Más centinelas de la ilusión que nunca

Secciones: Vendedores
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Vendedores de la ONCE de las ocho provincias reflexionan sobre el nuevo tiempo que se abre en su relación con los clientes

Mari Luz Serrano, vendedora en Algeciras: “La gente echa mucho de menos los cupones”

Mari Luiz Serrano, vendedora de la ONCE en Algeciras

Mari Luz Serrano le conoce toda la barriada de La Granja, en Algeciras, donde vende desde hace dos años. “Se me han pasado volando estos dos años, será porque estoy muy a gusto”, dice en un tono afrancesado que todavía recuerdan sus 24 años de residencia en París. El confinamiento lo ha llevado disciplinada en casa sin salir ni para comprar, aunque en permanente contacto, por WhatsApp o por teléfono, con sus clientes. “Me encanta relacionarme con ellos, la atención al público es lo que más he echado de menos en estas semanas”, reconoce.

Mari Luz, que se viste de Papa Noel en Navidad para animar las ventas, se declara “muy optimista” ante el nuevo tiempo que se abre Andalucía tras la pandemia. “Hay que entender que la situación actual para las personas mayores va a ser más floja porque van a tener que asumir más cargas de sus hijos #8211vaticina-. Pero la gente echa mucho de menos los cupones porque forman parte de su rutina, de sus salidas. Son importantes sobre todo para los clientes mayores y estoy segura que las ventas van a ir muy bien, poquito a poco, pero las personas van a retomar sus costumbres muy pronto porque les gusta comentar sus vidas con nosotros, con los vendedores de la ONCE, y ahora tienen mucho que contar”, afirma.

Raquel Hernández, vendedora en Almería: “Más que nunca los clientes necesitan confianza”

Raquel Hernández, vendedora de la ONCE en Almería

Raquel Hernández celebró el pasado 10 de mayo su primer cumpleaños como vendedora de la ONCE en Almería. Tiene varios puntos de venta, según los días, en el Hospital de Torrecárdenas, la avenida del Mediterráneo, la Habana Cristal o la calle Marchales. Después de tantas semanas de aislamiento en su casa se declara “desesperada” por volver a la venta. “Parar de pronto y porrazo y confinarnos fue un palo supergordo. No me acostumbro a esto #8211explica-. Yo estaba supercontenta y superrealizada con mi trabajo y echo de menos a mi gente, relacionarme cuando estoy vendiendo, mi máquina, sacar mis Pagas. El dinero es importante, lo contrario sería mentir, pero a mí lo que me gusta mucho es estar con mis clientes”, señala Raquel.

Pese a la dureza de estas semanas y la crisis que está desencadenando el bloqueo económico que han supuesto la pandemia y el estado de alarma, la vendedora almeriense confía plenamente en la fortaleza de la ONCE para superar esta situación. “Yo quisiera que nada cambiara la verdad, pero creo que vamos a vender menos. Ojalá me equivoque, pero la gente mayor puede tener miedo a salir a la calle. Espero que aquí en Almería seamos fuertes. Aquí ha afectado menos y tenemos que demostrar que somos unos privilegiados por vivir en Almería”, subraya.

Raquel no piensa cambiar su actitud de proximidad con los clientes por mucha distancia social que impongan las autoridades sanitarias. “Mi relación con los clientes no va a cambiar porque yo soy muy dicharachera y no me van a cambiar #8211advierte-. Pienso seguir dedicando tiempo a la gente. Ahora necesitan más que nunca que les des confianza, te los tienes que ganar, aunque no haya contacto físico, y todo será distinto por las medidas de protección que nos pondrán los jefes. Pero habrá que empezar a aprender y esperar a que se vaya pasando esto. Si no hay contacto físico también con la palabra puedes dar cariño a los clientes y darles confianza”, sostiene. Raquel Hernández concluye con optimismo: “La gente es muy fiel a la ONCE, eso no va a cambiar, y menos ahora que estamos viviendo esto tan malo y necesitan tener algo por lo que ilusionarse como un cuponcico o un Sueldazo”.

Juan Carlos Jiménez, vendedor en Cádiz: “Hay mucha ilusión en la ONCE”

Juan Carlos Jiménez, vendedor de la ONCE en Cádiz

Juan Carlos Jiménez vende en Cádiz desde 2010 en el kiosco ubicado en la avenida principal de Cayetano del Toro y la playa de la Victoria, acompañado siempre por su perro guía Matrix. “Es el primer quiosco que se ve de la ONCE entrando en Cádiz”, dice orgulloso. El confinamiento lo ha pasado en su domicilio de San Fernando y ahora cuenta los días que quedan para   repartir de nuevo la ilusión entre sus clientes. “Tengo muchas ganas de empezar la rutina. El perro guía necesita llevar su ritmo diario y esto se lo ha roto”, reconoce.

