EN PRIMERA PERSONA: Mercedes López, primera parlamentaria andaluza con discapacidad visual

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“He sufrido discriminación por ser mujer”

Luis Gresa | En once Legislaturas del Parlamento de Andalucía, Mercedes López (Almería, 1981) es la primera de 1.999 diputados que accede al acta de parlamentaria con discapacidad visual grave. La primera en 38 años de Autonomía Andaluza. A los siete años perdió la vista por un eclipse de sol y desde entonces tuvo claro que nunca lloraría por su discapacidad. Entró en la Escuela de Fisioterapia de la ONCE como víctima y salió como protagonista de su vida, reconoce. Y ahora, cuanto más descrédito suma la política en España, dedica su tiempo a servir a los demás desde la política, de la mano de Ciudadanos, con la ambición de situar a la persona en el centro de todas las cosas. Ya en terreno estrictamente político, niega que el Gobierno andaluz dependa de la extrema derecha en este nuevo tiempo y defiende que todos grupos parlamentarios deberían unidos en materia de discapacidad. Después de ocho meses al frente de la Dirección General de Personas con Discapacidad, López forma parte ahora de las Comisiones de Agricultura y Salud, donde piensa dar la batalla a favor de los derechos del colectivo.

¿Cómo fue quedarse prácticamente ciega mirando un eclipse de sol?

Pues con siete años, efectivamente, me quedé mirando un eclipse de sol y cuando fui al oftalmólogo con catorce años, haciendo memoria, recordé que sí había mirado al sol. Yo no había notado nada porque había ido perdiendo visión poco a poco y pensaba que todo el mundo veía exactamente igual que yo. Pero un día, que estaba en clase en segunda fila, me di cuenta que no veía el exponente de la equis y ahí fue cuando el oftalmólogo detectó que tenía dos cicatrices completamente llenas de líquido. Si hubiese tardado unos días, me hubiera quedado completamente ciega. Me mandaron un tratamiento muy agresivo para la edad que tenía, pero era la única forma de revertir ese líquido. No me interesa saber si aún sigo teniendo más líquido por detrás porque en caso de tenerlo no podría solucionarlo.

Y con 14 años, ¿le condicionó mucho la vida?

Sí y no. Con 14 años me pusieron el tratamiento y no eres muy consciente. Pero ya con 17, cuando decido sacarme el carnet de conducir y operarme las cicatrices que tenía, es cuando el oftalmólogo me dice que es imposible y que me tenía que afiliar a la ONCE. Entonces es cuando empieza tu momento de duelo, porque tienes ya una edad madura y no quieres saber nada del mundo. Me pasaba todo el día encerrada en mi habitación preguntándome ¿por qué a mí? Llevaba mucho tiempo estudiando fuerte con una nota muy alta para poder estudiar Medicina y en ese momento no podía estudiar muchas de las carreras que me hubiesen gustado, la única posible era Fisioterapia. Y gracias a Dios, la ONCE tiene la mejor Escuela de Fisioterapia de toda España.

Pero esa visión cambiaría enseguida.

Sí, exactamente. Parte de quién soy se lo debo a la ONCE. Fui a la Escuela de la ONCE siendo víctima y salí siendo protagonista de mi vida, tomando mis propias decisiones y qué es lo que quería en mi vida. Y una de las cosas que yo no quería para mi vida, y en lo que la ONCE me ha ayudado bastante, ha sido a no querer nunca llorar por mi discapacidad. Nunca.

¿Llegó a ejercer como fisioterapeuta?

Sí, tuve mi propio centro de Fisioterapia, pero empecé a trabajar con personas con discapacidad y fue cuando decidí dedicarme a estas personas al cien por cien.

Es usted diplomada en Fisioterapia por la Universidad Autónoma de Madrid, y MBA en Dirección y Administración de empresas por la Escuela de Negocios EAAE y la Universidad de Deusto. Ha sido usted exigente con su formación.

Yo empecé como fisioterapeuta en un centro de mayores en el que me nombraron directora. Ahí descubrí que me apasionaba la forma de ser de cada persona, cómo colocar las piezas en un equipo, y no se me daba nada mal. Empecé a descubrir que me gustaba el tema económico de un centro, que me llamaba la atención la documentación de una puesta en marcha, que me encantaba la resolución de conflictos entre compañeros. Y a partir de ahí, comencé a formarme en temas relacionados con la empresa terminando con un Máster en dicha materia.

“Entro en política para dignificar esta vocación de servicio”

Mercedes López, en el Parlamento de Andalucía

Con el desprestigio que tiene la política, ¿qué le lleva a dar el paso para entrar en política?

