EN PRIMERA PERSONA: José Antonio Morales, voz del Coro 'Los Iluminados'
Ha sido un año de gloria para el Coro ‘Los Iluminados’ en el Carnaval de Cádiz 2024. Primer premio de la Gran Final del Falla y primer premio también de los Premios Fermín Salvochea de la ONCE, por una letra dedicada a la reforma constitucional del artículo que, durante décadas, calificaba a las personas con discapacidad como disminuidos. Uno de sus 53 componentes es José Antonio Morales (Cádiz, 1971), voz segunda, afiliado a la ONCE y líder sindical en Cádiz. Un apasionado del Carnaval desde que tenía apenas diez años.
Actuación del Coro 'Los Iluminados' en la Gala de los Premios Fermín Salvochea 2024
“El Carnaval de Cádiz es una pasión”
¿Cuál es el primer recuerdo que le viene de la infancia del Carnaval de Cádiz?
Mi primer recuerdo es mi padre de noche grabando con un casete Sanyo escuchando el Carnaval desde la cama. Yo dormía en la habitación de al lado y escuchaba a mi padre como, a través de la radio, grababa con sus casetes las actuaciones de las agrupaciones. Luego ya después se le quitaron las ganas de carnaval. Hablo de los primeros años 80.
¿Qué edad tenía?
Calculo que tendría 10 años o 12 años.
¿Y su primer disfraz en la calle? ¿Se acuerda?
El primer disfraz en la calle me disfrazó mi madre de zorro. Tendría yo 7 u 8 añitos o cosa así.
Y desde entonces todos los años.
Sí, yo empecé a salir en carnaval en el año 88 en una chirigota juvenil que se llamaba ‘Caja Surtida’ y fue mi primera vez que yo empecé a salir en carnaval. Yo tengo el recuerdo de haber empezado en esa chirigota y ya después me enganché ya con chirigotas de adulto.
¿Qué es para usted el carnaval?
Pues una pasión, una pasión. Yo tengo dos pasiones; una es esta Casa y la otra el carnaval. son dos mis dos pasiones. Mi vida la llevo de la mano tanto con la ONCE como el carnaval. Me divierte, me fascina, me gusta y lo paso muy bien.
¿Y cómo explica a alguien de León o de Zaragoza qué es el Carnaval de Cádiz?
Es intentar transmitir con una agrupación lo que tú sientes del día a día. Es verdad que es una expresión muy socorrida, pero es que el carnaval es el periodismo cantado. Intentamos que en una agrupación contar lo que ha ocurrido en el último año, lo que sentimos los ciudadanos de a pie y, sobre todo, al final, es buscar un espacio de ocio con un grupo de amigos que nos encontramos durante 5 o 6 meses todas las noches a preparar algo que puede llamarse coro, chirigota, cuarteto o comparsa. Pero ese rato que por las noches te evades, ahí es cuando realmente desconectas, apagas el móvil, lo pones en silencio, te olvidas de tu trabajo, te olvidas de todo y te pones a trabajar con un grupo de amigos que te diviertes muchísimo. Muchas risas, momentos duros, porque cuando llega la época dura de viento, del frío, los meses de octubre, noviembre, que son más duros porque todavía no ves cómo va a terminar tu agrupación y se hacen duros. Pero el Carnaval de Cádiz es algo que yo lo vivo muy intenso.
“Hemos evolucionado para mejor”
Morales sostiene que en Cádiz no hay tabúes de ningún tipo a la hora de cantar en su Carnaval
Hay mucho trabajo y muy intenso porque son seis meses de ensayos continuados, ¿no es así?
Sí, esto comienza casi en verano, desde la playa. Los autores empiezan a darle vueltas a lo que quieren plasmar en el teatro en el mes de febrero. Y lleva muchísimos horas de ensayo. Tenemos una media de más de 100 ensayos desde septiembre hasta enero, porque el concurso cada vez se adelanta más, dependiendo de la Semana Santa. Este año han sido más de 100 ensayos, a dos horas sin descanso, 200 horas de ensayo. Son dos horas muy intensas y cosas que se montan y luego se desmontan, cosas que se ensayan y luego no salen porque entendemos que no nos gusta así.
