EN PRIMERA PERSONA: Maribel Alcántara, maestra de la ONCE en Jaén

Secciones: Entrevistas
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“Los niños nos están enseñando un montón”

Maribel Alcántara (Jaén, 1970) es maestra de los equipos específicos de la ONCE desde hace 28 años. En este tiempo ha vivido en primera persona el cambio que ha experimentado la educación de los niños ciegos o con discapacidad visual grave en Andalucía y se ha sentido parte del éxito que ha supuesto la integración, gracias al impulso decisivo de la ONCE. Ahora afronta un curso distinto, cargado de incertidumbres, en el que los niños, sostiene, están dando toda una lección a los adultos en su capacidad de adaptación. Alcántara confía en que esta crisis sirva para que el sistema educativo vuelque su interés en reforzar el desarrollo emocional de los alumnos y en potenciar el papel de la familia dentro del sistema educativo. 

28 años como maestra son muchos años para tener una perspectiva de cómo está el patio y cómo hemos cambiado. ¿Cuál es su valoración de ese cambio?

Echando la vista atrás son muchos años, empecé con 21. Antes había muchos profesores que querían que los alumnos fueran a los colegios específicos de ONCE, como que no estaban incluídos totalmente dentro de la sociedad, pero hoy nadie se plantea ese tipo de situaciones. La integración está muy consolidada, hay más visibilidad en el entorno escolar y más implicación de los profesores y los centros hacia nuestros alumnos.

Ese ha sido el principal logro, que la integración sea ya un éxito.

Éxito total no, porque hay todavía carencias y se necesita mayor implicación de las administraciones y de la sociedad. Estaríamos como en un 7 con posibilidades. Pero es verdad que cuando empecé llegaba a los centros y se echaban las manos a la cabeza, sobre todo con los niños ciegos, y me preguntaban que por qué ese niño no estaba en un colegio de la ONCE. Siempre tenías que estar peleándote con los profesores para sacar el niño adelante. Ha cambiado la forma de trabajar -antes teníamos un ordenador por cada diez alumnos y ahora cada alumno tiene su ordenador-. Eso va evolucionando, tanto por parte de la ONCE, como de las administraciones.

El papel de la ONCE ha sido determinante en esa evolución.

Claro que sí. Ha sido muy decisivo. Sobre todo, porque pensando en el resto de las discapacidades sensoriales. Veo al colectivo nuestro mucho más protegido y arropado que el resto. La ONCE siempre va por delante, estamos siempre a la última.

Después de tantos años, ¿se mantiene viva la ilusión del primer día?

Yo sigo ilusionada ahora igual que cuando empecé. Te van cambiando los alumnos, las situaciones, las familias, los centros, y cada niño es un mundo, empiezas con la misma ilusión. Cuando me asignan un niño nuevo empiezo con él como el primer día. Para mí no ha cambiado nunca esa sensación. Cada niño con el que trabajas es un nuevo reto porque te supone una preparación, buscar recursos, adaptaciones para que siga para adelante, por eso la ilusión es la misma. 

“La atención temprana es la base de todo”

Maribel Alcántara en el Aula de Atención Temprana de la ONCE en Jaén

Hay mucha entrega vocacional detrás de una responsabilidad como la suya.

Este tipo de trabajo te tiene que gustar, porque si no, desde el minuto te supera. Y no solamente la docencia, porque nuestro papel no es solo dar contenidos en una clase. Tienes que saber coordinar a todos los frentes, familias, colegios y alumnos, para que todo vaya funcionando de forma correcta. Tienes que ser como la vía por la que todas las partes vayan encaminadas hacia un objetivo común. Los maestros de ONCE jugamos un papel importante en la Educación, claro; tienes que dar los recursos, lo que necesita el alumno, las estrategias necesarias, pero acompañando al profesor de aula, porque el primer día que llega un alumno ciego lo pasa muy mal y nosotros le damos seguridad y tranquilidad. 

Les toca hacer un poco de sicólogos y terapeutas en más de una ocasión.

Hacemos un poco de todo porque no solo nos encargamos de Matemáticas, Lengua o Sociales, también del resto de las áreas, del ajuste a la discapacidad visual, las habilidades sociales que tiene que tener un niño para desenvolverse en su entorno, las habilidades de la vida diaria, tenemos que valorar también si es autónomo o no, favorecer su autonomía, darle recursos para sus desplazamientos para que sean lo más independiente posibles en cada edad. Nuestra función no es tanto a nivel académico, sino todo lo que es la persona en sí, la parte sicológica y el apoyo a la familia, al profesorado y al propio niño.

