EN PRIMERA PERSONA: Miguel Chamorro voluntario de la ONCE en Granada
El periodista chileno Miguel Alejandro Chamorro Maldonado (Valparaíso, 1973) nació el año del golpe de Estado de Pinochet contra Salvador Allende. Desde hace año y medio vive en Granada donde colabora con la ONCE como voluntario desde el pasado mes de febrero. Allí ha descubierto otro mundo que le ha puesto a prueba y le ha permitido conocerse mucho mejor. En la actualidad está realizando una investigación postdoctoral en la Facultad de Comunicación y Documentación de la Universidad de Granada sobre la Memoria Histórica de dos países, España y Chile, que comparten un pasado y un presente común.
“No es necesario que ocurra una tragedia para ser voluntario”
¿Por qué se hizo voluntario? ¿Y por qué en la ONCE?
Fue todo un proceso de interacción con gente de la ONCE. Hay dos puntos que se unen. Cuando llegué acá a Granada conocí una chica de México invidente y a sus amigos y amigas y me invitaron a participar en algunas actividades. Conocí la ONCE a través de ella y después me invitó a actividades como el Día de las Cruces acá. Juanito Fernández me preguntó si me interesaba el senderismo y le dije que nunca había practicado senderismo y me dijo: ¿Te gustaría ser voluntario para ayudar en el senderismo? Y ahí empezó la conexión. Tuve que hacer una evaluación técnica, fui aprobado, y así me hice voluntario en febrero o marzo.
¿Qué ha descubierto y qué ha aprendido?
Muchas cosas. He descubierto un mundo que conocía por fuera. Aquí el voluntariado y la preocupación por las personas ciegas es más seria, más profunda, más institucionalizada en comparación con lo que conozco de Chile. Que hay una fuerza, que es un motor grande que está preocupada por la gente que tiene una discapacidad visual al 100% y al 30 o 50%. Y es una experiencia enriquecedora. Ellos quieren que te escuchen y a mí me sorprende cada vez que he hecho un trabajo de voluntariado. Como soy periodista, yo empiezo primero, me presento y empiezo a generar esa interacción. Y después se genera una conversación muy rica desde el punto de vista de las historias personales, historias de vida, coyunturas propias de Andalucía, de España. Me preguntan cosas de Chile, por lo que hago, entonces es un aprendizaje de conocer un mundo que para mí era desconocido. Y, por otra parte, en la parte interna, a descubrirme a mí mismo en el sentido de dedicar un tiempo al voluntariado, aunque sea pequeñísimo, pero al generar una ayuda de llevar una persona de un punto a otro y que pueda hacer sus actividades de gestión, por ejemplo, y que le resulte positivo ya me deja satisfecho. Entonces es bonito como uno ve personas de distintas edades. Y lo que he aprendido es que desarrollan su actividad completamente normal. Me he dado cuenta que no quieren que se les traten de una forma especial. La única situación es que no pueden ver, pero pueden desarrollar actividades perfectamente normal, hasta sorprenderme del gusto por bailar, por ejemplo, en alguna de las actividades que he participado en la ONCE.
Dice que las personas ciegas quieren que les que les escuchen.
Si, si, quieren que les escuchen. Esto es una hipótesis que manejo. Cuando uno está ayudando en senderismo por ejemplo, la mayor parte es escuchar; empiezo a describir cómo es el paisaje y me lo agradecen mucho porque tengo mente fotográfica y al ser periodista lo describo todo y les gusta. Para ellos yo creo que es fundamental contar historias y obviamente hay que generar una confianza de respeto, de seguridad. Como voluntario me tengo que ganar su confianza. Es un proceso que aprendí cuando trabajaba como voluntario en temas de diabetes en Chile.
¿Qué tipo de servicios realiza?
Estoy súper contento porque mayormente ha sido senderismo, que es una actividad deportiva. En segundo lugar actividades culturales, acompañar a personas a ver una obra de teatro, un musical o el Museo de la Ciencia. Y en menor medida servicios como acompañar al médico o al supermercado.
“El voluntariado permite conocerse a uno mismo”
Chamorro considera fundamental generar confianza entre los usuarios a los que ofrece su voluntariado | Reportaje gráfico: Fran Ortiz
¿Qué diría que es lo más satisfactorio del trabajo de voluntario que realiza?
Es una pregunta fácil pero compleja. Yo creo que lo más satisfactorio es conocer gente de todas las edades y todas las características. Y que al final te digan gracias, muchas gracias. Para mí es un valor importante, esas gracias que muchas veces no te las dan tus cotidianos en el día a día.
Dicen que quien ayuda se ayuda. ¿Quién recibe más?
Buena pregunta. Ambos, ambos. Yo ayudo con un granito de arena, quizás una hora o dos horas es más valiosa que 24 o 50. Y por otra parte ¿en qué te ayuda? En que te saca de ese mundo -hablo específicamente del mío-, que es investigar, estar con el ordenador, estar leyendo teoría, estar haciendo mediciones, y te saca de ese mundo tan cerrado que es el académico y el estar bregando porque te publiquen un artículo científico a otro mundo que es más interactivo y te permite conocerte a ti mismo y dar gracias de que puedes ayudar y conocer gente de otros lados de Granada y de los pueblos de la provincia.