Ese propio desprestigio. Reconozco que la gente está muy desilusionada, de hecho, soy una persona que dio el paso por esa desilusión y percepción que tienen los políticos. Y era necesario dar un paso y dignificar esta vocación de servicio. Realmente se pueden hacer las cosas de otra manera y en vez de estar pensando en uno mismo hacerlo pensando en las personas, porque por encima de todo están las personas.

¿Y ha encontrado ese espacio en Ciudadanos?

Así es, ha sido en Ciudadanos donde lo he encontrado. Y la prueba está en el compromiso que tiene con las personas con discapacidad. En los años que llevamos de democracia, en un gobierno andaluz, nunca se había visto una persona con discapacidad en un puesto de salida. Estoy hablando de los cinco primeros puestos, no me vale que porque hayas sacado mayoría absoluta entre una persona con discapacidad que llevas en las listas como número doce o trece. Entonces estamos hablando también de la primera mujer con discapacidad en un puesto de la Junta de Andalucía y quiénes mejores que nosotros sabemos qué es lo que necesita nuestro colectivo y sabemos la vulneración a la que estamos sometidos. No tienen que contárnoslo.

Once legislaturas, mil novecientos noventa y nueve diputados, treinta y ocho años de autonomía, ¿qué reflexión hace de que sea la primera mujer que entra en el Parlamento de Andalucía?

Lo  denuncio, sinceramente, a mí no me vale que te des golpecitos en el pecho hablando de una igualdad real y efectiva cuando no van acompañada de acciones. Para mí el verdadero compromiso es con acciones, yo soy de la teoría ‘obras son amor y no buenas razones’. No me vale que me digas que tú crees en esto cuando no lo acompañas de acciones.

En Andalucía tenemos un marco legislativo ambicioso en términos de derechos con discapacidad ¿por qué no se están ejecutando?

Aquí esto falla cuando la ambición personal se antepone por encima de las personas. El resto de organizaciones políticas dan prioridad a las ambiciones de las propias personas que conforman ese partido por delante de las personas que votan. Me niego a ser la primera persona con discapacidad, en mi caso visual, que haya ocupado un puesto de responsable de la Junta, lucharé para que eso no sea así.

En ese sentido, ¿se siente ejemplo de algo?

No me siento ejemplo de nada. Yo me siento simplemente parte de un proyecto donde ponemos por encima de todos a las personas. Me siento una persona que puede abrir camino, servir de espejo para decirlo a mucha gente “¡podemos!” y conseguir lo que queramos. Miro atrás y no me podría imaginar llegar dónde estoy ahora mismo, lo he pasado muy mal, pero lo he conseguido y es eso lo que quiero proyectar a todas esas personas con discapacidad. Se piensan que su vida ha terminado, y no, su vida acaba de empezar.

¿Qué ha aprendido de sus ocho meses como directora general de las Personas con Discapacidad en la Junta de Andalucía?

Pues que había muchas cosas sin hacer, había un abandono máximo en materia de discapacidad. Si he entrado en política es porque ya sabía el grave problema que existía y la necesidad de ejecutar un plan integral, seis años sin un plan como éste y que la ley recoge como obligatorio y no se está incumpliendo. Estamos hablando de planes extraordinariamente importantes para cumplir objetivos de personas con muchas necesidades y seis años es mucho tiempo. La ley de sordos 5/2011 no estaba desarrollada y a mí se me caía la cara de vergüenza de ver a Pedro Sánchez pedir el voto mediante lenguaje de signos cuando no tenía ni siquiera una ley desarrollada. ¿Con qué cara haces eso? Por eso reivindico esa falta de compromiso y en estos ocho meses hemos puesto en marcha una oficina de accesibilidad cognitiva, las personas con discapacidad intelectual están muy abandonadas por la propia ley. No puede ser que Asperger tenga una señalización y autismo quiera otra, nos hemos sentado para unificar eso y hacerlo en base al reglamento de la Unión Europea, estamos muy lejos de lo que la Convención dicta y ya nos han dado algún que otro tirón de orejas. Son muchas las comunidades autónomas en las que las personas con discapacidad se llevan esperando más de un año para el reconocimiento del grado y eso no puede ser.

¿Algún consejo que le haya dado Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía?

Juan me parece una persona extremadamente extraordinaria y a día de hoy solo puedo darle las gracias porque siempre me ha estado ayudando y apoyando en todo lo que he necesitado. Siempre ha estado comprometido con las personas con discapacidad y nunca ha dejado que me caiga. Me ha dicho que siga haciéndolo cómo lo estoy haciendo porque soy un ejemplo para muchas personas.

