FIRMA INVITADA: María del Carmen Romero, directora de la ETSII de la Universidad de Sevilla

    Inteligencia Artificial Inclusiva:

Abriendo caminos en la era digital    

Aún recuerdo cuando allá por el año 1994, en mi primer año de carrera en la universidad, usábamos la línea de comando en un terminal de fósforo para navegar por un Internet aún incipiente y limitado a velocidades de no más 56 kilobits por segundo (kbps). Hoy contamos con velocidades que se multiplican por mil (Gbps), que se dice pronto.

Resulta muy difícil identificar el momento exacto en el que surge Internet, ya que, por ser una red de redes, su puesta en funcionamiento fue progresiva a media que se iban produciendo diferentes innovaciones y desarrollos en distintas partes del mundo y por diversos proveedores tecnológicos.

Aquella red de redes facilitó que en la década de los 90 surgiera la web y comenzara una revolución, aún en progreso, en la manera en la que las personas compartíamos información y nos comunicábamos a nivel global a lo largo y ancho de todo el planeta. Las primeras páginas webs en modo texto presentaban interfaces rudimentarias y poco intuitivas, en las que desde luego no se tenían en cuenta las necesidades de los usuarios con discapacidades. Conforme se extendía el uso de la web entre las personas y se incorporaba al ámbito profesional y personal, las barreras se hacían más evidentes, desde la falta de opciones de personalización hasta la ausencia de tecnologías de asistencia, como lectores de pantalla o teclados adaptados. Sin embargo, afortunadamente, a medida que la tecnología avanzaba, también lo hacía nuestra comprensión y sensibilización acerca de la importancia de la accesibilidad tecnológica.

Con el tiempo, surgieron estándares y directrices de accesibilidad, como las pautas de la W3C (World Wide Web Consortium), donde se establecieron principios universales para el diseño de interfaces accesibles para todos. Estos estándares sentaron las bases para la creación de herramientas y tecnologías que hoy día permiten a las personas con discapacidades interactuar de manera efectiva con la tecnología digital.

El resurgimiento de la inteligencia artificial ha supuesto un hito significativo en este viaje hacia la inclusión digital, ya que ha facilitado el desarrollo de sistemas inteligentes capaces de adaptarse de forma dinámica a las necesidades individuales de las personas usuarias. Desde algoritmos de reconocimiento de voz y texto a voz, de subtítulos automáticos y traducción en tiempo real, de detección de objetos y reconocimiento facial, de navegación y asistencia virtual hasta algoritmos de personalización y adaptación. Sin duda, la inteligencia artificial ha abierto nuevas posibilidades para mejorar la accesibilidad y la usabilidad de las tecnologías digitales.

Sin embargo, muchos de los avances en los interfaces y en los modos de interacción se los debemos al diseño centrado en la persona, que ha sido clave en esta evolución. En lugar de diseñar interfaces basadas únicamente en suposiciones sobre las necesidades de los usuarios, el enfoque centrado en la persona coloca a los humanos en el centro del proceso de diseño. Esto implica la realización de investigaciones exhaustivas sobre las necesidades y experiencias de los usuarios, así como la iteración continua del diseño basada en el feedback recibido.

Aunque, en conjunto, todos estos elementos han transformado el paisaje digital, creando un entorno en línea más diverso, inclusivo y accesible para todos, aún queda mucho por hacer. La evolución de la informática hacia la inclusión no es un destino final, sino un viaje continuo que requiere un compromiso constante con la mejora y la innovación.

En este Día de Internet, celebremos los avances logrados hasta ahora y renovemos nuestro compromiso con la construcción de un futuro digital que sea verdaderamente para todas y para todos.

Dra. María del Carmen Romero Ternero

Directora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática

Universidad de Sevilla