Javier Araque, una vida de Goya

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Reportaje sobre el vendedor de la ONCE, Javier Araque, protagonista de 'Por donde pasa el silencio'

Javier Araque, vendedor de la ONCE en Marchena (Sevilla), protagoniza ‘Por donde pasa el silencio’, opera prima de Sandra Romero, que consechó el aplauso unánime del Festival de Cine de San Sebastián

El astigitano Javier Araque, vendedor de la ONCE desde el pasado verano, estremece y conmueve al Festival de Cine de San Sebastián con su propia vida llevada al cine. ‘Por donde pasa el silencio’, opera prima de Sandra Romero, desborda las relaciones humanas a borbotones, en torno a Javier y a sus dos hermanos Antonio y María como protagonistas. La fuerza desgarradora de su interpretación desnuda en un primer plano, en crudo, la realidad cotidiana de una discapacidad más. El estreno en la cartelera, el próximo 29 de noviembre. Antes pasará por la alfombra roja del Festival de Cine Europeo de Sevilla.

LA PERSONA: “Daría la vida por mis hermanos”

Los dos hermanos abrazados en una escena, Javier y Antonio Araque

Los dos hermanos, Javier y Antonio, abrazados en una escena de 'Por donde pasa el silencio'

Javier Araque (Écija, Sevilla, 1990) nació apenas cinco minutos después de su hermano mellizo. Pero pronto su vida se fue diferenciando y mucho de la de Antonio. Primero fueron las taquicardias desde muy niño, con momentos, demasiado, de hasta 200 pulsaciones por minuto, que han seguido hasta hace ocho años. Y a partir de los 10, los problemas de la espalda que le han condenado de por vida a revisiones hospitalarias cada seis meses y a una dosis de fármacos permanente, que, aún hoy, incluye la morfina en los picos más agudos para sortear tanto dolor.

Quizá hubiera querido ser bombero o policía, pero no le dio tiempo a saberlo porque la vida dio al traste con sus sueños demasiado pronto. Se empeñó en torcer su columna y, con ella, toda su trayectoria. “Quería comerme el mundo y el mundo me ha comido a mí”, comienza diciendo en el patio de su casa, donde se siente más a gusto, rodeado de sus perros, su maceta, sobre un suelo de grandes cuadros grises y blancos que cautivarían al mismísimo Almodóvar para una escena de las suyas.

Javier Araque junto en el patio de su casa junto a una maceta

"Quería comerme el mundo y el mundo me ha comido a mi", sostiene Javier Araque

Antonio y María forman parte inseparable de la memoria de su infancia. Siempre juntos. En la calle, al pillapilla, el escondite. Los padres siempre fuera trabajando y ellos a lo suyo, jugando o peleando, pero juntos. Y rodeados de amigos, muchos amigos. Hasta que, al despertar de la adolescencia, ya en las fotos comenzaba a verse “un poquito más deformado, ¿sabes”. Y llega una revisión rutinaria en el colegio que detecta por un lado una escoliosis y por otro una cifosis que juntas suman una cifoescoliosis. Y lo echa todo al traste. “Entonces quieres mirar a otro lado, como que no me pasa nada, que soy normal, pero cuando se cumplen más años lo que hace es que se va degenerando más y llega un momento en que no te puedes atar los cordones y te das cuenta de que tienes un límite, y que no puedes mirar a otro lado”. Lo dice sí, con un punto de brillo en la mirada, pero con desparpajo, una tranquilidad pasmosa y un atisbo de sonrisa al terminar cada frase. “Tienes que vivir el día a día y el pasado hacerlo a un lado porque el futuro es incierto”, resume gráficamente. “Yo siempre digo que voy a esperar todo lo que pueda antes de ser Robocop”, dice fiel a sí mismo.

Esa mezcla de sorna, ironía y puro cachondeo han ido dibujando la personalidad de Javier, acaso como una coraza, desde muy chico. Junto a la rebeldía. Y mientras, la discapacidad, lejos de debilitarle en los años más complicados, ha ido forjando un carácter y una personalidad fuertes. “La vida me hizo fuerte porque mi hermano es gay -explica en un giro de guion inesperado-. De pequeño esto en un pueblo se vio muy difícil, le hacían mucho bullying, y eso me hizo como hacerme el duro para cuidar de mis hermanos”. De los dos, Antonio siempre fue el más guapo, también el más frágil, y Javier, escudo protector, el más rebelde. “Éramos el uno para el otro”, presume con orgullo. “Daría la vida por mis hermanos”, subraya.