“Todos los partidos deben ir a una con la discapacidad”

Lo que más motiva a la parlamentaria de Ciudadanos es mejorar la vida de las personas

¿Le incomoda haber llegado al Parlamento tras la dimisión de su compañero por cobrar dietas aun cobrando de BlaBlaCar?

No me incomoda, yo creo que es un error que ha cometido cómo cometemos todos los seres humanos. Sí es cierto que me hubiese gustado entrar de otra forma. Pero también tiene su lado positivo, he podido conocer la administración por dentro y voy a poder saber cómo funcionan desde dentro.

Tras la derrota electoral de su partido y la dimisión de Rivera, ¿tiene la sensación de que ha llegado al sitio menos adecuado en el momento más inoportuno?

No, yo siempre creo que he estado en el sitio adecuado en el momento oportuno (risas). Estamos en un partido en el que se pone en valor a las personas al igual que hacía Albert, y ahora, pues estamos en un cambio, pero siento orgullo de mi partido poniendo a una mujer para convertirse en la primera mujer al frente del Gobierno y creo que Ciudadanos aquí, otra vez, puede hacer historia.

¿Le preocupa la dependencia política que tiene el gobierno andaluz de la extrema derecha?

Para nada, para nada. Es un aspecto que se está poniendo en entredicho, pero no es ninguna dependencia y VOX lo único que hace es un apoyo.

¿Cómo valora que ese partido esté rompiendo el consenso en torno a la lucha contra la violencia de género?

No estamos de acuerdo con esa actitud, nos tomamos muy enserio la lucha contra la violencia de género, somos conscientes de la cantidad de víctimas por violencia de género que tenemos en España y es algo que no podemos negar en ningún momento.

¿Ha sufrido discriminación por ser mujer?

Por supuesto, y sigo sufriéndola. Yo he llegado a tener una persona frente a mí intentando meterme en la cabeza que soy una persona insegura y que no sé adónde voy.  Cuando yo soy extremadamente segura y no va a conseguir provocarme nada. Pero para que te des cuenta de cómo se siente esa vulneración psicológica, que muchas veces es la más complicada de sobrellevar.

¿Y el machismo lo ha sufrido?

Claro que sí, por supuesto. Por supuesto.

¿Qué es lo que estamos haciendo mal los hombres y la sociedad en general?

Pienso que es un problema de educación, aquí tenemos que convivir todos y respetar las opiniones de todas clases sean hombres y mujeres. Te puede gustar más o menos, pero respétala. Por ello, pienso que el problema de fondo es la educación y es una herramienta que debemos mejorar.

¿Qué es lo que le inquieta más y qué le motiva más en esta nueva etapa suya?

Lo que más me motiva es mejorar la calidad de vida de estas personas, siempre voy a estar del lado de los derechos y libertades de las personas con discapacidad y soy una defensora nata del CERMI estatal. Aquí hay algo que no se negocia y es que por encima de todo están las personas. Vivo por y para ellas.

Del 0 al 10, ¿cuánto de satisfecha se declara con respecto al grado de integración de las personas con discapacidad en la sociedad andaluza?

Un dos.

¿Todavía?

Sí, se ha hecho pero muy poco. Soy muy crítica y hay mucho que hacer. Es que yo experimento todo esto y entro al Parlamento para mover lo que haga falta para mejorar esta situación. En ocho meses, te puedo asegurar que se ha hecho mucho más que en los últimos años.

¿Va a trabajar para que la discapacidad sea avalada por todo el consenso posible en el Parlamento?

Uno de los aspectos en los que estoy trabajando es esa concienciación en todas las áreas de trabajo dentro de la política. Todos los políticos deben ir a una con la discapacidad, estamos hablando de mejorar la dignidad de las personas, de no vulnerar sus derechos, creo que es algo demasiado grave como para andar peleándonos y ver quién tiene la razón.

Es usted una mujer ambiciosa en lo personal, ¿lo es también en la política?

No, no. A mí dándome mi sitio con las personas con discapacidad no me importa que me den una cosa u otra siempre y cuando lleve la voz de las personas con discapacidad. Soy ambiciosa en hacer para estas personas, mejorar los entornos y la concienciación social hacia la discapacidad, ahí no soy ambiciosa, soy la más ambiciosa del mundo (ríe). Pero subir escalones no es prioritario para mí.

La parlamentaria almeriense junto al busto del Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante

 

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