La atención temprana es la etapa más decisiva, donde se cimientan los pilares que construyen a la persona.

Tal y como tú lo has dicho perfectamente. Porque la Atención Temprana lo es todo. Cómo se enfrenta un niño en los primeros meses de vida a lo que es la realidad, y cómo se enfrenta una familia a esa situación tan dura que le ha tocado vivir, es fundamental, es la base de todo. De hecho, en la Atención Temprana, tenemos en cuenta cómo es el desarrollo evolutivo general del alumno, cómo funciona el niño en cuanto a su lenguaje, a nivel cognitivo, visual, cómo se relaciona con el mundo, es la base de todo. Y lo es mucho más para los papás. En algunas ocasiones tiran para adelante bien rápidamente, pero todos tienen que pasar una fase de duelo durante los primeros meses y adaptarse a una situación tan diferente. Y nuestra función es de acompñamiento en estos primeros años.

Superar esas barreras ¿siempre cuesta más a los padres que a los propios niños?

Eso seguro. Bueno, a los padres, a los abuelos, los tíos les cuesta la vida. Los niños lo viven de otra manera, no tiene nada que ver. Los padres lo viven muchísimo peor. Es complicado en los primeros momentos.

Para un niño ciego ¿qué etapa educativa resulta más complicada en términos de integración?

Secundaria y Bachillerato. La adolescencia es la peor etapa para la integración, pero por las características de los niños, porque antes que nada son adolescentes, igual que otro adolescente cualquiera. Y suele ser más complicado.

“El braille está en su mejor momento”

"Los niños se han adaptado muchísimo más rápido que nosotros a la nueva normalidad", sostiene

¿Para quién ha resultado más complejo el inicio del este nuevo curso escolar; alumnos, docentes, padres?

Yo creo que para todos. Los docentes tenemos mucha incertidumbre. No sabemos qué va a pasar. Nos tenemos que acoger a los protocolos de los centros, que cada uno lo desarrolla de forma diferente, y estamos a la expectativa de cada centro. Hay padres que no quieren llevar a sus hijos al colegio porque si no pueden tocar, y van a tocar cuando no deben, algunos han pedido la enseñanza domiciliaria porque tienen problemas de salud. Otros no, lo han tomado de forma más normalizada. Pero, por lo general, lo que hemos hecho es anticipar. Nos hemos ido con ellos antes de que empiecen el colegio, a enseñarles cuáles son los nuevos recorridos, cómo están distribuidas las aulas, cuál va a ser su sitio, dónde va a estar su armario para guardar sus cosas, y a partir de ahí, tenían muchas ganas, la verdad, de encontrarse con sus amigos. Y las familias están muy preocupadas. Todo padre tiene preocupación por sus hijos en esta situación. Y los padres con niños con discapacidad están muy preocupados también.      

¿Cómo se han adaptado los niños con discapacidad visual grave a esta nueva normalidad? ¿Qué llevan peor la mascarilla o la distancia social?

Yo creo que igual que otro niño. Llevan peor la distancia social. A la mascarilla están acostumbrándose bien, igual que el resto de sus compañeros. No están teniendo grandes dificultades. La distancia social en nuestros alumnos sí se echa de menos porque incluso nosotros trabajamos muy de cerca con los alumnos. Y ellos con sus compañeros igual. Ese distanciamiento va a ser un hándicap. Pero los niños se adaptan mucho más que los adultos. Nosotros estamos siempre dándole vueltas y reflexionando sobre las situaciones. Ellos no, son más espontáneos en ese sentido. Llevan ya meses hablando con sus compañeros por teléfono relacionándose a través de la tecnología. Se van adaptando muchísimo más rápido que cualquiera de nosotros a la nueva normalidad.

Es usted referente en braille en Jaén. Inmersos como estamos en esta vorágine de cambios, ¿qué futuro augura a este sistema de lectoescritura?

Aunque tengas la tecnología, tienes el apoyo en una línea braille. Un apoyo táctil es necesario, no es suficiente un apoyo auditivo. No lo veo en decadencia, al contrario, creo que está en su mejor momento porque favorece mucho más la accesibilidad a la tecnología. Lo veo complementario de la tecnología, para nada en desfase.

Por cierto, ¿cómo se enseña braille a un niño sin una presencia física directa?