Araque en la Plaza del Salón en Écija

Todo Écija se vio involucrado en el rodaje de la película que contó con 225 extras de los 600 que se apuntaron al casting

A los 16 años, Javier se fue de casa, como el resto de los hermanos, pero con una realidad encima bien distinta. “Me he sentido bastante diferente -reconoce con humildad extrema-. Son muchos complejos en la cabeza, muchos traumas, y llevarlos solos... Hice mis estudios y empecé a luchar por la vida”.

Tampoco la búsqueda de trabajo para un joven con discapacidad en una localidad de menos de 40.000 habitantes resultó una tarea fácil. “La mayoría, por lo menos mi experiencia, es reventarte y no mirar por tus derechos”, denuncia. Durante unos pocos años ejerció de escayolista, un oficio con el que disfrutó, hasta que la espalda impuso su dictadura.

Y es que, por más coraje que le eche a la vida y más que se haga el valiente para los demás, el dolor se apodera de él en la intimidad de su soledad. “Hay días que te levantas con dolor, con buena energía y mente positiva. Y te dices; Buenos días mundo ¿qué pasa? Te has tomado tu pastilla y bien. Y otros en los que estás saltando en la cama de dolor y no te puedes poner de 2000 posturas, que no puedes ni dormir con los brazos para arriba, ni de ladito. La verdad es que es difícil pero voy a luchar todo lo que pueda”, relata. “¿Qué importa quién ha nacido el primero o el segundo, si el deformado soy yo”, le dice Javier a Antonio en una escena de la película.

EL PERSONAJE: “No sabía que Javier fuera tan buen actor”

Primer plano de Sandra Romero

'Por donde pasa el silencio' es la ópera prima de Sandra Romero como directora de cine

Javier Araque nunca pensó que tuviera una vida de película. Pero Sandra Romero ha hecho de la suya un peliculón, ‘Por donde pasa el silencio’, su primer largometraje. El pasado mes de septiembre puso en pie al Kursaal durante 10 minutos de aplausos en la sección Nuevos Directores de la 72 edición del Festival de Cine de San Sebastián. Hija también de Écija, conoce bien toda la trayectoria de Javier porque es muy buena amiga de Antonio desde jóvenes.

También dejó la ciudad, en su caso, para formarse como directora de cine. Como Antonio, que marchó a Madrid para formarse como actor. Le había prometido a Javier que un día haría una película sobre su vida. Conocía bien su temperamento, su sacrificio, su valor, el coraje para afrontar solo una cruda realidad, el amor por su hermano, por sus hermanos. Un amor bruto, contenido y explotado. El desprecio social que genera la elección de una libertad individual. El desasosiego de las malditas drogas. La toxicidad de una pasión. La incomunicación de su familia, la falta de entendimiento en la que se pueden ver reflejadas tantas familias. Tenía el guion en sus manos, un tesoro en bruto que debía pulir. Y así reconvirtió el corto que había hecho con esos mismos ingredientes antes de la pandemia en su primera película. Todo rodado muy en primer plano, muy de cerca, como hablan y sienten sus personajes, muy desafiantes, casi agresivos, para encauzar como pueden el amor que expresan o no saben expresar. Y con gestos de comedia para digerir el drama, porque si no, no sería la historia de Javier.

Collage de fotos con los primeros planos de los tres hermanos

Javier, Antonio y María desnundan ante las cámaras la realidad de sus vidas de una forma desgarradora 

Cuando Antonio llegó a casa de Javier con el guion en las manos los dos hermanos lloraron. “Qué bonito! Qué bonito! Qué bonito es!”, se dijeron. Pero la directora dio rienda suelta a Javier para que interpretara ese texto a su manera. Guion abierto le llaman en el mundo del cine. Improvisación en el resto del mundo. “Entonces salían las palabras de las entrañas, no del pecho”, narra ahora que ya sabe lo que es una alfombra roja Javier Araque. “Yo daba las palabras con toda mi alma y lo que le gustaba a Sandra es lo que cogía”, comenta con cara de no creerse todavía que ha hecho el papel de su vida. “Y así toma una, toma dos y toma 20”, continúa diciendo.

