Dos siglos de puntos en braille
El I Encuentro Interterritorial de los Clubs de Braille de Andalucía y Extremadura reivindica la vigencia del sistema de lectoescritura para las personas ciegas
Los Clubs de Braille de la ONCE en Andalucía y Extremadura han celebrado juntos el 200 aniversario de la creación del sistema de lectoescritura para las personas ciegas con un primer Encuentro Interterritorial, celebrado el pasado 15 de enero, en el que han puesto de manifiesto la vigencia de este sistema, ideado por el francés Louis Braille, para el colectivo de personas ciegas.
Desde 2019, el 4 de enero se celebra mundialmente el Día del Braille, con motivo del aniversario del nacimiento de su inventor, Louis Braille. El sistema de lecto escritura para las personas ciegas sigue estando vigente para más de 20000 personas en toda España y más de 28 millones en todo el mundo que lo usan de manera diaria. La ONCE promueve la formación de clubes Braille, en los que se fomenta el aprendizaje y el uso de este sistema como un mecanismo de las personas ciegas o con discapacidad visual de autonomía y acceso a la cultura.
Para celebrar su 200ª efeméride, desde los centros de Andalucía y Extremadura, coordinada por los cinco promotores Braille implicados, se llevó a cabo un encuentro interterritorial que contó con hasta 16 Clubes Braille de todos sus centros. Tomando la forma de una especie de programa radiofónico, y moderado por la promotora Braille en Extremadura, Susana Mangut, los miembros de los distintos clubes dieron testimonio de lo que significaba el Braille en sus vidas.
Las manos de una persona leen un libro en braille
Para Encarna, en Córdoba, aprender a leer en Braille ha sido abrir las puertas a la autonomía que anhelaba. “Desde que lo aprendí, me di cuenta de que los seis puntitos están en más sitios de los que esperaba. Ahora puedo saber a dónde va el metro por las direcciones en la barandilla, o distinguir una medicación de la otra” afirma, y reconoce la labor de los Promotores de la ONCE asegurando que “quien te enseña a leer, te abre al mundo”.
Y es que con la directiva europea de 2005, las empresas y las Administraciones están obligadas a rotular en Braille elementos como las medicinas. Desde entonces es habitual encontrar los espacios públicos teselados de estos pequeños mosaicos de seis puntos, invisibles a los ojos de los videntes pero llenos de significados para aquellos que ven con los dedos.
Una lección que aprenden a la fuerza, según Marisa Matas, las personas que pierden la visión ya de mayores. A sus 84 años y después de una vida dedicada a la enseñanza, puso en valor la ilusión como herramienta para incentivar a las personas mayores a aprender cosas nuevas. “Lloré la primera vez que fui capaz de leer otra vez (en Braille) mi primera frase” admitió en su intervención “me sentí libre por primera vez desde que empecé a perder la visión”.
Pero no sólo aplica para las personas mayores: los ciegos más jóvenes también destacaron la versatilidad del Braille como herramienta de aprendizaje. A Laura, desde Sevilla, le está sirviendo para sacarse el título del B2 de inglés, que utiliza el sistema de 8 puntos. Por su parte Fabiola, de Granada, también está en la Universidad, y confiesa que se enteró de la existencia del club Braille por medio de esta.
Sin embargo, los usos del Braille y la enseñanza no son ni mucho menos una cosa de ahora. Rafa desde Sevilla, confiesa que, aunque lo perfeccionó para poder cursar sus estudios de EGB, aprendió Braille para poder leer las revistas que editaba la ONCE en los 80. “No me daba cuenta de que aprendía porque para mí aquello era un juego. Me lo pasé muy bien en aquella época” contó. Unas publicaciones que tambien acercaron a José Antonio, en Málaga, a este sistema - “incluso hoy, lo uso mucho para hacer los pasatiempos de las revistas” reconoció, aunque también ha descubierto otros usos para el Braille “desde que aprendí a escribir, también lo uso para apuntar las letras de canciones que me gustan”.
Participantes del Club Braille de la ONCE en Málaga durante el encuentro
El Braille musical constituye un sistema aparte de la notación habitual, pero fue contemplado desde su nacimiento ya que su creador, Louis Braille, también fue un ferviente amante de la música.
Una pasión que comparten algunos de los miembros que se dieron cita en la reunión, como Enrique, que pese a haberse iniciado en el Club hace menos de un año, ya ha podido empezar a retomar su actividad como músico. Flautista de formación, admite que le dijo a Susana, su promotora, que “leer no me interesaba, yo quería saber Braille para tocar música y poder jugar a las cartas con mis amigos”.
