municipios no hay la libertad que pueda haber en Torremolinos. Entonces yo creo que puede ser parte de las dos.
¿Y dentro de la ONCE también siente un poco esa sensación de vivir en una burbuja?
En esta casa estamos siempre a favor de los colectivos más vulnerables y no noto ninguna discriminación por identidad sexual. Yo no la he notado nunca y no la percibo y cuando sales a la calle pues a lo mejor sí te puede encontrar situaciones que te reboten. La línea que llevamos nosotros, en cuanto a respecto y a visibilizar el colectivo, creo que es un poco el camino que debe seguir la sociedad.
Es usted mujer, ha sido entrenadora de fútbol, es responsable de gestión en la ONCE. ¿Se siente referente?
No me siento referente porque no creo que sea referente de nadie, pero sí creo que con mi forma de ser, con mi forma de visibilizar, con mi forma actuar creo que puedo ser imagen o ejemplo para muchas personas que necesiten una guía. No me siento referente porque no me gustan los protagonismos, pero sí creo que puedo ser ejemplo para otras muchas personas que a lo mejor no se atrevan a dar ese pasito, hablando del colectivo, de visibilizar tu identidad.
La ONCE ha puesto en marcha una experiencia pionera con la creación del primer grupo de Empleadxs LGTBI y aliadxs. ¿Qué pretende este grupo?
Un espacio donde poder hablar y acudir ahí para debatir ideas y mejorar aspectos que a lo mejor creemos que lo tenemos muy interiorizado, y poner iniciativas en marcha. Personas anónimas que no se atreven a dar ese paso a lo mejor están en ese grupo y se sienten más cómodas. Se trata de crear una red y espacio de encuentro entre trabajadores y trabajadoras de la ONCE con el objetivo de favorecer lugares de trabajo más inclusivos, seguros y respetuosos y así visibilizar la diversidad LGTBIQ+.
¿Qué mensaje lanza al exterior?
De apoyo al colectivo y de crear espacios para seguir avanzando en la libertad y la igualdad.
De cero a 10. ¿Qué no le darías al respeto a la diversidad del colectivo dentro de la ONCE?
Un 8.
O sea, que todavía quedan 2 puntos para llegar al techo ideal.
Entiendo que sí porque si hay personas que están dentro del Grupo Social ONCE y no se atreven a dar el paso será por algo.
Para usted, el cupón de la ONCE dedicado al Orgullo será algo más que un cupón.
Sí, porque visibiliza mucho. A mí no me gustan las etiquetas, nunca me han gustado, pero sí es cierto que si hay que celebrar el Orgullo es porque todavía hay camino que recorrer en el mundo de la igualdad. Entonces para mí significa aparte, de dar esa visibilidad al colectivo, el apoyo que damos a ese colectivo celebrando el Día del orgullo.
Pero todavía no hay cabalgatas inclusivas. Ni siquiera en Torremolinos hay una presencia específica de la discapacidad en la celebración del Orgullo.
Quizá sea ese el paso siguiente que tengamos que dar, mostrar ese apoyo en ese tipo de actuaciones. Quizá sea uno de los temas de trabajo a tratar, en el nuevo grupo de Empleadxs LGTBI y aliadxs, para ver si en los distintos territorios donde tenemos nuestros centros ONCE, podamos participar y apoyar al colectivo de la gente del Grupo del Social ONCE que pertenezcan al colectivo LGTBIQ+.
¿Y le gustaría que Torremolinos fuera la primera cabalgata de España que hubiera presencia?
Me encantaría porque es la cuna de la libertad y de los primeros movimientos que hubo, así que me encantaría que Torremolinos fuera pionera y que tuviéramos esa posibilidad de que todas las personas que quieran apoyar al colectivo puedan participar, sean o no miembros del colectivo LGTBIQ+.
¿Dónde tiene colocada, si la tiene, la bandera arcoíris en su casa?
No la tengo. Tanto mi mujer como yo vivimos nuestra condición sexual de una manera totalmente natural. No escondemos nada, pero no la tenemos. No la necesito para mostrar al exterior que somos parte del colectivo.
¿Qué tópico, qué estigma te gustaría desenterrar ya de una vez sobre el colectivo LGTBIQ+?
Que no somos diferentes, que somos exactamente iguales, simplemente que decidimos con quién y no queremos mantener nuestras relaciones sexuales y compartir nuestra vida.
Un deseo para la próxima celebración del orgullo de este año.
Que la ONCE participe con una carroza en el PRIDE. Por lo menos en Torremolinos.
| LUIS GRESA