Para Sandra Romero, Premio a la Mejor Dirección en el Festival de Málaga de 2020, la interpretación que aporta Javier a la gran pantalla ha sido todo un descubrimiento. “Ha sido un lujo trabajar con él, una experiencia muy enriquecedora y un aprendizaje muy profundo para mí como directora”, afirma desde Madrid. “Me sorprende mucho la capacidad de conectar con emociones que son muy complicadas de mantener delante de una cámara y de todo un equipo. Como sabe usar estrategias que un actor profesional tarda en aprender, como es capaz de memorizar y repetir el texto sin perder la capacidad de tener toda la verdad del mundo. Y de otra manera no dejar caer la emoción en cada repetición. Si viésemos los brutos de esta película veríamos como Javier, como actor, es capaz de hacer todas estas cosas que cualquier persona tarda años como es lógico en aprender”, reconoce.

Otra escena con los dos hermanos

La directora de la película reconoce que "ha sido un lujo trabajar con Javier, un aprendizaje muy profundo", afirma

Sandra trabajó intensamente los ensayos con los tres hermanos. Quería encontrarse con ellos y conocerse a fondo antes de entrar en la fase de rodaje. Trabajó por separado con cada personaje y transformó el guion las veces que hizo falta para adaptarlo a cada persona. Hasta que la claqueta sentenció su primer ‘¡Acción!’. A partir de ahí, el texto impuso su guion excepto para Javier que tuvo más libertad de improvisación.

¿Algo que haya descubierto como amiga? “No sabía que Javier fuera tan buen actor. Tenía interés en que él hiciera también la película porque estos tres hermanos, para mí, físicamente, su gestualidad, era algo que no me quería perder. Sentía que la tenían que hacer los tres juntos, pero no sabía que era tan buen actor y sin embargo sí que ha demostrado ser y tener un talento”.

En palabras de su directora, ‘Por donde pasa el silencio’ habla del amor entre estos tres hermanos que tienen una relación muy profunda en la que, a veces, los límites se traspasan en medio de esta intensidad. “Siento que también esta película pone en valor las distintas circunstancias que tienen cada uno de ellos -argumenta-. Y que a todos se les puede entender su manera de relacionarse, su posición en la familia o ante la familia. Ahí es donde está el alma de esta película”.

Cartel oficial de la película

Cartel oficial de 'Por donde pasa el silencio' que se estrena en la cartelera el próximo 29 de noviembre

Romero rodó durante seis semanas en Écija, y también en Carmona, donde se grabaron los interiores, y todo el pueblo se involucró directa o indirectamente en el rodaje. Cerca de 600 personas se apuntaron al casting para un rodaje que contó con 225 extras.

Miguel Ángel Valseca, el Sevi, es uno de ellos. Camarero en el ‘Cuatro puertas’, uno de los bares clásicos en la Plaza del Salón de Écija, hace de amigo de Javier en la película. Y lo sigue siendo después de las semanas intensas de rodaje. “Yo creo que transmite sobre todo superación, coraje y fuerza, que pase lo que pase en la vida siempre hay que tener un puntito más de fuerza y de autoestima para seguir adelante”, explica orgulloso de que su pueblo esté en todos los cines gracias a esta peli. Sevi no ha visto todavía el resultado final pero ha visto escenas que se le han quedado grabadas. “Veías a Javi tirado en la cama destrozado y realmente no lo estaba, simplemente lo estaba interpretando, pero lo interpretaba tan bien que te hacía sentirte mal por él. Y encima es un cachondo. Hay que llevarlo así, no queda otra”, comenta.

Javier con su amigo Sevi en la puerta del Bar Cuatro Puertas de Écija

El Sevi, actor secundario en la película y amigo ya en la vida real de Javier: 

Esa transición del drama a la comedia es otro de los pilares de la obra de Sandra Romero. “Hay que ver más la superación que los problemas de cada uno e intentar ayudarnos siempre desde lo positivo no desde lo negativo. Además es que de la enfermedad no nos escapamos nadie, tienes que estar preparado para lo que venga, sea bueno o malo, mejor llevarlo con humor y con alegría, con felicidad en la vida porque es lo que te vas a llevar”, describe el actor secundario a modo de sinopsis. A Miguel Angel, desde luego, la película le ha servido para manejar sus emociones -reconoce-, a sentirse mejor consigo mismo y a saber comunicar sus problemas sin herirse tanto.

