La soprano malagueña Marina Rojas obtiene la máxima calificación en su fin de Grado

Secciones: Cultura
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El tribunal se rinde ante la belleza de su voz, el extraordinario esfuerzo de su carrera y lo innovador de su proyecto académico

La soprano Marina Rojas defendió su trabajo de fin de estudios superiores, el pasado mes de junio, con un proyecto llamado a triunfar desde su propio título, toda una declaración de intenciones: 'La cara oculta de la soprano belcantista: Una mirada a ciegas'. Fue todo un espectáculo que cautivó al tribunal, a los espectadores del Conservatorio Superior de Música de Málaga, y a los cientos de seguidores que pudieron seguir desde cualquier rincón del mundo, vía online, la audición. La Rojas estuvo acompañada al piano por la profesora María del Carmen Pérez, el arpista Miguel Ángel Sánchez, y el actor Julio Montañana.

Bajo ese sugerente título, el proyecto recoge ocho arias escritas para la tesitura de soprano lírico ligera que raramente se presentan en el ámbito académico, tratadas desde un ámbito metodológico diferente al estar representadas por una persona ciega. Se trata de un repertorio mayoritariamente belcantista con dos arias de Mozart, dos de Rossini, una de Bellini y tres de Donizetti, que interpretó la joven malagueña de forma magistral.

Rojas hubiera podido realizar un concierto final de forma estática, como hacen muchos alumnos, de pie junto al piano de cola, y realizando de cuando en cuando algún pequeño gesto adquirido con los años. Pero nunca ha querido que su ceguera le frenase en un momento tan importante de su carrera, en el final ya de su etapa formativa en el Conservatorio Superior. Y por eso se planteó ir más allá para demostrar que las dificultades que encuentra en su vida diaria una persona ciega se pueden solventar.

La interpretación de Marina Rojas con su perro guía Boston fue auténticamente sobrecogedora

En la parte más académica, Rojas aportó en su trabajo un análisis de las arias seleccionadas con el objetivo de contextualizarlas mediante el argumento de las óperas a las que pertenecen teniendo en cuenta los aspectos técnicos y vocales para mostrar en primera persona las sensaciones de una persona ciega tanto sobre el escenario como fuera de él.

Como objetivos se marcó indagar en el repertorio más desconocido de la soprano belcantista, evidenciar las dificultades de un alumno con discapacidad visual y desarrollar capacidades para solucionarlas, demostrar la capacidad de adaptación de una persona ciega al realizar su concierto de fin de curso y su memoria y adquirir nuevos métodos de trabajo en el ámbito escénico. Visto el resultado de la calificación final, Marina Rojas logró todas y cada una de sus metas de manera sobresaliente.

Para cumplir su propósito, la alumna tuvo que consultar muchas fuentes en Internet y bibliográficas que no eran accesibles. En su rutina habitual Marina depende enteramente de la accesibilidad de las páginas web y en este sentido se ha tropezado con una barrera casi infranqueable dado que, en general, suele ser muy limitada o inexistente, según denuncia en su proyecto.

Un ejemplo para muchas personas

¿Cómo una persona ciega puede enfrentarse a una meta tan ambiciosa con las dificultades que ha ido encontrando para recabar toda la información que exigía una investigación de esa envergadura ante la falta de accesibilidad de las fuentes? Esa ha sido una de las prioridades que ha guiado a Marina Rojas en su proyecto. Demostrar que, si se quiere, aunque con un esfuerzo absolutamente extraordinario, pero con voluntad y pasión, es posible.

"Mi objetivo es poder mostrar este espectáculo para que pueda servir de ejemplo a otras personas, porque si se lucha y se trabaja, todo en esta vida se puede conseguir, por muchos obstáculos que se nos presenten en el camino #8211afirma la cantante lírica-. Cantar siempre ha sido mi vida, algo a lo que me gustaría dedicarme profesionalmente, y gracias al trabajo que he presentado recientemente, he podido superarme a mí misma, y marcarme metas diferentes, incidiendo en temas que a mi entender se tratan poco".

También tuvo que ensayar la puesta en escena de su audición con el actor para preparar adecuadamente tanto la interpretación de las arias y las transiciones entre ellas como también el trabajo y el estudio de gestos y movimientos que, para una persona ciega, supone un esfuerzo añadido ya que las personas ciegas no aprenden la gestualidad o los movimientos como el resto, que lo hacen de forma adquirida con el tiempo mediante la imitación, sino que deben aprenderlos progresivamente hasta introducirlos de forma orgánica y natural.

Maria Rojas ha obtenido una calificación de sobresaliente a sus estudios superiores

En su caso, Marina tuvo que saber dónde se encontraba en cada momento en el escenario y cómo manejarse para moverse por la escena tomando una serie de referencias para saber en todo momento dónde se encuentra el público, el arpa o el piano, y qué posición debía tomar respecto a esas referencias, para mover las manos, gesticular con la cabeza o tomar una posición correcta al arrodillarme o sentarse, en definitiva para que desde fuera los demás pudieran percibirlo, como hicieron, de una forma visualmente delicada y sin grandes esfuerzos. La cantante interactuó en muchos momentos con el actor y en un momento principal de toda la audición con su perro guía Boston a quien le interpretó una de las arias.

Los compositores de las arias escogidas pertenecen todos al ámbito local que se define como bel canto, una expresión musical de origen italiano que quiere decir 'canto hermoso', y que alude al estilo surgido del arte de la técnica vocal que nació en el siglo XVI y cobró su mayor esplendor en los finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. "Quería trabajar un repertorio distinto y dar a conocer un poco más su belleza", explica Rojas.

El esfuerzo ha tenido su recompensa, un sobresaliente que sabe a gloria. "He crecido enormemente gracias a este esfuerzo, ha sido un gran aprendizaje en todos los niveles, tanto personal como profesional", reconoce. En conclusiones finales de su trabajo, Marina Rojas subraya que "queda mucho que avanzar en el mundo de la accesibilidad".

Ojalá pronto el nombre de Marina Rojas forme parte de las temporadas de ópera del Teatro de la Maestranza de Sevilla, el Teatro Real de Madrid, La Scala de Milán o cualquiera de los grandes espacios escénicos de Europa porque la delicadeza y la belleza de su voz merecen una oportunidad tan sobresaliente como la calificación obtenida en su final de grado.

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