Y nunca hay ningún tabú. Ni la Corona ni la Iglesia, por poner dos ejemplos, han sido nunca un tabú en Cádiz.
Jamás, jamás. Yo creo que eso es lo que nos diferencia de otros carnavales. En Cádiz no hay tabú. Se le escribe y se le canta a lo que lo que entendemos que tenemos que hacer. No, no hay ningún tabú, ni ninguna censura. Afortunadamente eso ha desaparecido hace ya muchísimos años.
Es también una forma de ser ¿no cree?
Sí, es la forma de ser del gaditano. Sabemos que contamos las cosas como nos apetece y como creemos que las tenemos que contar. No hay ninguna censura. Desconozco si hay algunos grupos que lo hacen, en mi grupo, no.
¿Ha visto alguna evolución en algún sentido de los últimos años? ¿Hacia dónde va el Carnaval?
Se canta mucho mejor, se prepara mucho mejor. Las puestas en escena son mucho más curradas, mucho más trabajadas. Yo creo que al final la evolución de estos últimos años hace que vendamos el producto, si vale la expresión con mucha más calidad. ¿Por qué viene tanta gente a ver el carnaval de Cádiz? ¿Por qué tenemos tantísimos seguidores en Cádiz? Pues porque hemos evolucionado para mejor, los grupos cantan mejor, la puesta en escena se trabaja una barbaridad y somos, entre comillas, mucho más profesionales y eso es lo que intentamos vender, un buen producto.
“La clase política vive muy cómoda en el insulto”
"No es necesario decir un borderío o una barbaridad para hacer gracia", afirma el corista de Los Iluminados
¿No cree que el humor y la ironía se están yendo un poco hacia lo chabacano en algunos aspectos?
Yo podría compartir contigo, eso sí, sí. A mí personalmente hay cosas que no me gustan. Yo creo que Cádiz se diferencia por hacer humor y la ironía del gaditano. Yo cuando salgo fuera veo que les encanta la forma de ser de nosotros porque tenemos mucha ironía. Es verdad que no nos pillan muchas cosas. Pero yo lo chabacano lo descarto, a mí no me gusta. No es necesario decir un borderío ni decir una barbaridad para hacer gracia, y yo eso no lo comparto. Posiblemente sí que estamos yendo en alguna, en algunas agrupaciones se nos está yendo de la mano en ese sentido.
Que el coro de Julio Pardo acabe cantando “me cago en los muertos de la Junta de Andalucía” ¿es un exceso?
Totalmente de acuerdo. No es necesario para nada. No es necesario insultar. De hecho, no creo que haya que insultar para transmitir un mensaje o dar una opinión para nada.
También es el espejo del momento que estamos viviendo con tanta crispación y tanta radicalidad.
También es cierto, que cuando pones la televisión, o lees la prensa o escuchas cualquier medio de comunicación en la radio, la verdad es que vamos a más, no sé dónde vamos a parar. Después nos sorprendemos cuando hay algunos insultos, algunas agresiones. Pero es que desde la clase política potencian eso y está proliferando gente que viven ahí muy bien, viven muy cómodos en el insulto y en menospreciar al rival. Hay que respetar a los demás. Yo como tengo tan claro que las opiniones hay que respetarlas, pero con coherencia y con respeto por supuesto.
Claro, que la presidenta de Madrid diga que el Presidente del Gobierno es un hijo de fruta, se lo pone en bandeja a los letristas del Carnaval.
Claro, claro. No le hemos sacado partido a eso. Es curioso. Lo de “a mí me gusta la fruta” no se le ha sacado partido en Cádiz. Es raro porque le podríamos haber sacado algún cuplé o pasodoble o algún tango.
¿Qué le parece que la prensa catalana critique la letra de Martínez Ares sobre la amnistía?