Junto a los hermanos Araque el cartel lo conforman la actriz Mona Martínez, Nicolás Montolla, Emmanuel Media y Tamara Casellas. La película está producida por Mammut, Playa Chica, Iconica, Auna Producciones y ‘Pasa el silencio A.I.E.’ y cuenta con la participación de RTVE, Canal Sur, Filmin, y el apoyo del ICAA, la Junta de Andalucía y la Comunidad de Madrid. Y se estrena en las carteleras de toda España el próximo 29 de noviembre, después de haber probado suerte en el Festival de Sevilla. Festival de Cine Europeo, en la sección de Panorama Andaluz.  

EL VENDEDOR: “Me creo un hombre con fortuna

Javier en su punto de venta

"No encuentras una empresa que cuide tanto a los discapacitados como la ONCE", dice Araque vendedor de la ONCE en Marchena

En medio de este trajín de vida, Javier Araque ha encontrado una luz al final de su túnel en la ONCE. Después de muchos intentos de trabajos con la discapacidad por delante al final llamó a las puertas de la Organización en Écija. “No encuentras una empresa que cuide tanto a los discapacitados como la ONCE. En otros sitios me han tratado regular, no es que te hablen mal, pero no miran por tus derechos. Y es un trabajo muy bonito”, dice. Javier vende desde el pasado mes de agosto en Marchena aunque su ilusión es poder vender pronto en su pueblo, en Écija. La película lo ha trastocado todo.

“Hay clientes que no quieres que se vayan porque te transmiten muy buenas sensaciones, a mí me gusta empatizar con la gente”, afirma. “Siendo vendedor te das cuenta de que las personas tienen un mundo ahí, una mochila, cada persona carga una mochila, y cada una puede ser más grande. Y dices tú, Dios mío de mi alma, que aquí estamos todos para tirar adelante y a ver cómo salimos cada uno de la mejor forma que pueda”. Todavía no ha vivido la experiencia de haber dado un premio grande a sus vecinos pero se considera un hombre con suerte. “Me creo un hombre con fortuna por ser como soy, por mis valores, mis principios, mi corazón -añade-. No tengo nada del otro mundo, mis perrillos y un techo para dormir, pero la sonrisa no me la quita nadie. Eso es mucho para mí”, confiesa con certeza.

Javier muestra orgulloso su acreditación del Festival de San Sebastián

Javier muestra orgulloso su credencial del Festival de Cine de San Sebastián. Ahora, a por el de Sevilla

Volver al trabajo tras el glamour de la experiencia única que supone pasar por el Festival de Cine de San Sebastián entre los grandes ha costado. “Eso fue épico, único, inolvidable. El pelo de gallina todo el rato, nos lo llevamos en el corazón para toda la vida, no paramos de abrazarnos cada vez más los tres hermanos, los tres llorando”, reconoce orgulloso. “Ahora los clientes me vienen para que les cuente”, se ríe.

En esta película, ¿la ficción supera a la realidad? “La realidad supera a la ficción”, responde sin pestañear. “Es bastante más dura todavía -admite-. La película es muy dura, pero te vas a sacar unas risas, hay humor, pero va subiendo y hay un sabor agridulce que te hace llorar, es muy dura”, resume. A su juicio ‘Por donde pasa el silencio’ enseña al espectador a reír ante la adversidad, a dejar de mirar para otro lado cuando se tiene el problema delante y a ser un poquito más de verdad ante la vida. “No vemos que no tenemos limites hasta que no nos pasa”, se lamenta. La película, otro efecto secundario, ha unido más a los hermanos tras años de una separación física. “Yo creo que nos va a enseñar a querer bastante más y a mirar más por los hermanos y los padres, que se quieran mucho más”, confía.

Javier con sus hermanos en la alfombra roja de San Sebastián

Javier con sus hermanos María, Antonio y Juanlu en la alfombra roja del Festival de Cine de San Sebastián

La mecha está prendida. Y aunque la carrera de actor la protagoniza Antonio, a Javier le han quedado ganas de más. Hasta provoca a sus amigos dándoles textos para interpretarlos llorando o riendo, en tono bajo o más fuerte para ponerse a prueba. “Estoy dispuesto sí”, afirma, por si hubiera alguien interesado en contar con él para otro papel. “A la vida le pido sonreír, amor, que encuentre mi sitio. Y lo estoy encontrando sí -concluye-. Simplemente quiero ser feliz, encontrarme, sonreír y vivir tranquilo”.

| LUIS GRESA

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