Humaniza de alguna manera.
Ahí está la palabra, en no ver la humanización, sino hacer la humanización.
¿Cuál cree que es el perfil idóneo para ser un buen voluntario?
Para ser un buen voluntario, según mi experiencia, primero voluntad. Racionalizar el tiempo, tener ganas de ser voluntario y aprender de los otros y otras. Cuando hago un trabajo de voluntariado siempre me presento y digo quién soy. Y después para ir generando confianza que me cuenten quién es la otra persona, de dónde es, me atrevo a preguntar desde hace cuánto tiempo que es ciega. Es fundamental también generar confianza y actuar de acuerdo al carácter de cada persona.
¿Hace falta llegar a una tragedia, a una catástrofe como la de la Dana de Valencia, para poner en valor el trabajo de los voluntarios en la sociedad?
Bueno, creo que la Dana de Valencia es un acontecimiento específico y se habla mucho de los voluntarios pero creo que no es necesario que ocurra una tragedia para ser voluntario, para nada. Voluntario puedes ser siempre uno mismo, no solamente con personas que sufren una afección, sino que con tu padre, tu madre, un amigo, una amiga. Mira, con escuchar historias ya uno está haciendo un trabajo de voluntariado. Después está la otra parte que es ayudar en esta vida que es tan difícil, compleja y en todo el mundo, pero no es necesario que ocurran catástrofes para despertar el trabajo del voluntariado o la ayuda. Y por supuesto que creo que el mundo en el que vivimos necesita más voluntarios.
“Ni Chile ni España han resuelto bien su Memoria Histórica”
"Las nuevas generaciones no muestran sensibilidad por lo ocurrido en el pasado", afirma Chamorro
¿Por qué ha decidido profundizar en esa investigación de la Memoria Histórica entre Chile y España?
Fíjate que te agradezco la pregunta porque creo que ambos países vivieron épocas distintas pero de un sufrimiento muy profundo que tienen coyunturas similares y distintas en el tiempo; dos dictadores similares, opresión similares, mucho sufrimiento similares, y se puso la mirada en sectores políticos de ideología que no se aceptaban y fueron tratados como un cáncer en ambos países y en tiempos complejos, como fue el siglo XX antes de la Segunda Guerra Mundial y después posteriormente con la Guerra Fría. Y me interesaba mucho porque creo que hay mucho que decir sobre Memoria Histórica. Creo que hay que recordarla sobre todo en cuestiones particulares de la dictadura. Actualmente ya no hay dictadura, por lo menos en gran parte del mundo, pero creo que hay otro tipo de dictadura que es la de terno (traje en chileno) y corbata. Entonces creo que ambos países quieren que se haga justicia.
Usted lo define como un trabajo de transmedia.
Mi investigación es un tema complejo de transmedia porque todos los medios tratan la Memoria desde distintos puntos de vista. En la narrativa he descubierto cómo puedes comprender esto a través de una ficción o una obra de teatro o una exposición donde ahí no se habla de las víctimas. Perdón, sí se habla de ellas, pero no en primera persona, sino que es representada a través de una pintura o una obra de teatro. Las víctimas, entonces, te permite generar una conciencia más humana. Hago una crítica y una observación que a veces se cae mucho en lo político. Y también Freud lo decía, que aquellos que se sienten afectados por una represión, es indiscutible que va a ser imposible separarse de ese yo insistente. Es decir, quiero que se haga Memoria Histórica porque perdí un padre, perdí una madre y eso es verdad. Entonces hay que generarlo con una conciencia que quizás, lo que está pasando en la actualidad en Chile y en España, las nuevas generaciones no muestran una preocupación y menos una sensibilidad por lo ocurrido en el pasado porque ya ha pasado mucho tiempo. Entonces, ¿dónde está la clave? En cambiar la narrativa. No es que yo diga que haya que cambiar la narrativa, sino que todas las narrativas pueden confluir a una conciencia que es impresionante como te lo demuestra el teatro, la pintura, la poesía y, lo que más me encanta, la ficción.
¿Piensa que el paso del tiempo edulcora la memoria histórica?
No creo que se coloque como una crema o un dulzor para comprender ese pasado. Se abren otras alternativas para comprender ese pasado o para decir qué fue lo que ocurrió. Te lo voy a poner en un ejemplo, imagínate una animación que interprete al personaje Franco y que a través de esa gráfica cuente cómo fue esa política. Te va graficando con ese color de la animación o del dibujo animado una comprensión que es menos cantidad, pero más profunda. Hay más variables, más alternativas. Pero que no endulza.
En su opinión, Chile y España siguen sin resolver bien su proceso de Memoria Histórica.