¿Que qué me parece? Pues bueno, por una parte, me parece bien porque al final parece ser que las cosas que cantamos en Cádiz llegan al resto de España, eso sí. Lo que lo que no me parece ni medio lógico, es que se critique una opinión desde Andalucía. Yo respeto que cada uno pueda pedir lo que quiera pero tienes que respetar lo que yo piense también. Del independentismo tenemos que opinar el resto de España, por lo menos yo lo veo así, es una opinión muy personal de Morales, me parece muy bien que tú te quieras independizar, pero yo también tengo que opinar sobre eso. ¿Y que lo critiquen? Bueno, pues señal que nos escuchan. Es decir, que el Carnaval de Cádiz sirve de altavoz para el resto de España, es un periodismo cantado y es nuestra opinión.
¿Hay una zona convivencia entre los ilegales y el Concurso Oficial?
Sí, sí, sí, sí. Nos respetamos. Intentamos hacer unos recorridos alternativos, pero si coincidimos con ellos, nos respetamos y ellos nos respetan, por supuesto.
No hay envidias.
No, qué va, qué va.
“Cantar en el Falla impone muchísimo”
José Antonio Morales asegura que su Coro busca "originalidad y que la pulcritud sea perfecta a la hora de cantar"
¿Impone mucho cantar en el Falla?
Muchísimo, muchísimo. Es una responsabilidad y un respeto que se le tiene a esas tablas, a ese telón y al patio butacas por supuesto. Lo decía en un pasodoble Manolito Santander. El teatro te eleva y te hace llorar como un niño chico para lo bueno y para lo malo. Tú puedes preparar algo con tantas ganas que cuando llegas al teatro pues no llega y eso lo percibes. Cuando tú terminas de cantar algo, si es bueno percibes que lo es, y si no ha llegado, no ha llegado y te quedas un poco desilusionado. Eso ocurre muchas veces, pero el respeto impone muchísimo. Eso lo decimos todos, los nervios no se te quitan hasta que no termina la actuación. Esos minutos antes de que te anuncian, que estás preparando el montaje, es muy, muy bonito.
En el Coro ‘Los Iluminados’ han ido todos como marineros ciegos, con los ojos en blanco o tapados, cegados por la luz y vuestra pasión por Cádiz. ¿Ha tenido algo que ver esa lección de puesta en escena con usted?
La puesta en escena tenía clara cuál era, pero sí que hice mucho hincapié en algo. El ciego tiene una forma de moverse en un escenario, de moverse en la vida, que era lógico que, si íbamos representando a un personaje ciego, que esas cosas las cuidáramos. Y pedí a Servicios Sociales que nos ayudaran. Tuvimos a Isabel, una técnica de rehabilitación, para echarnos una manilla en los ensayos y creo que al final lo hemos conseguido. Ellos se quedaban alucinados con las cosas que les contaba Isabel. No eran capaces de saber lo que puede sentir un ciego. Se han dado cuenta de que el ciego no ve, pero puede cantar o sonreír.
¿Creéis que dais algún ejemplo en algún sentido?
Sí, porque, de hecho, es curioso, yo nunca lo había vivido y llevo muchísimos años en el mundo del Carnaval, tenemos muchas anécdotas de gente que cuando escuchan el repertorio lloran. Y no es broma. El otro día vi a un señor de Salamanca que estaba llorando, un tío de dos metros, y decía que lo que contábamos en el popurrí le hacía ver con otro sentido, no con el de la vista. Y hemos conseguido hacer más visibles a las personas ciegas.
Usted mantiene que en ‘Los Iluminados’ valoran más a la buena persona que a la voz. ¿En qué se diferencia su coro al resto de agrupaciones?