Juan Carlos no ha perdido el contacto con sus clientes en este tiempo. “No hay día que no me llame uno para ver cuándo volvemos. Somos como una familia. O me llaman ellos a mí, o yo a ellos”, dice. Es lo que más ha echado en falta durante el confinamiento, el contacto diario con sus clientes. “Hay que cuidarlos porque son nuestro pan”, afirma gráficamente. Juan Carlos supone que la venta a partir de ahora será con guantes y mascarilla. “Lo peor va a ser el contacto físico, no sé cómo vamos a poder evitarlo porque aquí lo más fácil es que te den un beso y eso ya no se puede hasta que no digan que sí”, admite. Aun así, no teme que las ventas se resientan. “En los bares sí es normal que bajen un poco porque va a haber menos clientes, pero en la calle no creo”, comenta. “Aquí la gente, por lo menos mis clientes, tienen mucha ilusión en la ONCE y eso se nota”.

Rafaela Trillo, vendedora en Córdoba: “Ahora van a confiar más en nosotros”

Rafaela Trillo, vendedora de la ONCE en Córdoba

Rafaela Trillo ha vivido en primera persona el zarpazo del coronavirus en su más trágica dimensión. Perdió a su padre, con 84 años, víctima de la pandemia y tuvo también a su madre ingresada durante semanas, aunque ya está en casa y recuperada. Vendedora de la ONCE en Córdoba desde 2014 en Santa Rosa, un barrio de la capital, Rafaela ha superado este duro trance con el cariño de su familia y sus compañeros de trabajo. Ahora aguarda con máxima expectación su vuelta a la venta.

“Al principio todo eran dudas y teníamos miedos #8211reconoce-. No sabíamos si íbamos a perder el puesto de trabajo, si íbamos a cobrar, qué iba a pasar. Después con el ERTE hemos visto que esto era una situación temporal y una garantía. Y ahora nos queda la incertidumbre de cuándo y cómo volveremos porque no somos un bien de primera necesidad y la economía va a estar resentida”, afirma. Si bien, Trillo confía plenamente en la capacidad de gestión de la ONCE. “Han estado muy encima de nosotros y nos han transmitido tranquilidad y eso ha sido muy importante para nosotros”, subraya.

A su juicio, la relación con los clientes será incluso mejor en algunos aspectos tras la desescalada. “Si ya confiaban en nosotros y nos trataban como uno más y nos contaban sus cosas ahora van a confiar más en nosotros, vamos a ser el hombro donde apoyarse porque vendemos ilusión y les damos cariño. Lo que más necesitan es esperanza e ilusión de que todo vuelva a la normalidad y quien mejor que el vendedor de la ONCE para dárselo. Por esa parte creo que va a ser bueno. Están deseando que volvamos”, concluye.

Óscar Linde, vendedor en Albolote (Granada): “Un kiosco es la mayor garantía”

Óscar Linde, vendedor de la ONCE en Albolote (Granada)

Óscar Linde, vendedor de la ONCE desde 2005 en la localidad granadina de Albolote, ciego total, es un soñador despierto -“los sueños son vida”, afirma- y todo un emprendedor. Además de participar como protagonista en el canal de Youtube ‘Princesa de la Luz’, es locutor y director de la radio ‘Sin Barreras’, una emisora online encaminada a entretener y divertir, pero sobre todo a concienciar a la sociedad sobre los problemas que tienen que afrontar en su día a día las personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social.

Óscar vende en kiosco que es, a su juicio, “la mayor garantía de seguridad para un cliente” por lo que no prevé cambios en su forma de venta y de relación con sus vecinos. “Lo que sí se puede notar es que la gente tenga menos poder adquisitivo porque nos metemos en una crisis económica que afecta a todo el mundo por igual. Y eso igual hace que unos productos tengan mejor salida que otros como los Rascas por ejemplo que son más instantáneos”, explica. A su juicio, las primeras semanas de venta serán decisivas para evaluar la vuelta a la llamada nueva normalidad. “No es lo mismo trabajar en un kiosco que estar en ruta por varios puntos, pero también es verdad que hay mucha necesidad de generar ilusión. Habrá que esperar a ver qué pasa y cómo reacciona la gente”, señala.

