FIRMA INVITADA: Ana Bella Estévez, activista contra la violencia de género

Rompe el silencio por ella

Durante once años mi marido me maltrató y nadie me ayudó. Nadie se dio cuenta de lo que estaba viviendo, ni siquiera yo misma. Recuerdo que al ver las noticias de mujeres asesinadas me preguntaba: “¿Por qué la mujer no huyó antes de que el marido la matara?”, sin darme cuenta que yo también era una víctima de violencia de género, y eso que mi marido se compró un látigo porque decía que con la correa no obedecía sus sugerencias a la primera.

Quizás el maltrato sicológico es a veces sutil y difícil de reconocer, pero ¿me pegaba y yo no sabía que estaba siendo maltratada?. ¿Yo que soy una mujer inteligente, todo dieces en mis estudios, con personas a mi cargo en mi negocio de Puerto Banús, hablando idiomas?  Mi marido decía que me pegaba porque me quería, que si no me quisiera, ni se molestaría en pegarme, sino que me dejaría.

¿Pero quienes podían haberse dado cuenta y haberme ayudado? Mis compañeros y compañeras de trabajo que pasaban conmigo ocho horas al día. En España ya contamos con un marco legal que protege a las víctimas de violencia de género y condena este tipo de delito, lo que falta es que la sociedad actúe como agente de cambio frente a la violencia de género.

El silencio perpetúa la violencia y nos hace cómplices. Si sospechas que tu amiga está siendo maltratada por favor ACTÚA: ROMPE EL SILENCIO POR ELLA, porque sólo 1 de cada 5 mujeres maltratadas en España recibimos ayuda. La mayoría, casi dos millones de mujeres, son invisibles y no lo cuentan porque al 40% les pasa lo que a mí, no se reconocen como víctimas.

Y al resto, el maltrato al que están siendo sometidas por sus parejas las anula, genera en ellas una indefensión aprendida que les impide reaccionar ante los abusos. También las paraliza el miedo y el no contar con amigas que las crean y las apoyen. Mujeres sin estudios tardan 8 años en pedir ayuda y mujeres con doctorado 13 años. Mientras más alto es el nivel educacional, profesional, económico, más silencio rodea a las víctimas.

Otra barrera más es la discapacidad. Por eso te pido que te acerques a esa mujer que intuyes que su marido la maltrata, pregúntale si está bien, hazle saber que la crees, que si necesita hablar y apoyo puede contar contigo. Aunque ella lo niegue, tu gesto hará que el tiempo de reacción se acorte, porque cuando se lave la cara por las mañanas tú seras su espejo donde ella se mire: “Fernando me ha dicho que no le gusta como me trata mi pareja, Marina me ha dicho que me echa de menos porque desde que tengo novio no salgo con mis amigas, mi jefa dice que me pongo nerviosa cuando todos los días él viene a recogerme y ya no me quedo a tomar café con mis compañeras”.

Sólo el 1% de las denuncias son interpuestas por familiares. La Fundación Ana Bella somos esas amigas supervivientes que nunca se rinden y que detectamos y acompañamos a las víctimas invisibles hasta lograr que dejen la relación abusiva y vuelvan a ser felices. Llámanos si necesitas que te asesoremos para apoyar a una amiga. 667233133. Hazte socio, hazte socia, porque además de nuestra experiencia y empatía, las víctimas sin empleo necesitan también medios económicos más allá de los subsidios oficiales para salir de la exclusión y comenzar una vida nueva. Cada donativo es una mujer más a la que podemos ayudar. Gracias por actuar frente al maltrato. www.fundacionanabella.org

Ana Bella Estévez Jiménez de los Galanes

Superviviente y presidenta de la Fundación Ana Bella

Premio Solidarios ONCE Andalucía 2021