Yo creo que en el trabajo. No sé cómo trabajan los demás, sí sé lo que trabaja este coro y trabaja muchísimo. Aquí son dos horas de ensayo y tenemos que repetir y repetir y buscar la pulcritud que sea perfecta a la hora de cantar. Los que escuchan el coro encuentran la misma calidad vocal el primer día del Falla, como el último día de Carnaval, y eso es trabajo, trabajo. Yo creo que nos diferencia el trabajo y que hay un grupo detrás que le da muchas vueltas y que buscamos la perfección y que salimos a ganar, eso sí que es cierto. Este coro desde el minuto uno que empieza a ensayar quiere ganar y eso también nos hace ser más duros a la hora de los ensayos.
Han conseguido tres primeros premios en la final del Falla en los últimos cinco años. ¿Cuál es la clave, a su juicio, para triunfar en el Gran Teatro Falla?
Pues yo qué sé. Yo creo que la calidad que tiene el Coro. Y tenemos un autor de letras que también es capaz de buscar esas letras que están candentes en esos momentos y que sobre todo tiene una lectura fácil para el oído, no es una poesía muy enrevesada. Yo creo que él escribe muy sencillo, muy de oído, muy fácil de entender, y eso llega.
¿Los componentes del coro tienen derecho a opinar sobre las letras? ¿Hay debate? ¿Se genera debate a la hora de valorar que temáticas temas se abordan?
Sí, sí, sí, sí. No, los temas no. Tenemos la suerte de que David Fernández, que es el autor de la letra, tú le puedes comentar lo que quieras. Yo le comenté la idea de hacer algo sobre el artículo 49, es un tema que, por cierto, no ha tocado nadie de los 109 grupos del Carnaval. Estaba convencido que iba a ser original porque no lo iba a tocar nadie. También buscamos originalidad. Entonces cuando él lleva el tango, él suele cantarlo y conforme termina de cantar se sabe si el tango es bueno o no. Y es bueno por los sentimientos, por cómo nos expresamos con palmas o con silencios. Ahí no levantamos a mano alzada quién dice que sí o que no, sino la reacción cuando él lo canta se sabe si se va a seguir cantando o se desecha.
Quiero preguntarle también sobre el papel de la mujer en el carnaval. Van pasando los años, pero todavía cuesta mucho ver a mujeres en las distintas agrupaciones. ¿Por qué cuesta tanto?
La verdad es que ha evolucionado mucho. Si tiras para detrás 10 o 15 años prácticamente no había mujeres en el Carnaval, sin embargo, en lo que nos toca a nosotros, que somos de coro, tenemos coros que incorporan a muchas mujeres. Yo no estoy de acuerdo con que no haya mujeres, creo que está evolucionando y a pasos agigantados, cada vez hay más mujeres en grupos de comparsas y de coro, en chirigotas sí que no están, pero en nuestro coro tenemos a tres compañeras. Poco a poco va evolucionando y que en gran medida cada vez habrá más. Hay muy buenos grupos de mujeres.
De personas con discapacidad ya ni hablamos, porque usted es casi una excepción en todo el Carnaval.
Sí, el año pasado estaba el compañero José Manuel Bueno, que es sordo, y es guitarra, y Antonio Oliva, otro vendedor que tenemos, pero ya no está actualmente en el coro, el único que queda soy yo.
Lleva usted 14 años como secretario de UTO-UGT en Cádiz, es miembro de la ejecutiva estatal desde 2012 y actualmente responsable de la Secretaría de Juego. Desde su experiencia como referente sindical, ¿cuál diría que es la clave del éxito de la paz social dentro de la ONCE?
Claramente la unidad. Claramente. Yo me levanto todos los días para ayudar a los demás. Y esta Casa, cada día que amanece es para ayudar a personas. O bien a los que nos compran nuestras loterías, que lo hacen todos los días para ayudar económicamente, que tenga un premio, y con lo que generamos para ayudar a otras muchísimas personas con y sin discapacidad. Y la paz social que tiene nuestra Casa es gracias a la unidad. Y el día que no tengamos unidad tendremos un problema. Pero nosotros, la forma de trabajar que tenemos, y lo que vamos de la mano todos, nos ha hecho llegar a donde estamos.
| LUIS GRESA
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