Mari Carmen Vázquez, vendedora en Punta Umbría (Huelva): "La venta va a ser mucho más grande"

Mari Carmen Vázquez, vendedora de la ONCE en Punta Umbría (Huelva)

Mari Carmen Vázquez vende desde hace ocho años en la calle Ancha de la localidad onubense de Punta Umbría, uno de los municipios más turísticos de la provincia, donde la ONCE repartió cerca de 22 millones de euros en el Extra de Verano de 2015. Acostumbrada a estar todo el día en la calle trabajando ahora se declara aburrida en casa después de tantas semanas de confinamiento y “con muchísimas ganas de volver”. “La gente cuando me ve en la calle todavía me preguntan por qué número salió ayer de broma y cuándo voy a vender”, comenta.

Aunque los primeros días resultaron especialmente duros porque la primera víctima del Covid-19 en la provincia de Huelva fue un primo hermano de su madre, Mari Carmen se encuentra fuerte de ánimo y preparada para recuperar la venta en el momento en que se pueda. De hecho, se ha comprado unas gafas de protección especiales para atender a sus clientes con las mayores garantías de protección. “A mí me encanta mi trabajo y la gente es muy agradecida #8211explica con entusiasmo-. Las personas mayores te vienen todos los días con la ilusión de comprar su cupón y mantenemos una relación muy estrecha”. A su juicio, la distancia social que impone la pandemia supondrá cambios en las ventas, pero no en los ingresos. “Con la crisis la gente se ilusiona mucho más y compra más. La venta va a ser mucho más grande porque hay mucho parado -afirma contundente-. Y se van a vender más Rascas seguro. La gente tiene ganas de ilusión porque es lo que nunca se pierde”.

Alheli Villen, vendedora en Jaén: "La mascarilla es una medida de protección y de seguridad”

Alheli Villen, vendedora de la ONCE en Jaén

Alheli Villen Muñoz es afiliada a la ONCE y vendedora en Jaén desde hace tres años, siempre en la avenida Eduardo García Maroto. Durante este tiempo ha pasado por distintas fases, reconoce; de la incredulidad de los primeros días, que le resultaron bastante difíciles, al agobio de las semanas siguientes, y ahora, ya con luz al final del túnel, con esperanza, muchos ánimos “y cogiendo ideas” para volver a la venta cuando se pueda. Alheli tiene palabras de agradecimiento para los gestores comerciales, los jefes de venta y la dirección de la ONCE “por cómo han estado encima de los vendedores preocupandose por su situación durante el confinamiento”, dice. Y también para sus clientes que han estado llamándole también. “Es gratificante ver que se preocupan por ti”, afirma orgullosa.

Como el resto de sus compañeros, ha echado de menos el contacto directo con sus clientes “porque vienen a comprar el cupón pero a echar un ratito contigo también”, matiza. A su juicio la relación a partir de ahora puede tornarse más fría por el distanciamiento social que impone la desescalada. “Supongo que empezaremos poquito a poquito, no creo que sea como antes, ni la venta, ni nada #8211reconoce-. Pero tengo la esperanza de volver a ver a todos los que venían con la mismas alegrías y las mismas ganas, aunque sea con un poco más de distanciamiento, por seguridad”. Villen tampoco cree que el uso de mascarillas condicione la venta. “Al contrario, somos los primeros que debemos de llevarlas para no generar rechazo, es una medida de protección tanto para nosotros como para nuestros clientes” destaca. Consciente de que la población tendrá ahora menos poder adquisitivo, Villen aboga porque la ONCE “dé premios más pequeños para que puedan llegar a más gente. Sería un buen reclamo”, sugiere.

Amaro Orellana, vendedor en Alcalá del Valle (Jerez): “La forma de vender no va a cambiar”

Amaro Orellana, vendedor de la ONCE en Alcalá del Valle (Jerez)

Amaro Orellana vive en El Gastón, un pequeño pueblo en la Sierra de Cádiz pegado a la Serranía de Ronda, rodeado de bosques y encinas y de un paisaje envidiable donde disfruta como corredor de montaña en sus horas libres. Comenzó como vendedor de la ONCE en Sevilla hace tres años y medio, aunque desde hace un año trabaja en Alcalá del Valle, cerca de casa. Cumplió 25 años en pleno confinamiento. Amaro también ha echado mucho de menos los cafés con sus clientes y las voces que le piden que dé un premio. “Lo que me preocupa ahora es su salud porque muchos son mayores y son por tanto los más vulnerables ante este virus, y si no se termina de curar del todo van a estar asustados de salir a la calle hasta que todo pase”, comenta.

Sin embargo, no cree que la forma de venta cambie lo más mínimo tras el confinamiento, la desescalada y la “nueva normalidad”. “La forma de vender no va a cambiar en ningún sentido porque el trato que yo tengo con el cliente es muy cercano, y aquí, en un pueblo donde no hay infectados, las distancias no se restringen tanto. Es cuestión de tiempo volver a la rutina”, dice. “Todos echamos de menos las cosas que hacíamos antes y comprar el cupón forma parte de la vida de muchos vecinos #8211añade-. Ahora que tenemos más libertad, son muchos los que me preguntan cuándo voy a volver. A las personas mayores no les sirve Internet, necesitan vernos para comprar el cupón”, comenta Orellana.