No, ninguno de los dos países. Chile tiene un paso más avanzado que España, porque hubo un cambio gracias al juez Garzón que empezaron a encarcelar o abrir procesos a militares involucrados. Aunque fueron de tercer o cuarto rango y no las máximas autoridades como Pinochet y otros. Pero hubo un proceso y en España ni siquiera se ha dicho perdón, porque creo que en Chile un presidente de la derecha, Sebastián Piñera, que falleció, pidió perdón. Han pasado tantos años que las personas van muriendo y sus casos no se han resuelto y lo más grave es dónde están esos cuerpos que desaparecieron y que no hay voluntad política en ambos países en ese sentido.
Para tener tantos puntos en común, más allá de la lengua, ¿cree que chilenos y españoles nos conocemos bien?
Hay puntos muy en común. En Chile hay una gran cantidad de españoles que viven en el norte, en la Ciudad de Santiago, en mi ciudad, Valparaíso. Y me atrevería a decir, a pesar de que también historiadores critican el proceso de la llegada a la colonia, que hay muchos puntos en común: una oligarquía que siguió el mismo sistema de España. Los mismos problemas que vemos actualmente en España se ven en Chile. Yo creo que Chile resultó como el país más similar en toda América del Sur. Incluso hasta cuándo juega la Selección Española hay chilenos y chilenas que se identifican porque Chile tiene la camiseta roja y España igual. A Chile también llegaron muchos exiliados de la dictadura de Franco. No le es difícil a Chile adaptarse a España, como también a España no le es difícil adaptarse a Chile.
“Me inquieta como la tecnología domina al mundo”
Miguel Chamorro se declara feliz en Andalucía porque "tiene el corazón muy abierto"
¿Como ciudadano del mundo que le inquieta más?
Me inquieta la política. Se dice que la política es para hacer un bien, pero actualmente hace un bien personal o intereses en que no se logra ningún tipo de acuerdo. Ocurre en todo el mundo. Me inquieta lo que está pasando en la guerra de Ucrania con Rusia, lo que está pasando en Palestina con Israel, lo cerrado que son algunas concepciones por ideas, por poder, por economía, por intereses. Me inquieta cómo se está moviendo el mundo y también cómo la tecnología está dominando el mundo. Cuando yo hice mi doctorado en Barcelona se hablaba del gran aporte de la tecnología a la ciencia pero veo que en la actualidad eso está poniéndose encima del hombre y la mujer. Con la Inteligencia Artificial también. O sea, me inquieta mucho el avance muy progresivo y rápido de la tecnología que pueda destruir el mundo.
El triunfo aplastante de Trump en Estados Unidos, ¿le asusta?
Si, no lo voy a negar, me asusta porque todos esos carácteres fuertes, populistas, de control me generan miedo y desconfianza. Es una fórmula para ganar adeptos muy extremos y me afecta desde el punto de vista de su visión, con la frontera con México, con Latinoamérica. Un ciudadano español me dijo; “aquí no deberían existir fronteras, deberíamos ser, somos seres humanos que podríamos perfectamente convivir y compartir”. Es cierto de que tenemos que tener seguridad, pero ya cuando se tiene un discurso muy fuerte, más que generar acercamiento, te genera alejamiento. Con Trump y sus políticas no me dan ganas de visitar a Estados Unidos y tengo familiares allí.
Vivió cinco años en Barcelona y ahora lleva ya año y medio en Granada. ¿Qué le seduce más de Granada y de Andalucía?
Creo que me conquistó. Es impresionante cómo la gente es alegre, cordial, y preocupada. Me sorprendió por la amabilidad acá en Granada. Creo que Andalucía tiene el corazón muy abierto. Son todas y todos muy acogedores. Obviamente me han hablado de la diferencia entre Sevilla, Granada, Málaga y Cádiz, incluso hasta los equipos de fútbol, pero eso es rico dentro de la historia porque te genera como un conjunto. Voy a reconocer que -y me atrevo a decirlo, espero que no le moleste a la gente en Barcelona-, pero lo que aquí me demoré días en conocer gente en Barcelona fueron 6 o 7 meses. Por eso que me he enamorado de Andalucía y llevo Andalucía y Granada en mi corazón. Y otro factor importante, es una ciudad muy segura para mí, muy tranquila, pequeña, te puedes desplazar caminando, no es difícil de ubicarse. Granada es como en Chile Osorno o Chillán, ciudades pequeñitas donde es muy fácil moverte y ubicarte. Pero en este sentido Granada gana a estas otras dos ciudades chilenas porque la gente es muy abierta y muy cordial.
Por último, ¿por qué recomendaría hacerse voluntario?
Porque yo creo que hay que salir de esta letanía o comodidad de buscarse a uno mismo y encontrarse a uno mismo bajo ciertos beneficios personales. Hay que motivar a las personas a ser voluntarios porque permite conocer otro mundo y permite conocerse uno mismo hasta dónde yo puedo ser voluntario. En eso agradezco a la ONCE porque respeta mis tiempos y puedo ser voluntario, desde salir a un senderismo y ayudar, desde escuchar a las personas hasta cruzar parajes, lugares, rutas difíciles, es decir, entregar seguridad. No solamente a nivel de ONCE, sino en todo tipo de actividades que vayan acorde al perfil de cada persona.
| LUIS GRESA
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