Unos progresos que se comprometió a compartir con Emilio, que desde Don Benito (Badajoz) intervino emocionado al oír su historia. “Mi padre fundó la banda del pueblo” - contó - “pero yo nunca logré aprender a leer música” y reconoció tener una “frustración musical que no he podido solucionar” aunque lo ha intentado varias veces.[1]
A Miguel, en cambio, lo que le motiva a aprender Braille es la capacidad de escribir y contar sus propias historias. “Empecé simplemente poniéndole nombre a las cosas, me enganché y ahora estoy intentando ser escritor”.
También Federico, miembro del Club de Sevilla, admitió haber encontrado en este sistema una manera de dar salida a su creatividad. Tomó la palabra en el encuentro en su caso para leer un poema, de propia elaboración, dedicado a Louis Braille, y que planea junto a la ONCE lanzar próximamente en forma de canción.
Las palabras tienen ojos,
las palabras tienen pies,
pero gracias a Luis
las palabras tienen piel.
Las palabras tienen ojos
las palabras tienen pies
van a las cosas,
las ven del derecho y del revés.
Las palabras tienen voz,
tienen ritmos,
suenan bien,
pero gracias a Luis Braille
las palabras tienen piel.
Qué gusto tocar su rostro,
qué gusto su redondez,
qué gusto en la oscuridad
penetrar su desnudez.
Gracias a Luis
las palabras olvidan su desnudez,
su timidez
y se abren a nuestras caricias
para entregarnos su ser.
Lo mejor es que lo hizo
con enorme sencillez
para que a modo de juego
lo pueda un niño aprender
fichas de solo son 6 puntos
de un dominó de papel
que abren de par en par
puertas del misterio del saber.
Luis Braille fuiste un rebelde
de heroica curiosidad
que abriste al saber caminos
al saber que es libertad,
el leer de propia mano
es hacer felicidad.
ya nadie podrá decir
ya nadie, podrá esconder
a los ciegos, la verdad.
Los clubes y sus promotores fomentan el aprendizaje y el uso diario del Braille como un sistema para las personas ciegas de acceder a la cultura. Pedro, de Almería, quiso poner en valor la dedicación de Diego, su promotor, a la hora de proporcionarles artículos de ciencia y cultura adaptados a sus necesidades, además de visitas culturales fuera del Club. “En Navidades incluso confeccionamos un cuadernillo con recetas entre todos para poderlas probar”. Aprendió el sistema allá por 1967 cuando escuchó de boca de un profesor que “sin Braille, los ciegos seríamos siempre analfabetos”. Desde entonces no ha parado de practicarlo, y ha encontrado en el club el ambiente ideal para seguir aprendiendo.
A Juan Carlos, además, su amor por el braille le ha llevado a tener una extensa biblioteca personal de libros adaptados. “Desde pequeño siempre quise tener una biblioteca y desde entonces sigo teniendo, comprando y leyendo libros en Braille”.
Herminia, desde la Línea de la Concepción, lamentó el desplazamiento del Braille por culpa de las nuevas tecnologías, y defendió su lugar como “una herramienta de libertad”. Ciega de nacimiento, aprendió a leerlo en 1983, y desde entonces lo incorporó a su vida diaria “aunque ahora existan herramientas como el Sinaí, yo sigo teniendo mi máquina Perkins para tomar mis notas, para mí es más fácil tenerlo todo “a golpe de mano” aseguró.
Medicamento etiquetado en braille
La nota exótica la puso Álvaro, invitado de honor a este evento. Sin estar afiliado, accedió al Braille por primera vez mediante uno de los cursos que la ONCE organiza para este tipo de personas. Enamorado de los seis puntos, fue admitido con los brazos abiertos en el Club de Sevilla, al que sigue asistiendo con regularidad e ilusión. “La gente piensa que el Braille es una cosa antigua, pero nada más lejos” - declaró - “Es una manera fascinante de comunicarse, que puede derribar barreras entre las personas”.
Una vez finalizada la rueda de intervenciones, se les presentó a todos una propuesta con el fin de dotar de continuidad a este proyecto. En junio tendrá lugar la segunda parte de este encuentro, con el añadido de que en él se dará lectura a un relato o pequeña novela que irán realizando durante todos estos meses, de forma ordenada y coordinada por cada promotor, cada uno de los Clubes.
Esta especie de “libro viajero” pretende agrupar en un pequeño libreto en relieve de puntos en una especie de “cadáver exquisito”. Fragmentos que serán redactados por todas las agrupaciones de Andalucía y Extremadura presentes con el objetivo de crear una obra genuina que, por supuesto, se quedará en cada centro para ser compartido y leído como un ejemplo de cooperación y pasión por el Braille.