José Miguel Díaz, vendedor en Málaga: "Nuestra diferencia es la calidad humana" 

José Miguel Díaz, vendedor de la ONCE en Málaga

José Miguel Díaz, Chemi para todo el mundo, es afiliado y vendedor desde hace ocho años, en los últimos en Cristo de la Epidemia, en el centro de Málaga. Llegó a la venta en tiempos difíciles, recuerda, tras las secuelas de la crisis económica del 2008, y ahora se enfrenta a otra de dimensiones y razones bien distintas. Las semanas las ha pasado amortizando las videoconsolas y con muchas horas de plataformas de televisión y de lectura de obras de la Biblioteca Digital de la ONCE, que ha sido todo un descubrimiento en esta cuarentena tan alargada. Y lo que peor ha llevado es no poder atender a sus padres, que viven en Yunquera, en la Sierra de las Nieves, aunque suple esa ausencia con muchas llamadas de teléfono al día.

También ha echado de menos la calle y el trato con el público. “Es como una cronología del tiempo #8211explica vehemente-. Según las horas que son, echas de menos a una gente u a otra, desde el panadero que te saluda a la camarera que se acerca a llevarte un café al kiosco. Antes estabas siempre buscando el fallo y ahora te das cuenta del valor de los detalles humanos porque son parte de tu vida y de tu rutina”.

Chemi se declara preocupado por cómo los ciudadanos se están tomando la desescalada sin respetar la distancia social pero muy confiado en las decisiones que adopte la ONCE para afrontar este nuevo tiempo que se abre para todos. “Me preocupa que la economía se estanque de manera que la institución no pueda aguantar los servicios sociales que presta #8211afirma-. Pero nosotros somos unos privilegiados porque la ONCE garantiza que vamos a volver a nuestros puestos con mucha más seguridad y eso nos da mucha confianza”.

En su opinión, la red de ventas tendrá que adaptarse a esa nueva normalidad. “Tenemos que ser cercanos. Nuestra diferencia es nuestra calidad humana #8211enfatiza- y tenemos que estar cerca de nuestra gente. Tenemos que seguir con mucha ilusión, con mucho tesón y mucho sacrificio, confiar en la ciencia para que llegue pronto una vacuna y que podamos seguir con nuestras vidas siguiendo las recomendaciones que los expertos nos digan. Nos costará el arranque #8211reconoce-, pero después esto rodará. La ONCE nació en plena guerra civil #8211recuerda-. Ningún virus, ni nada en la vida puede quitarle las ganas a esta institución porque las generaciones que vengan tienen que tener una ONCE. Si  no existiera habría que inventarla”.

José Miguel Suárez, vendedor en Osuna (Sevilla): “Las ganas por recuperar la ilusión están ahí”

José Miguel Suárez, vendedor de la ONCE en Osuna (Sevilla)

José Miguel Suárez, vendedor de la ONCE desde hace 18 años en la localidad sevillana de Osuna, en la calle Carrera en pleno centro, ha seguido fiel a su costumbre de escribir en un cuaderno “en sucio” las reflexiones y sensaciones que iba acumulando cada día. “Me ayudan a digerirlas también”, comenta.  Aunque el ganador del premio Tiflos de Literatura de 2012 en la modalidad de escritores con discapacidad por su obra ‘Paisajes extraños’, no ha escrito durante el confinamiento y ha aprovechado para hacer deporte, tocar la batería, otra de sus pasiones, y cuidar que sus cuatro hijos siguieran las tareas online que les mandaban en sus respectivos colegios. “Al ser un pueblo y una zona sin mucho contagio tampoco ha habido una angustia demasiada”; reconoce.

Tampoco ha perdido el contacto con sus clientes en estas semanas, pero Suárez prevé que la forma de venta cambiará tras la pandemia. “La vuelta no va a ser fácil #8211augura-. Yo veo a más de 500 personas diarias, que son muchas, que se acercan, y va a ser difícil poder mantener la distancia de seguridad que recomiendan. Veo complicado que se pueda respetar, porque la gente tiene que llegar hasta el vendedor y tocarlo. Además, hay muchos bares que no piensa abrir porque no les compensa y nosotros vivimos mucho de los bares”. Aun así, José Miguel confía en la capacidad de la ONCE para superar las dificultades que puedan surgir. “Las ganas por recuperar la ilusión están ahí. Volver a ilusionar a la gente con que le toque algo es un concepto indemne que está ahí”, concluye.

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