-Se sonríe-. Es que es complicado. Esa es una buena pregunta. Es que nosotros nos tenemos que acercar. Para enseñarle braille tienes que estar cerca, tenemos que lavarnos las manos, utilizar las masacrillas, pero tenemos que estar cerca. No puedes enseñar braille a distancia, es imposible. Sobre todo, con niños pequeños. De todas maneras, vamos a apoyarnos mucho de la familia, que están muy implicadas en el desarrollo educativo de su hijo, igual que hemos hecho siempre, para que sean los que refuercen la nuestra labor de braille y de aprendizaje escolares básicos.

“No te puedes permitir tener miedo al virus”

Alcántara considera que la Educación "no debería estar tan politizada"

¿Usted tiene miedo al virus?

Pues no. Como le tengas miedo al virus te paraliza. Hombre, le tienes respeto, y si hay que utilizar todas las medidas, se utilizarán, pero miedo no. Lo primero porque no te lo puedes permitir, ni puedes transmitir ese miedo a tus alumnos, a tu familia, a nadie, hay que echar para adelante. Si los niños nos están enseñando un montón. Si en general se han tirado dos meses en casa, porque los padres hemos salido y entrado, pero ellos no han salido para nada. Y encima nuestros alumnos, se han quedado en su casa y nos han estado enseñando un montón; ese autocontrol, esa paciencia, me alucina como se están enfrentando los niños, muchísimo mejor que los adultos, a esta situación.

La pandemia ha puesto de manifiesto las deficiencias y desigualdades de los sistemas educativos, ¿no cree?

En la parte tecnológica se ha quedado al descubierto. Es verdad que en ONCE se apoya mucho la tecnología desde los primeros cursos de Primaria. La ONCE se ha anticipado muchos años antes, ha ido por delante. Un niño nuestro a partir de 3º y 4º de Primaria estamos enseñándole para que pueda utilizar un ordenador. Pero es verdad que se han notado muchas deficiencias. En cuanto a plataformas educativas no teníamos ni idea, pero ni los profesores de los centros, ni nosotros. Nos hemos tenido que subir al carro muy rápidamente. Pero todos. La familia, los alumnos y nosotros los profesores, pero a marchas forzadas.

¿Cuáles son a su juicio los retos a los que se enfrenta el sistema educativo en la era Covid?

Pues bastantes. Hay una parte que es la tecnología, que ya hemos comentado, pero hay otra parte fundamental que es la gestión emocional de los alumnos. El sistema educativo debería apostar no tanto por lo que son los contenidos y aprendizajes escolares como hasta ahora, como por la parte emocional del ser humano que es lo que tira en realidad de todo el sistema. Al final se le da más importancia a los contenidos que a otras áreas que son fundamentales. Y esta situación lo ha puesto de manifiesto. El deporte, la música, que son como las Marías de la Educación, es donde de verdad la persona se ha desarrollado como tal y le ha servido para su tiempo libre, para despejarse del estrés de estas situaciones tan extrañas, es lo que en realidad le ha servido a la persona. Y lo que sí ha servido mucho es a las familias. Antes se implicaban con sus hijos, pero es que ahora la implicación ha tenido que ser total porque si no su hijo se quedaba atrás. El papel de la familia en la parte educativa es buen punto para tener en cuenta en el sistema educativo porque juega un papel muy importante dentro del sistema.

¿Enseñamos a los niños a asumir riesgos, a pensar, a no tener miedo?

Creo que deberíamos hacerlo más. No digo que no haya familias que sí lo hagan, pero es fundamental que el niño sepa superar ese miedo y esa inseguridad ante situaciones nuevas y pensar qué debe hacer. Es fundamental para que el niño aprendiera desde pequeñito y le sirviera en su fase posterior adulta.

Hay quien piensa que la escuela actual mata la creatividad y la innovación, que estamos ante un sistema muy jerarquizado que responde a un modelo ya caduco. ¿Comparte ese análisis?

Yo creo que todavía estamos muy anquilosados aunque se está avanzando poco a poco. Cuando están en Infantil los niños tienen mucha creatividad, mucha energía y muchas ganas. Disfrutan un montón de todo y con todo. Cuando ya los ves en Primaria, esa creatividad y la imaginación pasan a un segudno plano, como todo como muy igual. Depende del profesor, del colegio, del centro, de la familia, pero por regla general es verdad que todavía queda mucho por andar. Esta situación nos deberá de servir. Es el empuje que necesita la Educación, no debería quedar como algo que ha pasado y ya está. Me daría pena que no utilizáramos lo que hemos aprendido. Todos somos conscientes, todos sabemos que esas áreas son fundamentales para la persona. ¿Por qué no lo hacemos?

Legislatura tras legislatura los españoles sufrimos cambios en el diseño de nuestro sistema educativo. ¿Por qué cree que no genera el suficiente consenso como para blindar un modelo que perviva más allá de cuatro años?

Porque la Educación está muy politizada y no debería estar tan politizada. La Educación no tiene nada que ver con la política. Es ayudar a que los niños se eduquen para que ellos sean sus propios agentes de aprendizaje. El niño tiene que tener los recursos para aprender. Es la base de cualquier didáctica, pero no sé por qué al final un maestro no lo puede llevar a cabo porque está todo tan legislado y tan estricto que no da pie a que lo haga. Si tenemos los recursos para hacerlo, no sé por qué no se consigue desde las administraciones. Al final la intervención con el alumno se limita a la transmisión de conocimientos puro y duro.

“Siento el reconocimiento de la sociedad”

Alcántara en la plaza de la catedral de Jaén

Como maestra, ¿siente el reconocimiento de la sociedad?

Sí, sí. Como maestra sí. Y como maestra de ONCE mucho más. Cuando comentas que eres maestra de niños con discapacidad, la gente te pregunta y les interesa mucho. Sí, me siento muy halagada de la función que realizo.

¿Cómo fue Maribel cuando le tocó ser alumna?

Era una alumna muy responsable. Lo que decía el profesor iba a misa. Me gustaba ir con mis amigas, estaba en un colegio solo de niñas, imagínate en aquellos tiempos, pero la verdad es que bien. Lo recuerdo con mucha ilusión.

Ha sido maestra de los equipos específicos de la ONCE en Jerez durante 8 años, en Córdoba durante dos cursos, y desde hace 19 años atiende todas las etapas educativas del alumnado ciego o con discapacidad visual grave en su Jaén natal. ¿Qué ha sido lo más gratificante a lo largo de estos 28 años trayectoria profesional vinculada a la ONCE?

Todo ha sido bueno. Desde que llegué el primer día a Jerez, encontrarme con compañeros excepcionales (interrumpe porque se emociona). No tendré nunca palabras para agradecerles a mis compañeros el apoyo que tuve (vuelve a interrumpir con la voz entrecortada). Llegué con 21 años, recién terminado Magisterio, había hecho un curso de braille, había aprobado las oposiciones de la ONCE, la teoría la tenía, pero la práctica no. Y cuando llegué a Jerez me encontré con compañeros excepcionales. Mis primeras familias me enseñaron muchísimo, y me siguen enseñando porque nunca dejas de aprender. Y en Córdoba igual. No podría destacar un momento clave porque cada niño y cada familia te aporta tanto... Es verdad que los primeros casos son impactantes. Imagínate conocer una niña de 5 meses y su familia en El Puerto de Santa María, otra pequeñita de 3 años en Villamartín, en la guardería, es muy impactante. Yo dejaba la casa o el colegio y me hinchaba de llorar en el coche. Pero es que sigo haciéndolo, porque es tanto sentimiento encontrado a nivel familiar, con el alumno y los profesores que no podría destacar ninguno.

¿Exige mucho educar a dos hijos siendo maestra?

Exige mucha organización y planificación. He sido muy exigente con mis hijos. He tenido una educación estricta y muy responsable y les he exigido también mucha responsabilidad cuando a lo mejor no les correspondía por edad. Pero también ha sido una enseñanza muy lúdica. Era como un feedback, lo que hacía con mis alumnos lo he hecho con mis hijos y lo que he hecho con mis hijos lo hacía con mis alumnos. Yo quería que conocieran de primera mano cómo se enfrentan los niños con discapacidad a determinadas situaciones. Que se dieran cuenta y que vieran que se pueden solventar cualquier dificultad teniendo la capacidad para hacerlo y que se puede ir hacia adelante. De hecho, mis hijos han aprendido braille. No han estado desligados de mi trabajo para nada.

El senderismo y la jardinería son momentos de desconexión en su vida, ¿qué les aporta?

Mucho relax. Estar en un espacio abierto me aporta mucha relajación y ver la vida desde la distancia. Antes no le daba tanta importancia a la naturaleza, a estar tan presente en las situaciones. Eso lo vas aprendiendo poco a poco con la edad. A no ser tan impaciente. Antes era más impaciente quería que las cosas fueran para ya. Y ahora ya, no sé si será la edad, o todo lo que ha pasado, pero el acercamiento a la naturaleza me está resultando muy agradable.

LUIS GRESA

 

 

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